Cómo la IA Afectiva transformará las relaciones entre máquinas y humanos

La IA Afectiva tiene el potencial de enriquecer nuestras interacciones con la tecnología, brindando experiencias más significativas y conectadas. Descubre cómo está el camino de redefinir las relaciones entre máquinas y humanos.

Con los recientes avances en Inteligencia Artificial (IA) Generativa, se anticipa que otras áreas dentro del campo de la IA evolucionarán rápidamente, integrándose para mejorar nuestra vida diaria.

A medida que nuestra interacción con la IA aumenta, el desarrollo de máquinas capaces de incorporar aspectos emocionales y sociales será crucial en el futuro para enriquecer esa interacción haciéndola lo más personalizada y natural posible.

En la actualidad, la Inteligencia Artificial Afectiva (IAA) está emergiendo como una tecnología que en su etapa más avanzada representará un cambio paradigmático en la interacción entre máquinas y humanos.

Las aplicaciones de la IA Afectiva prometen transformar la forma en que nos relacionamos y comunicamos con asistentes virtuales, robots y sistemas de Inteligencia Artificial en general.

¿Qué es la IA afectiva?

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La IA afectiva, también conocida como Computación Afectiva o IA emocional, se trata de una rama de la Inteligencia Artificial que se basa en dotar a las máquinas de la capacidad de reconocer, interpretar y emular las emociones humanas.

El término fue acuñado por primera vez en 1995 por la académica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Rosalind Picard, en su libro Affective Computing. El campo de la IA Afectiva se apoya en otras disciplinas como la informática, la psicología y la neurociencia.

A través de la combinación de algoritmos de Aprendizaje Profundo, reconocimiento facial, procesamiento del lenguaje natural y análisis de voz, las computadoras pueden interpretar y adaptar sus acciones o respuestas al estado emocional de los usuarios.

A diferencia de los sistemas de IA convencional, los modelos de IA Afectiva no sólo se entrenan con grandes bases de datos, sino que también aprenden de datos fisiológicos, como la frecuencia cardíaca o la temperatura del cuerpo, el lenguaje corporal y expresiones faciales o cambios en el tono de voz para analizar y detectar los sentimientos humanos.

Para lograr esto, se requiere el uso de cámaras, micrófonos y sensores avanzados que permitan a las máquinas procesar y predecir con precisión los estados de ánimo de las personas y actuar en consecuencia.

Se proyecta que el mercado global de tecnologías de Inteligencia Artificial centradas en el reconocimiento de emociones crecerá hasta alcanzar un valor de 73.51 mil millones de dólares en 2030, impulsado por un aumento en la integración de dispositivos IoT y una mayor adopción de la biometría y reconocimiento facial.

¿Cómo se está aplicando la IA Afectiva en el mundo real?

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Publicidad y atención al cliente

Hasta hace poco el desarrollo de la IA Afectiva se limitaba principalmente a la industria de la publicidad digital y el servicio al cliente en el sector minorista. Por ejemplo, para analizar las reacciones de la audiencia ante un anuncio o para monitorear las respuestas de clientes en los centros de contacto, midiendo de esta forma la eficacia del servicio.

Un ejemplo destacado de esta aplicación es la empresa pionera Affectiva, que utiliza su software, EmotionAI, en el análisis de medios, proporcionando a las marcas e investigadores de mercado una solución para comprender a un nivel más profundo la atención del espectador cuando consume contenido, mediante el análisis de microexpresiones faciales. 

Seguridad vial y vehículos autónomos

Tras su adquisición en 2021 por la empresa sueca SmartEye, la tecnología de Affectiva también se está aplicando en la industria automotriz para mejorar la seguridad vial combinando el monitoreo de expresiones faciales con el seguimiento ocular, para detectar comportamientos peligrosos en los conductores, como la somnolencia o las distracciones en el camino.

En el futuro se espera que la IA Afectiva también sea de utilidad mejorando la experiencia de los pasajeros en vehículos autónomos, ajustando la interfaz según las emociones detectadas. Por ejemplo, el automóvil puede ajustar automáticamente la iluminación y la música para crear un ambiente agradable o proporcionar entretenimiento específico según el estado de ánimo del pasajero.

Como apoyo en la atención médica y la salud mental

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Es probable que el verdadero potencial de la IA Afectiva sea desbloqueado al combinarse de manera efectiva con la robótica. Durante años, esta rama de la IA se ha intentado integrar en robots asistentes con la intención de hacer que las personas acepten su adopción mucho más fácil.

La IA Afectiva no sólo busca que las máquinas detecten las emociones, sino que puedan expresarlas para comunicar empatía, comprensión e incluso humor. Esta capacidad puede resultar especialmente útil para los robots sociales, que han surgido como apoyo ante la creciente demanda de trabajadores de cuidado en áreas como la atención médica y telemedicina, especialmente con pacientes de la tercera edad.

Un ejemplo de ello es la robot enfermera más avanzada, Grace, que fue desarrollada por la empresa Hanson Robotics para ayudar a aliviar la abrumadora carga de trabajo que experimentó el personal hospitalario de primera línea durante la pandemia de Covid-19 en 2021.

