Costo de espectro sobre ingresos de telcos se triplicó en América Latina: GSMA
La GSMA explica que la desconexión entre el costo del espectro y los ingresos en el mercado afectan la rentabilidad del sector, lo que tiene consecuencias sobre las decisiones inversión.
Un nuevo estudio de la GSMA advierte que los costos totales del espectro radioeléctrico se elevaron 40 por ciento entre 2010 y 2022, mientras los ingresos recurrentes del mercado en América Latina se redujeron 50 por ciento en ese mismo periodo.
Esta desconexión entre ingresos y costos ha impactado negativamente en las finanzas de los operadores de telecomunicaciones. La incidencia de los precios de las frecuencias sobre los ingresos se triplicó en la región durante ese periodo.
Hay una alta variación en las tarifas del espectro en la región; es decir, el costo por megahertz es muy diferente entre los países. Esto no se explica por factores de demanda y mercado, sino por factores externos que encarecen el acceso al recurso radioeléctrico.
La GSMA explica que la política digital de los gobiernos impacta, directa e indirectamente, en los precios del espectro. Por ejemplo, cuando se fijan tarifas iniciales o anuales elevadas; se establecen precios de reserva caros; se diseñan subastas con fines recaudatorios, y cuando se crea una escasez artificial poniendo a disposición una cantidad menor de frecuencias.
Estas medidas y el enfoque a corto plazo ―centrado en conseguir más ingresos para las arcas del Estado― generan distorsiones sobre los incentivos para que las empresas de telecomunicaciones inviertan, pues los costos del espectro no corresponden a la realidad del mercado y disminuye su atractivo como inversión.
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“Los operadores móviles operan con restricciones de capital y tienen que ofrecer un rendimiento a sus inversores. Cuando la evolución del costo del espectro no está alineada con los ingresos en el mercado, la rentabilidad del sector se ve afectada, lo que tiene consecuencias sobre las decisiones de inversión futura.
“Por ejemplo, si un operador móvil se vuelve menos rentable en comparación con otras industrias y en otros países, esto aumentará el costo de capital a largo plazo e impactará las futuras decisiones de fijación de precios al consumidor e inversión”, señala el informe.
De acuerdo con el estudio, las consecuencias de esta desconexión de los precios del espectro en la región se reflejan en un despliegue más lento de las redes móviles, en la calidad de los servicios y posiblemente tarifas más altas para los usuarios.
Uno de los casos más sonados en América Latina es el de México. En este mercado, 85 por ciento del costo total del espectro es fijado por el gobierno cada año (derechos anuales). Y a pesar de que los ingresos del sector se han mostrado planos o en retroceso, apunta la GSMA, los ajustes en los derechos anuales han crecido por encima de la inflación del país.
Este incremento en el precio del espectro provocó que entre 2019 y 2023, AT&T y Telefónica devolvieran frecuencias al Estado; que en 2021 una licitación quedara prácticamente desierta; así como un camino más lento para expandir el acceso Internet en el país.
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Si el valor del espectro en México se alineara con el promedio a nivel mundial, la GSMA proyecta que se podría acelerar la cobertura 4G para 5 millones de mexicanos y aumentar la velocidad de descarga de datos en un 30 por ciento.
Otro caso es el de Ecuador, donde el costo anual del espectro como porcentaje de los ingresos recurrentes de los operadores se incrementó desde el 10 en 2010 a 18 puntos porcentuales en 2022. Eso generó que el país tuviera el precio más alto de América Latina, tres veces por encima de la media regional.
Sin embargo, el regulador ecuatoriano desarrolló un nuevo reglamento que reduce la incidencia del precio del espectro sobre los ingresos para los próximos años, lo cual, destaca la GSMA, mejorará las condiciones para invertir en el sector.
En ese sentido, la asociación detalla que las prácticas regulatorias y las políticas públicas juegan un papel decisivo para revertir los efectos negativos de tener precios de frecuencias muy altos.
Por eso, recomienda a los países de la región adoptar buenas prácticas para la gestión eficiente del espectro, como definir tarifas previsibles y razonables; brindar certidumbre acerca de los procesos de asignación de licencias; trazar hojas de ruta para establecer un cronograma de futuras liberaciones de frecuencias para servicios móviles, y no limitar de forma artificial la cantidad de espectro disponible.
