La carrera por la presidencia de Estados Unidos tiene un componente fundamental. Su importancia incluso se coloca en el rubro de la seguridad nacional, pero no sólo la seguridad física o cibernética, sino la económica. Se trata de la industria tecnológica y, sobre todo, la carrera de la Inteligencia Artificial.
Actualmente el mundo vive una carrera tecnológica, equivalente a la carrera espacial de mitad del siglo pasado, principalmente enfocada en la Inteligencia Artificial.
La industria tecnológica en Estados Unidos está hoy muy pendiente de lo que pueda venir para ellos en los próximos años, ya sea de la mano del republicano Donald Trump, o bien de la demócrata Kamala Harris.
Ambos candidatos nos han mostrado sus posturas respecto al impulso tecnológico, desde sus respectivas administraciones como presidente en el caso de Trump, y como vicepresidenta en el caso de Harris, pero también en los recientes días de precampaña y campaña.
Y comenzamos diciendo que se trataba de un tema de seguridad nacional desde el punto de vista económico, porque la guerra comercial con China pasa principalmente por el desarrollo tecnológico.
Donald Trump: “Make America First in AI”
El candidato republicano lo tiene claro con “Make America First in AI”. Se trata de un plan que prevé el desarrollo y uso de la Inteligencia Artificial en temas de defensa.
Hay que recordar que durante la presidencia de Donald Trump comenzó el bloqueo para las empresas chinas, principalmente Huawei, por lo que en caso de ganar nuevamente las elecciones y llegar a la Casa Blanca este año, su idea sigue siendo acabar con su principal enemigo comercial: China.
Para ello, de acuerdo con The Washington Post, que tuvo acceso a los documentos que delinean el plan de Trump, es necesario reforzar la industria tecnológica interna, por lo que plantea “hacer retroceder regulaciones innecesarias y gravosas que favorecerían a los inversores en Silicon Valley”.
Por supuesto que este tipo de propuestas son también parte de la campaña política, pues el actual gobierno demócrata ha establecido ciertas regulaciones a tecnologías como la Inteligencia Artificial.
Así es que por un lado Donald Trump tiene clara la guerra contra China, pero por otro, también la que debe librar antes con los demócratas que hoy en día gobiernan a Estados Unidos.
Por ejemplo, el propio The Washington Post recogió en un reporte una frase de Trump que sintetiza su visión respecto a China y la Inteligencia Artificial: “La IA da miedo, pero tenemos que ganar (…) porque si no ganamos, gana China, y ese es un mundo muy malo”.
Kamala Harris, potenciar la IA pero con gestión de riesgos
La postura de Kamala Harris frente a la Inteligencia Artificial tiene dos aristas. Una es la claridad de que Estados Unidos tiene que ser el líder en esta tecnología, sin embargo, es necesario que se haga de manera segura.
Aunque Kamala Harris se ha reunido personalmente con líderes tecnológicos como Microsoft, OpenAI, Google, Facebook, entre otros, las empresas tecnológicas no están muy contentas, ya que desde el gobierno han recibido, en los recientes meses, un escrutinio respecto a diversos temas, sobre todo desde el punto de vista antimonopólicos.
En cambio, la postura del gobierno demócrata ha sido la de maximizar el potencial de la IA, pero gestionando los riesgos.
Ejemplo de ello fue la Orden Ejecutiva del presidente Biden sobre IA, que estableció acciones radicales para fortalecer la seguridad y protección de la IA, sobre todo para proteger la privacidad de los ciudadanos y garantizar sus derechos.
Dicha orden permitirá que para diciembre próximo, los organismos gubernamentales ya hayan establecido en sus prácticas lineamientos de protección para los ciudadanos.
Por ejemplo, cuando estén en el aeropuerto, los viajeros seguirán teniendo la posibilidad de optar por no utilizar el reconocimiento facial de la Administración de Seguridad de Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) sin demoras ni perder su lugar en la fila.
Asimismo, cuando se utiliza IA en el sistema de salud federal para respaldar decisiones de diagnóstico críticas, un ser humano supervisa el proceso para verificar los resultados de las herramientas y evitar disparidades en el acceso a la atención médica.
O aquel que cuando se utiliza IA para detectar fraudes en los servicios gubernamentales, existe una supervisión humana de las decisiones importantes y las personas afectadas tienen la oportunidad de buscar reparación por los daños causados por la IA.
Estos son el tipo de acciones y regulación que directamente Kamala Harris ha impulsado desde su vicepresidencia, aunque el proceso, sobre todo el que implica reglas para las empresas, no ha sido muy popular en las mismas organizaciones privadas.
“A falta de regulación y de una fuerte supervisión gubernamental, algunas empresas tecnológicas optan por priorizar las ganancias por sobre el bienestar de sus clientes, la seguridad de nuestras comunidades y la estabilidad de nuestras democracias”, fue parte de un discurso pronunciado por Kamla Harris en 2023, lo que no agradó mucho a las tecnológicas.
Donald Trump, ¿el nuevo amigo de las Big Tech?
Donald Trump se ha convertido en el nuevo mejor amigo de muchas gigantes tecnológicas, conocidas como Big Tech, aunque no de todas.
Recientemente vimos cómo Donald Trump apareció en un “Spaces” en X, con nada más y nada menos que Elon Musk, uno de los magnates con mayor peso en el mundo tecnológico.
En sí mismo, el hecho de que Trump aceptara una charla con Elon Musk es ya un mensaje de querer estar cerca de las tecnológicas. Incluso, el expresidente de Estados Unidos se ha mostrado abierto y mesurado en su relación con los líderes tecnológicos, pues incluso ha dicho que en el caso de Musk, siempre criticó el tema de sus autos eléctricos.
Donald Trump quiere mostrarse como un personaje cercano a las Big Tech. En una entrevista que concedió Trump a Fox News, el magnate detalló cómo recibió llamadas telefónicas después del atentado, por parte de líderes tecnológicos. Confesó que Mark Zuckerberg, dueño de Meta; Elon Musk, de Tesla y X, y hasta Jeff Bezos de Amazon y The Washington Post, le llamaron por teléfono para brindarle su apoyo (por lo menos en el tema del atentado), aunque el candidato republicano los describe como “responsables”.
Sin embargo, una de las compañías más grandes del mundo, desarrolladoras de Inteligencia Artificial, no es de su agrado; se trata de Google, pues acusó que de ellos no recibió ninguna llamada. Incluso aseveró que “Google ha sido muy malo, han sido muy irresponsables y tengo la sensación de que Google estará a punto de cerrar”.
Lo anterior demuestra que Donald Trump tiene una forma de ser muy radical y bipolar. Mientras las Big Tech sean buenas con él, será recíproco, pero en cuanto haya algo que al expresidente no le guste, sin duda lo expresará y tomará acciones que considere pertinentes para él.
La contienda está abierta
La contienda Donald Trump vs. Kamala Harris apenas comienza. Las campañas van comenzando en Estados Unidos y no sólo se trata de convencer al electorado, sino también a las empresas tecnológicas que desde hace décadas han sido parte del sostén de aquella nación.
Las campañas de ambos deberán tomar en cuenta propuestas enfocadas en el desarrollo tecnológico, como la Ley de CHIPS que ha impulsado el actual gobierno de Joe Biden y por supuesto de Kamala Harris.
Y es que la contienda, como sabemos, no sólo es interna, se trata de un acomodo geopolítico y geotecnológico que definirá la hegemonía en la economía mundial en las próximas décadas.
¿Quién será entonces el mejor aliado para el desarrollo de la industria tecnológica? La contienda está abierta.