Lo que no te dicen de los celulares plegables

Te contamos la triste historia que es tener un celular plegable en tu día a día y cómo no es la mejor opción para todos los usuarios.

*Por Sharon Durán y Valeria Romero

Comprar un celular es mucho más que una necesidad para comunicarte. Si bien es su rol principal, para muchos tener un celular con el que se identifiquen lo es todo. Por eso, los usuarios usamos case y ponemos fondos de pantalla para que ese dispositivo hable por nosotros.

Cuando llegaron los celulares con pantalla plegable, la gran promesa fue tener un smartphone con una pantalla de tamaño normal o incluso más grande, pero con la practicidad de guardar en cualquier lugar o bolsillo.

En este sentido, lo práctico y versátil de la forma de los celulares plegables es determinante para este segmento, que hasta ahora se ha convertido en una tendencia y referente de innovación entre los fabricantes de teléfonos inteligentes más atrevidos.

Otra de las grandes cualidades que prometen los plegables es la de tener una pantalla extra que los usuarios podemos personalizar a nuestro gusto y estilo, lo cual satisface esta necesidad de darle un toque único y divertido.

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Sin embargo, no todo es tan bonito como parece. Hasta hace un año el mercado de teléfonos plegables seguía en una etapa experimental. Si bien la oferta es cada vez más amplia con nuevos fabricantes que se aventuran en lanzar sus propios dispositivos flexibles, la realidad es que comprar un teléfono plegable sigue siendo una inversión riesgosa para tu cartera.

En esta ocasión, dos editoras de DPL Tech te contamos lo que no te dicen de tener un celular plegable como tu dispositivo del diario, basado en nuestra experiencia con uno de los modelos más vendidos de este segmento hasta el momento: el Galaxy Z Flip 4 de Samsung.

Mil 200 dólares por un celular que duró seis meses

Sharon Durán

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Recuerdo que al comprar mi Galaxy Z Flip 4, cerrarlo y guardarlo en los pequeños bolsillos de la ropa femenina fue una de las cosas que me enamoró.

Luego la practicidad de tomar fotos con el celular plegado, el potencial técnico, la buena cámara y las especificaciones de almacenamiento me terminaron de convencer.

Pero el enamoramiento terminó cuando lo usé por más tiempo y me di cuenta que:

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La parte inferior de la pantalla, justo después del bisel, titilaba como si tuviera al menos cuatro años de uso. El uso que tenía mi celular de cinco meses era el manejo diario de una periodista. Nunca lo golpeé ni lo maltraté. Incluso le compré todas las respectivas protecciones por si eso sucedía. Por lo demás, el teléfono funcionaba casi bien. Pero claro, una pantalla afectada es TODO en un celular como este.

La historia no termina ahí. Con el paso de los días, el lugar del bisel derecho era completamente negro, y pasó de ser una falla técnica ocasional para convertirse en un problema de interacción y visualización de la pantalla.

Todo se puso mucho peor cuando le salió una línea horizontal de bisel a bisel y otra más completamente vertical del bisel afectado a la parte superior del celular. Parecía un celular de lo más antiguo, cuando apenas cumplía seis meses de adquirido.

Al decidir cambiarlo definitivamente, lo envié al servicio técnico oficial y al recibir el dispositivo, el asesor respectivo me dijo: “¿Ya hiciste un backup? Porque estos celulares no vuelven, ya han traído varios”.

En ese instante sentí que todo estaba perdido, que nada haría regresar a mi Galaxy Flip 4. Casi se sentía como una despedida y así fue. Días después el servicio técnico confirmó que se trataba de fallas técnicas en el dispositivo y efectivamente no regresó.

Esta situación me dejó una sensación absurda sobre el costo versus la experiencia de usuaria que tuve con este smartphone. Tener un celular gama alta es tener la tranquilidad de contar con una herramienta de trabajo y personal en el que confías tus datos e información a largo plazo.

