Durante 2020, un año marcado por la crisis de la Covid-19, la tasa de ocupación laboral en América Latina se contrajo 5.5 por ciento. En ese contexto, el empleo a través de plataformas digitales ―de movilidad o delivery, como Uber, Didi o Rappi― se configuró como una opción para que las personas pudieran obtener ingresos o complementar sus ganancias.
Un nuevo estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que la población en la región percibe ventajas en esta modalidad de trabajo, pero también desafíos que deberían analizarse para garantizar mejores condiciones a los colaboradores de estas plataformas.
A medida que avanza la digitalización en la región, están surgiendo nuevos modelos de negocio de la mano de las plataformas digitales y, a su vez, nuevas fuentes de empleo en un mercado, sobre todo frente al alto grado de informalidad y precariedad laboral en la región.
Entre los beneficios que ofrece el empleo mediante las plataformas, el informe destaca la flexibilidad para organizar las horas de trabajo y la vida personal; la posibilidad de obtener ingresos elevados por hora, en comparación con el mercado laboral tradicional; así como la oportunidad de ocuparse sin contar con competencias sofisticadas o estudios superiores.
Los colaboradores de plataformas digitales en Argentina, Colombia y Costa Rica, entrevistados por la Cepal y la OIT, consideran que la principal ventaja de este modelo es que les ha permitido salir del desempleo, especialmente entre la población joven menor de 30 años.
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Incluso, en algunos países las personas inmigrantes son quienes recurren a las plataformas para encontrar una fuente de ingresos. En Colombia, República Dominicana y Costa Rica, entre 10 a 17 por ciento de los colaboradores llegaron de otras naciones, como Venezuela. Y en Argentina, entre 66 a 84 por ciento de los trabajadores de servicios de reparto a domicilio son inmigrantes recientes.
A diferencia de la población natal de un país, los inmigrantes se enfrentan a una serie de barreras para acceder a oportunidades de empleo formal. Por ello, han optado por emplearse mediante las plataformas, que no les piden demasiados requisitos.
Sin embargo, la Cepal y la OIT señalan que la ocupación a través de las plataformas digitales también presenta retos para los reguladores y gobiernos, pues hay temas pendientes que se deben analizar para velar por que las personas tengan condiciones “decentes”.
Por ejemplo, las organizaciones advierten que se debe revisar y regular la relación que establecen los conductores y repartidores con las empresas tecnológicas, pues en varios casos las compañías pueden desconectarlos unilateralmente.
Y además se debe tomar en cuenta que los colaboradores están expuestos a un elevado riesgo de accidentes y asaltos, pero no cuentan con algún tipo de protección social.