Los robots pueden beneficiar a niños hospitalizados: estudio

Conforme las máquinas de inteligencia automática se integran a diversas áreas de la industria y el hogar, el miedo al reemplazo tecnológico aumenta entre las personas. Pero, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Pediatrics del MIT, los robots podrían beneficiar en el cuidado de niños hospitalizados.

Los llamados “robots sociales”, utilizados en las sesiones de apoyo que se llevan a cabo en las unidades pediátricas de los hospitales, pueden generar emociones más positivas en los niños enfermos.

Muchos hospitales albergan intervenciones en unidades pediátricas, donde los especialistas en vida infantil brindarán intervenciones clínicas a niños hospitalizados para apoyo de desarrollo y afrontamiento. Esto implica juego, preparación, educación y distracción del comportamiento para la atención médica de rutina, así como antes, durante y después de los procedimientos difíciles.

Según los investigadores, aunque es un estudio pequeño, es el primero en explorar la robótica social en un entorno pediátrico con pacientes enfermos en el mundo real.

El estudio realizado en el Hospital Infantil de Boston y la Universidad Northeastern empleó el oso de peluche robótico “Huggable”. Más de 50 niños hospitalizados se dividieron aleatoriamente en tres grupos de intervenciones que incluían a Huggable, un Huggable virtual basado en tabletas o un osito de peluche tradicional. En general, Huggable mejoró varios resultados de pacientes sobre las otras dos opciones.

El estudio demostró que el integrar el robot Huggable en las intervenciones generaba emociones más positivas entre los niños. “Estos resultados emocionales, físicos y verbales mejorados son factores positivos que podrían contribuir a una mejor y más rápida recuperación en los niños hospitalizados”, escriben los investigadores en su estudio.

No reemplazarán a los especialistas médicos

Pero Huggable está diseñado sólo para ayudar a los especialistas de atención médica, no para reemplazarlos, subrayan los investigadores. “Es un compañero”, dice la coautora Cynthia Breazeal, una profesora asociada de medios, artes y ciencias y directora fundadora del grupo Personal Robots.

“Puede haber niños que no siempre quieren hablar con las personas y responden mejor al tener un animal de peluche robótico con ellos. Es emocionante saber qué tipos de apoyo podemos ofrecer a los niños que pueden sentirse aislados o asustados por lo que están pasando”, destaca la profesora.

Uniéndose a Breazeal y Logan en el papel, están Sooyeon Jeong, estudiante de doctorado en el grupo de Robots personales; Brianna O’Connell, Duncan Smith-Freedman y Peter Weinstock, todos del Hospital de Niños de Boston; y Matthew Goodwin y James Heathers, ambos de la Northeastern University.

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