La lucha contra el discurso de odio en Internet se está enfriando y una de las plataformas que menos trabajó en ello durante este año fue Twitter. De acuerdo con la séptima evaluación del Código de conducta de la Unión Europea, la red social del pajarito azul tardó mucho más tiempo y eliminó menos contenido tóxico en 2022, en comparación con el año anterior.
Las cifras muestran que Twitter fue la segunda plataforma que más recibió notificaciones de contenido odioso (1097), de las cuales revisó poco más de la mitad en 24 horas y el restante en 48 horas. Asimismo, la tasa de eliminación cayó al 45.4 por ciento en comparación con el 49.8 por ciento del año anterior.
Twitter no fue la única, en general la mayoría de las plataformas tecnológicas adscritas al Código obtuvieron una evaluación negativa. Lamentablemente, la cantidad de notificaciones revisadas por las empresas dentro de las 24 horas disminuyó a 64.4 por ciento en 2022, en comparación con los dos últimos años (81% en 2021 y 90.4% en 2020).
Mientras que la tasa de eliminación fue del 63.6 por ciento, similar a la de 2021 de 62.5 por ciento, pero aún inferior a la de 2020 del 71 por ciento. En promedio se eliminó alrededor del 69 por ciento del material que pedía asesinato o violencia contra grupos específicos, en comparación con el 83 por ciento del año pasado, y se eliminó 59.3 por ciento del contenido que usaba palabras o imágenes difamatorias para nombrar a ciertos grupos.
TikTok y YouTube fueron las únicas plataformas que mejoraron en el tiempo de revisión y la eliminación del contenido de odio. Mientras que Facebook fue la que recibió la mayor cantidad de notificaciones, eliminando sólo el 69 por ciento de ellas.
Los resultados muestran que, en general, las plataformas de Internet fueron más laxas en su tarea de controlar el discurso de odio, la desinformación y la violencia de género en línea.
No obstante, para los reguladores europeos que buscan hacer cumplir la Ley de Servicios Digitales (DSA), la inacción de Twitter es aún más preocupante debido a la nueva visión del multimillonario Elon Musk, quien ha tomado las riendas del negocio restableciendo las cuentas suspendidas, como la del expresidente Donald Trump, y desmantelando a equipos clave como el de Ética y Derechos Humanos.
Muchos consideran que la bandera de “libertad de expresión” que ondea Musk puede llevar a una mayor proliferación del discurso de odio en el sitio y podría generar problemas con el cumplimiento de las leyes europeas.
Por su parte, el Comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Thierry Breton, ha advertido a Musk que Twitter aún tiene un enorme trabajo que hacer por “crear políticas de usuario transparentes, reforzar la moderación de contenidos, proteger la libertad de expresión, abordar la desinformación y limitar la publicidad dirigida”. Asegura que se requiere “suficiente Inteligencia Artificial y recursos humanos, tanto en volumen como en habilidades”, para lograrlo.