Hoy la economía vive y se dinamiza en el entorno digital, aprovechando las posibilidades de negocios que brindan las diversas tecnologías, desde las plataformas digitales hasta el Blockchain. Por eso, se necesitan nuevas reglas fiscales que abarquen a los negocios digitales.
Así lo afirmó el jefe de Negocios e Impuestos Internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Pierce O’Reilly, durante la segunda jornada plenaria del Congreso Latinoamericano de Transformación Digital (CLTD 2021).
O’Reilly destacó la importancia del acuerdo que alcanzaron más de 130 países y jurisdicciones del mundo para introducir un impuesto mínimo de 15 por ciento a las empresas multinacionales que ofrecen servicios y productos digitales.
Esa reforma al sistema fiscal internacional, dijo, equilibrará el espacio de juego para las empresas e incrementará la recaudación para los países, pues se trata de compañías que realizan actividades económicas pero no necesariamente tienen presencia física en las jurisdicciones, lo cual hasta ahora dificulta que paguen impuestos.
La jefa de Fiscalidad y Análisis Estadístico de la OCDE, Michelle Harding, subrayó que la tributación empresarial debe innovarse para incentivar las inversiones. En América Latina, hay una mayor dependencia de los impuestos recaudados en los bienes y servicios y el sector corporativo, por ejemplo, respecto a otras partes del mundo.
Salto a un nuevo modelo
La política fiscal necesita unirse a la agenda digital de los países para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo que propicie un Estado digital, y sociedades más justas e inclusivas, señaló el oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Sebastián Rovira.
El especialista de la Cepal hizo un llamado a la región a avanzar hacia un verdadero Estado de bienestar digital, que garantice la igualdad, inclusión y seguridad en el acceso y apropiación de las tecnologías, no sólo para tener consumidores, sino productores digitales.