Cancún, México.- Un regulador TIC, en la era 5G, debe reflexionar y transformarse en un verdadero regulador de quinta generación con una visión holística, abierta, colaborativa e interdependiente que lidere la transformación digital en cada país.
Así lo expresó Carlos Lugo Silva, Oficial Experto para las Américas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), durante su participación en el LATAM ICT Congress 2022, convocado por Huawei en Cancún, México.
Para el especialista de la UIT, un regulador 5G necesita pensar en esquemas innovadores y flexibles para la aplicación de normativas y promover la simplificación regulatoria, reduciendo las barreras artificiales al despliegue de infraestructura y al desarrollo de nuevas tecnologías.
Lugo Silva comentó que los órganos reguladores en la era 5G deben promover una visión no recaudatoria del espectro radioeléctrico, ya que los altos costos de este recurso inhiben las inversiones; así como crear un entorno atractivo y estimulante para nuevos actores de la economía digital.
El despliegue de las redes 5G, y las implicaciones que tendrá en el crecimiento económico y el bienestar social, también requerirá de decisiones estratégicas en los Congresos, aseguró el Oficial Experto de la UIT.
Desde los curules legislativos de los distintos países, Lugo Silva comentó que lo ideal es que los representantes, senadores o diputados promuevan normas efectivas para remover las limitaciones a la implementación de la infraestructura, disminuyan las cargas fiscales sobre equipos y el espectro y promuevan alternativas financieras para la conectividad.
Además, el también exintegrante de la Comisión de Regulación de Comunicaciones de Colombia destacó que las instituciones regulatorias no pueden mantenerse aisladas. El ecosistema digital actual no sólo involucra a los organismos del sector de telecomunicaciones, sino también a las instituciones de diversos sectores.
Por eso, Carlos Lugo Silva apuntó que los reguladores TIC tienen que trabajar de la mano de otras dependencias y organismos, pues el impacto de la tecnología 5G es transversal y requiere una regulación y políticas públicas holísticas.