Definitivamente estar cambiando de celular cada semestre no es una opción.

Es claro que las pantallas plegables son una tecnología que se sigue perfeccionando, pero si se trata de ‘dispositivos de prueba’ con los que contarás seis meses, no deberían tener un costo que responde a características de un celular de gama alta.

La pantalla de mi celular plegable se rayó en cuatro meses de uso

Valeria Romero

Al cambiar mi plan de datos me ofrecieron mudarme de equipo y decidí atreverme por algo completamente nuevo cambiando mi viejo iPhone XS por un Galaxy Z Flip.

Había probado previamente la generación 3 por algunos días y en ese momento me encantó la experiencia de la cámara como trípode con la pequeña pantalla exterior, por lo que me quedé con ganas de probar más.

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El bonito color lavanda y el hecho de que lo puedes usar como si fuera una pequeña bolsa o accesorio con un case de anillo, convenció a la aficionada de la moda que tengo dentro.

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Al inicio, me encantó esa sensación de estar doblando el teléfono, como si se tratara de un polvo de maquillaje o esos celulares viejitos con tapa de los años 2000. Es algo que te termina atrapando y puedo decir que casi se vuelve una adicción hacerlo.

Sin embargo, esa costumbre por doblar el teléfono todo el tiempo me salió más caro de lo que esperaba y mi perfecto accesorio tech perdió esa magia y brillo de cuando lo compre.

Estos son los principales puntos por los que me arrepiento de comprar un celular plegable:

  • La pantalla se rayó visiblemente en la parte de pliegue en apenas cuatro meses de uso, debido a los constantes dobleces.
  • Al doblarlo, el movimiento ya no se siente tan suave como al principio.
  • El pliegue sí es bastante visible y se siente incómodo al tacto.
  • A pesar de la utilidad del modo Flex como tripié, la resolución de las cámaras se queda corta en relación con el costo del equipo.
  • Los widgets de la pantalla exterior terminan siendo inútiles, porque te obligan a abrir el teléfono para hacer cualquier acción.
  • La ubicación del sensor de huellas es bastante incómoda si le pones un case, mientras que el desbloqueo facial tiende a fallar mucho.
  • El rendimiento de la batería no es el que esperaba y el teléfono suele calentarse bastante cuando abres muchas aplicaciones o juegas.

Flip 4 vs. Flip 5

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Con el lanzamiento del nuevo Galaxy Z Flip 5 encontramos ciertas mejoras respecto al Flip 4, como que ahora sí se puede cerrar completamente sin que exista un pequeño hueco entre la separación de ambas partes del teléfono. Esto supone una mayor protección de la pantalla interior para evitar que partículas de polvo o suciedad entren y puedan rayarla.

También hay un cambio de tamaño considerable en la pantalla exterior, que ahora cubre completamente toda la parte frontal, lo cual resuelve la poca utilidad general de la pantalla y de los widgets.

Sin embargo, cabe recordar que el Galaxy Flip 4, en su lanzamiento, prometía mejorar detalles que se habían presentado con el Galaxy Flip 3, justo como lo promete el Galaxy Flip 5 ahora.

A pesar de la incorporación de un procesador más potente, mi primera impresión del Galaxy Z Flip 5 es que es lo mismo que el Flip 4. Desde las cámaras, el cuerpo, el software, los colores y la experiencia de uso, no hay ningún salto o novedad y por ese precio puedes conseguir un equipo más duradero. Además, el pliegue de la pantalla sigue siendo muy visible.

Samsung tendrá que ponerse las pilas en innovar rápidamente el próximo año si quiere darle batalla a la creciente competencia con fabricantes como Motorola y Oppo, que lo están haciendo un poco mejor con sus propias ofertas.

Pero aún falta tiempo para que los celulares plegables resuelvan sus problemas de durabilidad. Por tanto, si quieres un smartphone que te dure más de un año sin fallas, puede que los plegables no sean para ti.

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