Grace tiene la capacidad de diagnosticar un paciente midiendo sus signos vitales con una cámara térmica, pero también puede alegrarles el día con estimulación social, como entablar conversaciones y brindar compañía a través de ejercicios terapéuticos.

Además, Grace puede mostrar empatía artificial gracias a que es capaz de simular el movimiento de 48 músculos faciales principales, lo que le permite crear una conexión más cercana con los pacientes.

Aparte de los robots enfermeros, la IA Afectiva también promete ser de gran utilidad para mejorar la atención de la salud mental, facilitando el diagnóstico temprano de enfermedades mentales y proporcionando asesoría personalizada, monitoreando el progreso terapéutico e identificando crisis potenciales.

En este caso, las aplicaciones de chat con asistentes virtuales impulsados por IAA se han convertido en una opción popular al actuar como una herramienta complementaria a la terapia tradicional, brindando consuelo y apoyo constante sin prejuicios, ayudando a aliviar sentimientos de soledad, depresión o ansiedad.

Algunos ejemplos de chatbots que utilizan la IAA para mejorar el bienestar emocional son Replika o Wysa. Ambos están diseñados para analizar el tono de escritura, las palabras utilizadas y otros indicadores para evaluar el estado de ánimo del usuario. Estos chatbots proporcionan respuestas empáticas y consejos personalizados, así como sugerencias para gestionar el estrés y técnicas de autoayuda.

Personalizando la educación  

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La IA Afectiva también tiene un gran potencial en el ámbito de la educación, al ayudar en la personalización del aprendizaje mediante la adaptación del contenido y la retroalimentación emocional. Además, permite mejorar la interacción de los estudiantes con robots educativos en función del estado de ánimo, lo que facilita la evaluación del compromiso y la atención para mantener a los niños más involucrados durante las clases en línea o presenciales.

Un ejemplo de ello es Moxie, un pequeño robot dotado con inteligencia emocional desarrollado por la empresa Embodied Inc., que fue presentado en el marco del CES 2024. Este robot está diseñado para jugar y enseñar a niños de cinco a 10 años, con el objetivo de ayudarlos a superar la ansiedad social y motivarlos a estudiar.

Moxie puede mantener el contacto visual, mover sus brazos, cejas y boca. Este robot educativo también puede detectar las expresiones faciales y el tono de voz del niño. También puede recordar conversaciones, preguntarte cómo te sientes y está entrenado para aplicar técnicas terapéuticas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), entre otras cosas.

Adaptando la experiencia en hogares inteligentes

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Otro ámbito en que la IAA será de gran utilidad será en el contexto de un hogar inteligente, al mejorar la experiencia y bienestar de los habitantes adaptando las interacciones y el entorno a sus emociones.

Por ejemplo, los asistentes virtuales en el hogar, como altavoces inteligentes similares a Alexa de Amazon, pueden utilizar la IAA para ofrecer respuestas personalizadas y monitorear las emociones a través de otros dispositivos domésticos, detectando signos de estrés o cansancio.

Con ayuda de la IAA, los asistentes podrán adaptar el ambiente del hogar conforme el estado de ánimo del momento, ajustando elementos como las luces, la música y la temperatura de las habitaciones e incluso recomendar entretenimiento personalizado, mejorando así el confort y el bienestar general.

Los robots domésticos también se verán beneficiados al ser equipados con sistemas de IAA, mejorando la colaboración en tareas diarias y la seguridad en el hogar. Este tipo de robots también podrán reconocer patrones emocionales y detectar comportamientos inusuales, refinando su capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia.

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En el CES 2024, los robots domésticos con tecnología afectiva se posicionaron como una tendencia emergente. Un ejemplo de ello fue la presentación del Smart Home AI Agent de LG, un pequeño robot bípedo que ayuda con las tareas del hogar, puede controlar otros electrodomésticos inteligentes y analizar el rostro o el tono de la voz para animar al usuario reproduciendo música.

Papel clave en el entretenimiento y el metaverso

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Finalmente, otro enfoque potencial para la implementación de la IA Afectiva se encuentra en la industria del entretenimiento, contribuyendo en la creación de contenido interactivo, así como mejorando la calidad de las actuaciones en películas y videojuegos al crear personajes animados que expresen emociones de manera más realista.

En el futuro, la IAA desempeñará un papel significativo en la construcción del metaverso mejorando la experiencia inmersiva de los jugadores y la interacción en entornos virtuales.

Por ejemplo, la IAA puede analizar las respuestas emocionales de los jugadores y ajustar la dificultad o la trama del juego en tiempo real. También puede dotar a los Personajes No Jugables (NPC) con respuestas emocionales realistas y mejorar la interacción social en el metaverso al reconocer y replicar expresiones faciales en avatares virtuales.

Como vemos, existen muchas aplicaciones potenciales para la IA Afectiva. Sin embargo, al igual que la implementación general de la IA, esta rama también plantea desafíos éticos y de privacidad, especialmente por la recopilación y el análisis de datos biométricos y emocionales que pueden suscitar preocupaciones sobre manipulación y acceso no autorizado a información personal.

Como siempre, su regulación es necesaria para establecer marcos normativos éticos que garanticen un despliegue responsable de la IA Afectiva.

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