En Francia, los usuarios de redes sociales con miles y millones de seguidores, mejor conocidos como influencers, ya tienen reglas sobre el tipo de contenido que publican, pues el Parlamento de aquel país aprobó una ley que regula sus publicaciones en las plataformas.
La ley contempla la prohibición de contenido que fomente prácticas como la cirugía estética, la abstención terapéutica, la promoción de productos con nicotina, la promoción de algunos productos sanitarios e incluso la promoción de apuestas o el contenido con animales que estén en protección.
La nueva ley también contempla que las y los influencers están obligados a revelar cuando una imagen publicada ya ha sido retocada o tiene algún filtro que cambie la apariencia de la persona y la haga más atractiva con el uso de herramientas digitales o Inteligencia Artificial.
Justo un día antes de escribir este texto, navegando por YouTube me encontré con varios videos de jóvenes autodenominados “Alucines“, quienes explicaban que es un movimiento, moda o tendencia de vestirse como lo hacen los narcotraficantes: con ropa de diseñador, relojes de lujo, gorras de marca, andar perfumados, asistir a “antros” con las “plebitas” (mujeres) y la “plebada” (amigos), así como utilizar radios para comunicarse y pasear el razer en sus ratos libres o siempre que se pueda.
En uno de los videos que vi, se les preguntaba de dónde eran, y si eso lo hacían por moda, a lo que contestaron que vivían en Ciudad de México y que hace dos años comenzaron a realizar esas prácticas que son más comunes en lugares del occidente del país, como Sinaloa, de donde son originarios muchos narcotraficantes como Joaquín “El Chapo” Guzmán.
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Es innegable que estos chicos, quienes hacían un tono y acento de voz forzado mientras los entrevistaban, para hablar como lo hacen en Sinaloa, quieren seguir estereotipos y tendencias creadas por las propias redes sociales, como los corridos “belicones” o bélicos, que es música que hace apología al delito.
Estos chicos “Alucines” tienen su propio canal y generan contenido que incita a que niños y otros jóvenes se una a la tendencia de ser un “Alucín” y con ello hacer apología a la vida de los narcotraficantes.
En Europa seguramente no ocurren estos comportamientos, pero sí muchos otros que son provocados por los llamados influencers, que efectivamente tienen cientos de miles y millones de seguidores que quieren parecerse a ellos, lo que las marcas han aprovechado para promover hasta productos nocivos para la salud o prohibidos.
Los medios tradicionales como la radio y la televisión han sido regulados por muchos años, precisamente para evitar influir de manera negativa en la sociedad. Que hayan cumplido o no con estas reglas es otra cosa, pero al final el cuidado de las reglas sociales es el objetivo principal.
Soy periodista, soy defensor de la libertad de expresión y siempre estaré en contra de actos de censura, sin embargo, creo que sí existe la necesidad de regular si no las plataformas, sí el tipo de contenido que los influencers pueden publicar.
Formen equipos y discutan. 😜
