No es coincidencia que el Reporte de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial 2022 muestre temas como: erosión de la cohesión social, fallos de ciberseguridad, inequidad digital y temas climáticos, como algunas de las amenazas para los siguientes dos años en el mundo, pues ya en la perversa invasión rusa a Ucrania estamos viviendo algunas de ellas.
A dos semanas de iniciado este esquizofrénico ataque, es evidente el sentido expansionista y sangriento de Putin por apoderarse a cualquier precio de Ucrania, manifiesto también en el ciberespacio; sea mediante ciberataques, desinformación o destruyendo infraestructura de comunicaciones.
Sin embargo, Ucrania y los países aliados, equivalentemente han encontrado en el mundo digital herramientas efectivas para imponer sanciones y adoptar mecanismos de defensa.
Y es que Rusia no solamente ha pretendido destruir toda Ucrania mediante un uso indiscriminado de misiles y otras armas; también se presume de una gran cantidad de ataques cibernéticos cuyos fines han sido inhabilitar infraestructuras críticas, sistemas de información y medios de comunicación. Tal fue el caso del bombardeo a la torre de televisión ubicada en Kiev y el ataque a medios de radiodifusión.
Según relata un artículo del periódico The New York Times del 28 de febrero, desde horas antes de que iniciase la invasión militar a Ucrania, la empresa Microsoft -mediante su Centro de Inteligencia de Amenazas- advertía de un malware peligroso llamado Foxblade, el cual tenía capacidad de atacar blancos en Ucrania y borrar información de sistemas digitales de ese país.
Más aún, esta empresa logró que los sistemas de detección de virus pudiesen bloquear el código malicioso, disminuyendo su impacto, con el apoyo de la oficina de seguridad nacional de la Casa Blanca para tecnologías emergentes y cibernéticas, marcando esta situación el inicio de una guerra cibernética.
En este proceso, el grupo activista Anonymous declaró la guerra cibernética a Rusia y, con ello, el apoyo de defensa de Ucrania; donde, en días recientes, reivindicó esta acción como “la mayor operación de Anonymous jamás vista”, atacando infraestructura digital y afirmando haber hackeado la televisión estatal (Rusia 24, Channel One y Moscow 24) para emitir imágenes reales de la guerra en Ucrania a toda la población de ese país.
Al mismo tiempo, Mykhaylo Fedorov, máxima autoridad de transformación digital ucraniana generaba la solicitud de apoyo al empresario Elon Musk para que dotase a la población de conectividad mediante el sistema satelital Starlink. Esto último, poco después de que el sitio Netblocks.org reportara disrupciones mayores al principal canal de Internet hacia Ucrania, Gigatrans.
Complementariamente, en los últimos días los operadores de telefonía móvil de Ucrania como Kyvistar, Vodafone Ukraine y Lifecell llegaron al acuerdo de que sus usuarios puedan utilizar cualquiera de las redes de dichos operadores sin importar de quién sean clientes, de forma que tengan opciones de conectarse acorde a la disponibilidad de señal en el lugar donde se encuentren.
Igualmente, los aliados de Ucrania como Estados Unidos y la Unión Europea han tenido en los sistemas digitales, medios para responder al inhumano ataque ruso, mediante la imposición de sanciones en transacciones digitales. Tal es el caso de la eliminación de entidades financieras rusas de SWIFT (Society for World Interbank Financial Telecommunication), herramienta que permite brindar códigos internacionales para efectuar transferencias internacionales de fondos, limitando su posibilidad de operar globalmente.
También en el área económica es importante mencionar que empresas como Visa, Mastercard y American Express han suspendido operaciones en Rusia, a la vez que se ha generado un llamado del Vice Primer Ministro, Fedorov, solicitando a las plataformas de criptomonedas bloquear direcciones de usuarios rusos.
Ahora bien, los gigantes tecnológicos han tenido una respuesta ante la invasión rusa, que van desde la dotación de hospedaje para refugiados, desplazados por la guerra como Airbnb hasta la eliminación de usuarios de Rusia y Bielorusia de plataformas de comercio de NFTs y el metaverso.
Por ejemplo, desde el inicio del conflicto, Google eliminó el acceso de Rusia de la herramienta Google Maps, dado su potencial uso en la incursión terrestre a Ucrania, y luego de eso, fue masiva la salida de empresas de tecnología de Rusia.
Gigantes de la tecnología como Youtube, Meta, Twitter, Apple, Microsoft, Netflix, Amazon y TikTok, entre muchas otras, han tomado decisiones contundentes que van desde la eliminación de contenido de medios rusos como la cadena RT o Sputnik hasta la retirada de tiendas, prestación de servicios en línea, monetización de operaciones comerciales a través de sus plataformas y la restricción de contenidos dirigidos a la desinformación.
La arremetida criminal de Rusia a Ucrania ha mostrado un pueblo valiente defendiendo su patria, un presidente que ha tomado la decisión de luchar hasta el final por su país, pero también el potencial de las tecnologías digitales. Si bien hasta ahora no se han dado, existe el riesgo de ataques cibernéticos con el fin de afectar aeropuertos, hospitales o plantas de producción de energía.
Finalmente, América Latina, a pesar de tener avances en ciberseguridad, podría estar en exposición de ataques cibernéticos destructivos de un momento a otro, por la cual es necesario fomentar e impulsar la cooperación de entidades multilaterales y acuerdos bilaterales entre países para incrementar el apoyo de esquemas de ciberdefensa regional a partir de la transferencia tecnológica, desarrollo de infraestructura, coordinación de flujos de información y formación de talento especializado.