La Comisión Europea presentó el 22 de marzo su primer borrador de una normativa para alentar la reparación de productos electrónicos cuando empiezan a fallar. La propuesta tiene como objetivo reducir los desechos y fomentar prácticas empresariales más sostenibles.
Según datos de la Comisión, los productos que son desechados en lugar de repararse generan hasta 35 millones de toneladas de residuos y 261 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año en la Unión Europea (UE).
La normativa establece que los consumidores tienen derecho a reclamar a los fabricantes la reparación de productos que son “técnicamente reparables”, por ejemplo, lavadoras, televisores, aspiradoras, tabletas y teléfonos inteligentes.
Este derecho pretende velar por que se garantice la reparación por parte del fabricante incluso cuando la garantía jurídica haya expirado o cuando el producto ya no funcione por estar desgastado.
Por su parte, los fabricantes tendrán nuevas obligaciones, como la de informar a los consumidores sobre los productos que pueden o no reparar ellos mismos. En caso de que una reparación sea más costosa que la sustitución del producto, no serán obligados a ofrecer el servicio.
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La propuesta ofrece más beneficios a los consumidores para que dispongan de opciones sencillas y baratas para reparar sus electrodomésticos y otros productos.
Uno de los beneficios que plantea es crear una plataforma de reparaciones en línea que conecte a los consumidores con talleres de reparación y vendedores externos de productos reacondicionados cerca de su zona, con búsquedas basadas en la ubicación y estándares de calidad.
También sugiere brindar un formulario a los consumidores europeos con información sobre condiciones, precios y tipos de servicios de reparación que pueden solicitar a cualquier taller.
Por último, la Comisión Europea recomienda desarrollar un estándar de “reparación fácil” para los talleres de reparación en la UE, con el fin de ayudar a los consumidores a encontrar servicios que se comprometan a cumplir con una mayor calidad.
La iniciativa de “derecho a reparar” es parte del plan legislativo de Europa de reducir a cero sus emisiones de carbono antes de 2050. Esta propuesta pretende obligar a los fabricantes a encargarse de todo el ciclo de vida de su producto y promover la reparación como una opción viable para los consumidores que al hacerlo pueden ahorrar hasta 12 mil millones de euros al año.