T-Mobile dio el siguiente salto en el despliegue de 5G. Esta vez, con el lanzamiento de su red 5G-Advanced, la primera en su tipo en Estados Unidos.
El operador móvil anunció que su red 5G-Advanced ya está disponible en todo el país, mediante la cual los usuarios podrán experimentar “un nuevo nivel de rendimiento y confiabilidad”.
De esta manera, T-Mobile se convirtió en el único operador de Estados Unidos con una infraestructura nacional basada íntegramente en arquitectura 5G autónoma (5G SA).
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Aunque las declaraciones de la compañía suelen venir cargadas de retórica comercial, el anuncio marca un cambio para el ecosistema móvil, tanto en aplicaciones de consumo como en soluciones empresariales y de desarrollo tecnológico.
La compañía logró avanzar hacia 5G-Advanced gracias a su adopción total de la arquitectura 5G SA, a diferencia de otros operadores del mercado que todavía operan redes dependientes del núcleo de 4G (NSA, o non-standalone).
Esto no sólo representa una ventaja técnica en términos de rendimiento y latencia, sino que también abre la puerta a una gama más amplia de usos sofisticados, como Realidad Extendida, videojuegos en la Nube, dispositivos inteligentes y aplicaciones críticas que requieren comunicaciones en tiempo real y redes confiables.
¿Qué implica la tecnología 5G Avanzada?
La llamada 5G Avanzada se basa en la versión 18 del estándar 3GPP, el organismo internacional que regula las especificaciones de las redes móviles. Esta nueva versión incorpora automatización e Inteligencia Artificial en múltiples capas de la red, lo que mejora la eficiencia operativa y la capacidad de respuesta.
T-Mobile ha combinado elementos de las versiones 17 y 18 para ofrecer una red más robusta y adaptable, anticipando casos de uso que van desde videollamadas más estables hasta redes dedicadas para servicios de emergencia o aplicaciones industriales.
La compañía ya ha realizado implementaciones prácticas, como el servicio T-Priority, un segmento exclusivo de red para personal de primera línea, y soluciones de seguridad como SASE, enfocadas en proteger activos corporativos frente a amenazas cibernéticas.
Segmentación e IA: los cimientos de la nueva conectividad
Uno de los componentes clave de esta evolución tecnológica es la segmentación de red (network slicing), que permite a operadores como T-Mobile crear “rebanadas” virtuales de su infraestructura para casos de uso específicos.
Esta cualidad es clave en contextos donde la latencia, la velocidad o la seguridad no pueden comprometerse. Por ejemplo, network slicing permite garantizar la operación fluida de sistemas de punto de venta durante eventos masivos como el Gran Premio de Las Vegas.
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En paralelo, la incorporación de Inteligencia Artificial en la red —desde la RAN hasta los sistemas de gestión— posibilita la asignación dinámica de recursos, adaptándose en tiempo real a la demanda de los usuarios. Esta capa de IA mejora la experiencia del usuario final, al mismo tiempo que optimiza el consumo energético.
RedCap y el salto al IoT masivo
T-Mobile también anunció la introducción de la tecnología de capacidad reducida (RedCap), lo cual permite que su red 5G escale hacia un ecosistema más amplio con una nueva generación de dispositivos conectados que requieren menor ancho de banda, pero mayor eficiencia energética y estabilidad.
RedCap es una tecnología diseñada para habilitar la conexión de dispositivos de Internet de las cosas (IoT) de bajo consumo, como sensores industriales y wearables.
Con estas actualizaciones tecnológicas, T-Mobile quiere posicionarse como un actor central en la consolidación del 5G como una plataforma de innovación en Estados Unidos, en un momento donde muchos operadores aún tienen redes ancladas a infraestructuras heredadas.
Más allá de la ventaja competitiva, el verdadero impacto de 5G-Advanced en Estados Unidos dependerá de cómo la aprovechen los desarrolladores y las empresas para crear aplicaciones que vayan más allá de la conectividad básica.
En última instancia, la tecnología 5G-Advanced no trascenderá sólo por su capacidad técnica, sino por su capacidad de transformar industrias, reducir la brecha digital y sentar las bases para tecnologías futuras, incluida la futura transición a 6G.