8M | Espectro radioeléctrico y mujeres: dos recursos escasos en telecom

La Agencia Nacional de Telecomunicaciones de Brasil tuvo solo una mujer en el Consejo Directivo en toda su historia. Cristiana Camarate, la única mujer superintendente de la autarquía en este momento, es candidata a ocupar una vacante suplente en la lista tríplice. Aunque asegura que está centrada en el presente y el cargo que ocupa ahora, es consciente de la necesidad de integrar a más mujeres en el sector de las telecomunicaciones.

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En el complejo universo de las telecomunicaciones brasileñas, donde regulaciones, resoluciones, negociaciones y decenas de siglas se enredan como cables visibles en postes compartidos para desenredarse principalmente a través de decisiones de hombres, son pocas las mujeres que ocupan posiciones destacadas.

Una de ellas es Cristiana Camarate, actualmente la única mujer superintendente en la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).

Desde 2022, Camarate lidera la Superintendencia de Relación con el Consumidor (SRC), quinta función que ejerce en sus 17 años de carrera en la Agencia, en el segundo nivel más alto de jerarquía de la autarquía.

Por encima de su cargo, sólo está el Consejo Directivo, compuesto íntegramente por hombres en la actualidad y que, entre sus atribuciones, es responsable de la nominación de los superintendentes, por criterios que involucran competencia y experiencia.

Sin embargo, más allá de estos criterios, la Anatel posee y sigue una serie de directrices jerárquicas, las cuales inevitablemente acaban favoreciendo a los hombres que trabajan en ella.

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En la más reciente lista tríplice enviada a la Presidencia de la República con los superintendentes elegidos para sustituir a los miembros del Consejo Directivo, aparece dos veces el nombre de Cristiana Camarate, en un esfuerzo de la Agencia por promover una mayor equidad de género en los cargos de decisión.

Aun con su nombre en los bloques de la primera y tercera vacante, Camarate no se convertiría en la primera mujer en sustituir a cualquier consejero, ya que, dentro de cada bloque, se prioriza el tiempo de servicio en la Agencia y, siguiendo este criterio, quedan por delante de ella otros dos hombres.

Cuando se le pregunta si aspiraba a ocupar el Consejo Directivo o incluso la Presidencia de la Anatel, Camarate afirma que está más centrada en el presente y en el cargo que ocupa actualmente.

“El lugar en el que me veo es donde estoy y las cosas suceden como tienen que suceder. Llegué hasta aquí por una serie de circunstancias y oportunidades que se me presentaron y las acepté. No rehúyo de los desafíos, pero mi objetivo en la vida no es ser ‘esto o aquello’; me centro en el desafío que estoy viviendo para hacer lo mejor posible“, enfatiza.

Además de sus muchos criterios, como entidad pública, el ingreso en la Anatel se da a través de concurso y, como la mayoría de las vacantes que se abren son para los cargos técnicos, generalmente en áreas de ingeniería, estas son invariablemente más ocupadas por hombres.

Esto se debe a un problema mucho más amplio que afecta a organizaciones públicas y privadas en todo el mundo: la escasa presencia de mujeres en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revelan que 70 por ciento de los individuos en 34 países asocian la ciencia y las matemáticas con los niños y no con las niñas, y también que en algunos países 50 por ciento de los padres esperan que sus hijos estudien carreras STEM, frente al 20 por ciento que esperan que sus hijas sigan estas carreras. En un informe de las Naciones Unidas de 2022, se dice que la enseñanza de matemática a las niñas es descuidada por los profesores por cuestiones de estereotipos de género.

Es por razones como estas que Camarate está directamente involucrada con los programas “Meninas nas TIC” y “Americas Girls Can Code” de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en colaboración con la Anatel, los cuales promueven la capacitación de niñas en Tecnologías de la Información, así como su desarrollo en robótica y áreas STEM.

Celebrado por la UIT el 27 de abril, el Meninas nas TIC, por ejemplo, invita a las estudiantes de escuelas públicas de Brasilia a los eventos que tienen lugar en la Anatel, con programaciones y un recorrido por la Agencia que fomentan su interés en esta área, con el fin de que el futuro sea más equitativo.

