Trump advierte represalias a países con impuestos o regulaciones específicas para Big Tech estadounidenses
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, lanzó una nueva amenaza de aranceles y represalias, esta vez en contra de aquellos países que hayan aplicado regulaciones o impuestos específicos en contra de las grandes tecnológicas estadounidenses, por lo que advirtió que este segmento ya no será la “alcancía” del mundo.
Tras varias victorias como nuevos acuerdos comerciales o eliminación de aranceles en contra de Estados Unidos, Trump ahora advirtió que se opondrá a los países que “ataquen a nuestras increíbles empresas tecnológicas”, los cuales podrían ser sujetos de nuevos aranceles, o incluso restricción de acceso a la tecnología estadounidense.
A mediados del año, el mandatario logró que Canadá eliminara el impuesto especial a servicios digitales (DST) después de amenazar con el fin de las relaciones comerciales y aranceles especiales. El DST buscaba imponer una tasa del 3% sobre los ingresos que las tecnológicas generaran en el país del norte Canadá. De manera similar, Trump condicionó la firma de un acuerdo con el Reino Unido a cambio de que la isla eliminara su impuesto digital.
“Los impuestos digitales, la legislación sobre servicios digitales y las regulaciones de los mercados digitales están diseñados para perjudicar o discriminar la tecnología estadounidense”, publicó en un post, en su red social Truth. “Además, de forma indignante, dan un pase completo a las empresas tecnológicas más grandes de China”, acusó.
La amenaza de Trump surge luego de haber firmado un nuevo acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), una de las regiones que más ha apoyado la imposición de tasas impositivas especiales contra Big Techs. Tras la firma del acuerdo, la Comisión Europea señaló que se había negado a negociar cualquier acuerdo que requiriera cambios a sus leyes actuales para el sector digital, así como a los impuestos digitales que ya hayan establecido algunos de sus países miembros.
En años recientes, las grandes compañías tecnológicas se han mantenido en el centro del debate en diversas geografías, al ser acusadas de ejercer prácticas abusivas que aprovechan lagunas fiscales para evitar el pago de impuestos. Por ejemplo, registrar su sede en un país con una baja tasa impositiva, mientras que la mayoría de sus ingresos provienen de otros países donde no tienen una sede física o legal, y por tanto, no son requeridas de presentar una declaración fiscal.
Algunos países de Europa han planteado tasas impositivas especiales para las grandes tecnológicas que permitan a los países compensar dichas prácticas. Básicamente, un impuesto digital busca tasar todos los ingresos generados en el país, aun cuando dicha empresa no tuviera una sede legal. Aunque estos impuestos usualmente no están enfocados a empresas de cierta nacionalidad, suelen impactar mayormente a las grandes tecnológicas de origen estadounidense.
En ese sentido, Trump ahora afirma que estas iniciativas “deben terminar, y terminar ¡YA!”, por lo que advirtió que todos los países con impuestos, legislación, normas o regulaciones digitales serán sujetos a aranceles adicionales o incluso, a enfrentar restricciones a la exportación de la tecnología, incluyendo chips avanzados.