Regulación de IA debe ser balanceada y sobre conductas: Meta
La regulación efectiva de la IA se hará si existe un balance entre derechos e innovación, destacó Íñigo Fernández, director de Política Pública de Meta para México, Centroamérica y el Caribe.
Ante las preocupaciones sobre los riesgos que puede generar la Inteligencia Artificial (IA), Íñigo Fernández Bautista, director de Política Pública de Meta para México, Centroamérica y el Caribe, consideró que la regulación de esta tecnología debe ser neutral, balanceada y enfocarse en conductas.
“Históricamente, la regulación efectiva de nuevas tecnologías se da cuando se hace un balance entre derechos e innovación”, afirmó durante el evento México Digital Summit 2024, organizado por DPL Live.
“La regulación debe ser neutral y debe buscar regular las conductas. Tenemos que pensar la regulación en el qué y no en el cómo; pensar qué conducta queremos fomentar y qué conducta queremos prevenir, no cómo parar la tecnología. La tecnología sigue avanzando y la regulación se queda atrás”, advirtió.
Para el ejecutivo, una regulación equilibrada de la IA tendría que basarse en principios de seguridad, equidad, inclusión, transparencia, responsabilidad y brindar salvaguardias para los usuarios.
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Aunque no se trata de una tecnología nueva, pues empresas como Meta llevan más de una década utilizándola, la adopción de la Inteligencia Artificial se ha intensificado en los últimos años y, cada vez más, crecen las expectativas sobre su impacto en los negocios y la sociedad.
Íñigo Fernández señaló que la IA impulsará el empoderamiento de las personas y también “un cambio en el paradigma laboral y económico que nos va a permitir un crecimiento que nunca antes habíamos visto”.
El uso de la IA en el sistema productivo provocará una reducción en los precios de los bienes, la aparición de nuevos trabajos y la optimización de procesos y tareas debido a la automatización.
Si bien estos beneficios hacen de la IA una tecnología prometedora, en la cual las empresas como Meta depositan grandes inversiones para acelerar su desarrollo, persisten inquietudes respecto al impacto que tendrá en el futuro del trabajo si propicia el reemplazo de las personas en ciertas actividades, o en los derechos humanos si su uso no se hace de manera responsable.
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“La tecnología no es ni inherentemente mala ni inherentemente mala, depende del uso que los seres humanos le queremos dar”, puntualizó el ejecutivo de Meta.
Fernández Bautista comentó que todas las revoluciones tecnológicas generan una respuesta de euforia primero, luego de miedo y al final de sano equilibrio, ya que demuestran que los escenarios catastróficos que se plantean en realidad no eran como se pensaban.
Por ejemplo, explicó, en lugar de desplazar a las personas de sus empleos, la IA generará nuevas posiciones de trabajo enfocadas en las áreas estratégicas y creativas, pues liberará a las personas de tareas repetitivas que pueden automatizarse.
“La IA no es apocalíptica; va a ser transformadora”, sentenció.