Network as a Service es un concepto que proveniente del Cloud Computing. La red como servicio proporciona infraestructura a los clientes para aprovechar las ventajas de un Centro de Datos común a distintos desarrolladores o generadores de aplicaciones. En este caso, el desarrollador crea su API (Interfaz de Aplicación) para luego alojarla en la infraestructura de su proveedor de red, ofrecer su servicio y compartir la red con miles de desarrolladores en todo el mundo.
Ahora bien, este concepto está tomando cada vez más sentido dentro del mundo de las telecomunicaciones. Aunque se ha venido avanzando en la integración de los conceptos de las tecnologías de información y las telecomunicaciones, en el futuro más que cercano parecerá una realidad.
Por esta razón, coloco este concepto sobre la mesa de aportes, ya que parece que el mundo de las telecomunicaciones está girando en este mismo sentido. Cada operador tenderá a jugar un rol más cercano a lo que conocemos como un generador de aplicaciones (API), que van más allá de los tradicionales servicios de conectividad de voz, datos y video.
En especial, con el despliegue de la red 5G que permitirá ofrecer servicios de Internet de las cosas (IoT), requerirá que el operador sea capaz de disponer no sólo de la conectividad a sus clientes corporativos. Adicionalmente, podrá ofrecer el servicio completo generando el API para que se desarrolle la solución que permita atender la necesidad de la empresa.
Sin embargo, los grandes operadores de telecomunicaciones han visto caer sus rendimientos en el mercado de inversionistas, y sus acciones bursátiles han caído más de 50 por ciento en los últimos 10 años. Como un ejemplo ilustrativo, en estos diez años Telefónica ha pasado a valer 2.76 veces menos; Vodafone, 1.92 y Orange, 1.3, según apunta un artículo publicado en finanzas.com.
Esto ha traído como consecuencia que los operadores en Europa se han agrupado con el objetivo de compartir espectro y red, no sólo en España, también en Reino Unido, Alemania y otros mercados europeos. Lo mismo ha ocurrido en Brasil, donde Vivo y TIM Brasil han logrado un acuerdo para compartir sus redes 2G, 3G y 4G, además del polémico acuerdo entre Telefónica y AT&T en México.
Debido a la pérdida del interés del mercado de inversores en telecomunicaciones, se han reconfigurado los actores. Una muestra de ello ha sido la venta de sitios que concretaron recientemente múltiples operadores en Europa y América Latina. Vale la pena recordar que en Chile, Colombia, Brasil y otros mercados, empresas como Telxius, Telesites, America Tower y Cellnex han venido adquiriendo los sitios donde los operadores instalan sus estaciones radiobases para dar cobertura a las ciudades y otros lugares de interés.
Es posible que el siguiente paso de esta reconfiguración del mercado venga de parte de los proveedores de equipos de red, software y otros servicios que ofrecen a los operadores para la prestación de los servicios de voz, video y datos. La polémica generada en Estados Unidos hacia los proveedores de origen chino, parece ser una muestra de la necesidad de reinventar también su posición en el mercado.
Lo anterior, derivado de los importantes cambios en sus estructuras que están realizando los operadores, particularmente para afrontar los retos de implementar 5G, en especial de hacerla rentable de forma creíble y duradera. Quizá el concepto que nombraba al inicio, Network as a Services, podrá ser una posibilidad que los proveedores deberán evaluar a fin de afianzar su posición en el mercado.
En este sentido, en la figura anexa podemos ver cómo el mercado se fragmenta en tres grandes grupos, donde los operadores convertirán sus servicios es una especie de API; será necesario el desarrollo de aplicaciones directas a satisfacer las necesidades de sus clientes, más allá de la conectividad. Recientemente apuntaba un alto directivo retirado de Vodafone que los operadores han perdido valor debido a que no han ganado la batalla ante las empresas como Google y Facebook, los grandes generadores de contenidos y los clientes han perdido la distinción del servicio de los operadores, siendo su elemento diferenciador más importante el precio.
Muy probablemente, en el futuro otras empresas entrarán en el mercado para desplegar sus propias redes y así ofrecer el servicio de conectividad a los operadores y éstos, a su vez, a sus clientes. Por lo que la red en sí será un servicio que será ofrecido en función de la cobertura, calidad y servicios contratados, tal cual como lo hacen actualmente las empresas de Cloud Computing a los desolladores API para que puedan prestar sus servicios.
Otra posible opción es que existan empresas que desplieguen las redes; sin embargo, hay que considerar que las inversiones en redes serán tan grandes, que no existirá un solo proveedor de servicios de red, sino varios. Especialmente, en la utilización de espectro de alta frecuencia, por ejemplo, en las bandas de 26 GHz o superiores. Dichas bandas requerirán que la cobertura sea específica o la cantidad de sitios y red sea tan grande que será imposible para una misma empresa financiar la cobertura completa de una sola ciudad.
Esto, obviamente, tendrá sentido cuando el mercado comience a desplegar 5G en las frecuencias o bandas altas, donde el número de sitios y estaciones se multiplicará por un número muy grande en comparación con las redes actuales. En este caso particular, la FCC en Estados Unidos ha llevado a cabo subastas de espectro en las bandas altas que han generado interés de empresas o inversionistas distintos a los operadores tradicionales.
Este mayor número de interesados en adquirir derechos de uso y explotación de espectro en las bandas altas, es lo que ha generado el incremento del valor del espectro. Por lo tanto, el precio dispuesto a pagar por los inversionistas o empresas de telecomunicaciones ha sido mayor en Estados Unidos.
Probablemente, en América Latina ocurra una situación similar si existen distintos inversionistas interesados en desplegar estas redes en las bandas altas, es decir, superior a los 24 GHz, y reconfigurar el mercado tal como lo he explicado anteriormente.