El diagnóstico de El internet de las oportunidades: Desbloqueando la interoperabilidad financiera en América Latina no es nada halagüeño: en México, el efectivo es rey y las razones de esta supremacía del efectivo son: la desconfianza digital, la infraestructura limitada, la escasa accesibilidad y rapidez, y los hábitos de alta informalidad.
“La interoperabilidad es el factor crítico para acelerar pagos digitales y reducir la dependencia del efectivo”, consta en el informe elaborado por Finnosummit y la Fundación Interledger, que también advierte sobre la concentración del sistema financiero mexicano, donde sólo 3 bancos controlan 47% de los activos.
Regulación, costos y tecnología
Tal como advirtió Anna Sheard, directora de Comunicaciones de Interledger, durante la presentación del informe, en Finnosummit 2025, el sistema actual está excluyendo a 1.3 mil millones de personas en el mundo, por lo que la interoperabilidad ya no es opcional.
Respecto a la velocidad de la liquidación, el espectro de tiempo arranca desde instantáneo y se extiende a uno, dos, tres o más días. De acuerdo con el estudio, para el que Finnosummit recopiló datos operativos de 50 empresas y 10 expertos en la industria de pagos, 41% tiene retrasos frecuentes en las liquidaciones y una proporción similar (36.4%) identifica que esos retrasos afectan frecuentemente la satisfacción del usuario.

Pese a estas demoras, el Índice de Preparación del Ecosistema arrojó un promedio de 63% para adoptar la interoperabilidad. “México está listo para ser interoperable a nivel de pagos”, aseveró, Jordi Puig, director de Innovación y Programas de Finnosummit.
No obstante, la implementación no es inmediata, ya que las integraciones requieren tiempo para hacer los desarrollos: más del 45% de los encuestados declaró que necesita más de 4 meses para hacerlo y sólo poco más del 35% dijo que podría tenerlo listo en un plazo de 0 a 3 meses.
Por ello, explicó Puig, el país atraviesa una paradoja: está listo para adoptarla, pero faltan objetivos comunes, casos de uso claros y que las empresas vean un beneficio explícito. El estudio urge traducir esa preparación en acción colectiva a través de “definiciones claras de colaboración y marcos de gobernanza”, ya que identifica como principal problema “la ausencia de una definición clara de cómo debe estructurarse y gobernarse la interoperabilidad”.
Resume que los retos estructurales que enfrenta la interoperabilidad de los pagos son: la brecha digital urbano-rural, la incertidumbre regulatoria y la ausencia de una visión compartida sobre sus beneficios.
Los faros son los referentes globales habituales: UPI (Unified Payments Interface), lanzado por la National Payments Corporation of India (NPCI) en 2016 bajo la supervisión del Banco de la Reserva de India (RBI), y Pix, el sistema interoperable de pagos inmediatos desarrollado por el Banco Central de Brasil. A partir de esos casos de éxito, plantea como solución una agenda coordinada que promueva la competencia y el acceso abierto como motores de inclusión financiera.
Un estudio reciente del BID recoge que la interoperabilidad es uno de los desafíos pendientes del sistema financiero latinoamericano y advierte que es tan difícil de lograrla orgánicamente debido a que “las externalidades de red pueden obstruir la coordinación entre los proveedores y arrojar como resultado la fragmentación, particularmente cuando los usuarios perciben a los proveedores como sustitutos unos de otros”.
Un paso adelante
“El panorama es muy optimista”, declaró Puig, quien señaló que el único interrogante que queda es quién debe dar el primer paso. “El paso debe ser conjunto”, aseveró. “México ya tiene la tecnología, ya está listo para interoperar”, arengó, y enfatizó que es necesario que talento, actores, reguladores, bancos, internacionales, reconozcan que tienen más que ganar y, establecer así una regulación robusta y casos de uso beneficiosos.
De esta forma, señaló, pueden lograrse tres objetivos si la gente se alinea: reducir drásticamente los costos, que serán más bajos cuanto más interoperables sean los pagos, lograr hasta mil millones de dólares de ahorro en remesas y fomentar la Inclusión digital.
Este lunes 27 de octubre, los reguladores financieros mexicanos, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México (Banxico), abrieron a consulta nuevas disposiciones aplicables a las redes de medios de disposición mediante las que proponen fomentar la interoperabilidad de las redes de pagos y reducir los costos de las transacciones con tarjeta.
Los próximos 8 y 9 de noviembre de 2025, la Fundación Interledger y Finnosummit organizarán un hackatón en la Ciudad de México para fomentar el desarrollo de soluciones innovadoras de pagos abiertos entre la comunidad tecnológica del país.