En este diciembre, se cumplen cuatro años desde que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos derogó las reglas de la neutralidad de la red, lo cual provocó que sus defensores ―demócratas, empresas de Internet y medios― vaticinaran el fin de Internet. Pero hasta ahora esa catástrofe no ha sucedido.
A medida que el gobierno de Joe Biden acomoda sus cartas para restaurar las protecciones a la neutralidad de la red, pues el primer mandatario ha apoyado esta regulación desde que fue vicepresidente en la administración de Barack Obama, el debate entre simpatizantes y detractores ahora se centra en si la ausencia de la normativa realmente ha dañado Internet o si, por el contrario, ha mejorado.
Por un lado, los republicanos y los proveedores de banda ancha señalan que la derogación de las protecciones a la neutralidad de la red, entendida como la no discrminación del tráfico en las redes, no ha causado una hecatombe. Al contrario, los servicios han incrementado su velocidad.
Un estudio empírico de diferentes académicos, publicado por la Universidad de Economía y Negocios de Viena, muestra que hasta ahora las evidencias apuntan a que las reglas de neutralidad de la red en países de la OCDE han tenido un impacto negativo en las inversiones para implementar nuevas capacidades de banda ancha y la decisión de los consumidores de suscribirse al servicio basado en fibra para recibir contenido nuevo.
“La literatura teórica no presenta un caso claro y convincente para la introducción de regulaciones de neutralidad de la red, ni existe hasta ahora ninguna evidencia que respalde las afirmaciones centrales de los defensores de la neutralidad de la red”, advierte el análisis.
Por el contrario, el informe destaca que los reglamentos de la neutralidad de la red exigen altos costos y son “ineficaces”. Además, los especialistas explican que, al enfocarse en los proveedores de banda ancha, se ignora cómo las empresas tecnológicas como Google, Amazon y Facebook han invertido en sus redes privadas y pueden eludir la Internet pública y regulada.
En esta discusión sobre revivir o no las reglas de la era de Obama en Estados Unidos, otro de los argumentos que se han planteado es, precisamente, que las plataformas de Internet también deberían asumir principios similares para mantener una Internet abierta, pues ejercen una gran influencia en los contenidos que ven los consumidores.
Los partidarios de las protecciones a la neutralidad de la red, por otro lado, atribuyen que la eliminación de las reglas no provocó amplios efectos negativos debido a que los estados lucharon por conservar sus leyes. Por ejemplo, California logró contar con su propia normativa en la materia a pesar de los litigios para imponer un orden federal.
“Nada cambió porque el estado más grande, que a menudo impulsa la conversación federal, y varios otros estados intervinieron y tuvieron algún tipo de suplente”, dijo a CNBC Matt Wood, vicepresidente de Políticas y asesor General de Free Press, una organización sin fines de lucro.
Otro de los principales razonamientos de esta trinchera es que la ausencia de la normativa está afectando la conectividad de los estadounidenses a largo plazo, sobre todo mientras el acceso a Internet se vuelve cada vez más relevante durante la pandemia por la covid-19.
Jessica Rosenworcel, nueva presidenta de la FCC, y Joe Biden se inclinan por esta idea. La líder de la Comisión ha dicho en varias ocasiones que la derogación facilita que las empresas de banda ancha bloqueen sitios en línea, reduzcan las velocidades de los servicios y dicten cómo la población puede conectarse.
En julio de este año, el mandatario demócrata firmó una orden ejecutiva para promover la competencia. El documento contempla que restaurar la neutralidad de la red es clave para los mercados digitales.
Para conseguir que vuelvan las reglas en la materia, los republicanos necesitan tener margen de maniobra en la FCC. Recientemente, el Senado confirmó a Rosenworcel como presidenta de la agencia, lo que es un punto a favor de Biden.
Además, el presidente contrató a Tim Wu ―quien es considerado el padre del término de neutralidad de la red― para trabajar en temas de tecnología y competencia en el Consejo Económico Nacional.
Sólo falta que el Senado ratifique la nominación de Gigi Shon para ser la quinta comisionada de la Comisión, lo que resultaría en una distribución de tres a dos a favor de los demócratas. Sin embargo, los legisladores se han mostrado con recelo para aceptar esa candidatura, porque, según conoció CNBC, consideran que estaría predispuesta en contra de las cadenas de televisión debido a los puntos de vista que ha expresado en redes sociales.