“Vi una vez una charla de TED que hablaba sobre enseñar a las mujeres a ser valientes y no perfectas, que personalmente me marcó y cambió mi visión. En ella, la oradora presentó algunos datos abordando la falta de confianza de las niñas en la resolución de problemas matemáticos, aunque supieran cómo hacer los cálculos, en contraposición a la confianza absoluta de los niños que, incluso sin saber, los hacían, aunque estuvieran equivocados”, cuenta Camarate.

Para la superintendente, este es un ejemplo de las “barreras invisibles” (como ella las llama) que ve mucho en su intercambio de experiencias con otras mujeres: el no asumir en lugar de correr riesgos.

“Solía hablar sólo cuando estaba segura de lo que iba a decir y de que era una idea realmente buena o innovadora. Hoy ya no dejo de dormir si digo tonterías”, declara.

A pesar de la experiencia y la formación de quien comenzó en la Anatel directamente en el área técnica de concesiones, un currículum sólido en el área del derecho empresarial por una de las mayores universidades de Brasil, la PUC-RJ, y dos maestrías (una de ellas en Derecho de la Empresa por la Fundación CIFF – Centro Internacional de Formación Financiera de la Universidad de Alcalá, en España), Camarate tuvo que enfrentar la vacilación para exponer una idea u opinión, y la necesidad de reafirmar su lugar en la mesa en reuniones importantes.

Estos obstáculos no parecen tangibles pero son resultado de una carga de género histórica, de estereotipos y roles de género, que pesan sobre muchas mujeres.

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Camarate habla en la ONU. Crédito: archivo personal

Por eso, una de las banderas de Camarate es el aumento de la confianza de las mujeres en la vida profesional. Sin embargo, esta confianza fue algo que Camarate construyó con el tiempo, hasta llegar a hablar en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU en 2022, precisamente sobre el mundo de las TIC.

En varias ocasiones durante la entrevista, Cristiana Camarate refuerza su posición de creencia en las asociaciones y en el trabajo en equipo, más allá de las cuestiones de género. En la Superintendencia de Relaciones con el Consumidor, lidera un equipo equilibrado entre hombres y mujeres, en el que busca promover el diálogo y el trabajo colaborativo, ya que enfatiza la importancia de crear una cultura de apoyo y empoderamiento, donde tanto hombres como mujeres reconozcan y valoren las contribuciones únicas que cada uno puede ofrecer.

“Lo que creo es en una suma. Y la suma incluye a hombres y mujeres, independientemente de sus cargos. Y existen, sí, mujeres competentes para ocupar diversos cargos, no sólo en el sector de las telecomunicaciones; en todos los sectores hay mujeres y hombres competentes”, enfatiza.

“Los hombres también necesitan vigilarse y abrir espacio para las mujeres. Cuando esto sucede, la institución en su conjunto se beneficia, ya que la diversidad de perspectivas conduce a una mayor eficiencia”.

¿Quién quiere ser la próxima presidenta?

Recientemente, en cumplimiento de la Agenda 2030 de la ONU y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Anatel ha estado trabajando para promover una mayor participación de las mujeres en puestos de decisión.

La iniciativa surgió del consejero Alexandre Freire, al observar que en los 26 años de historia de la Anatel, sólo una vez una mujer integró el Consejo Directivo. A pesar de los esfuerzos y de lo expuesto, este panorama parece lejano a repetirse.

Además, según un estudio realizado por el propio consejero, de los 49 cargos de comisionados de dirección en las 10 agencias reguladoras del país, sólo siete son ocupados por mujeres, lo que demuestra un fuerte retraso en cuanto a la equidad de género entre las entidades autónomas y en el sector de las telecomunicaciones, que tienen seis años para modificar esta situación si realmente desean cumplir con la Agenda 2030.

Se destaca que, en marzo de 2023, el Centro de Altos Estudios en Comunicaciones Digitales e Innovaciones Tecnológicas (Ceadi) inició un proyecto destinado a crear un repositorio de referencia bibliográfica de libros, artículos, etc., de autoría de mujeres.

El objetivo es ampliar la visibilidad del género en diversas áreas de actuación, especialmente en las telecomunicaciones en Brasil, para que sus contribuciones sean reconocidas por las áreas técnicas de la agencia.

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