Miles de cables telecom cubiertos de plomo estarían afectando la salud de la población en EE. UU.
De acuerdo con una investigación de The Wall Street Journal, más de 2 mil cables abandonados, que fueron instalados hace varias décadas, exponen a la población a altos niveles de plomo que pueden ser nocivos para la salud.
Una investigación de The Wall Street Journal revela que los grandes operadodres de telecomunicaciones de Estados Unidos, incluyendo a AT&T y Verizon, dejaron esparcidos por todo el país cables cubiertos de plomo tóxico que podrían afectar la salud de la población.
El medio neoyorquino mandó a realizar pruebas de laboratorio de muestras de casi 130 sitios de cables submarinos, que se encuentran cerca de escuelas, guarderías, lugares de trabajo, espacios residenciales y áreas de protección de fuentes de agua potable.
Los análisis, hechos por distintos laboratorios independientes, arrojaron que más de 2 mil cables extendidos por el territorio están plagados de niveles de plomo que pueden ser nocivos para la salud, sin que hasta ahora sea un problema abordado por las autoridades regulatorias ni las propias empresas.
Más del 80 por ciento de las muestras de sedimentos tomadas junto a los cables submarinos mostraron niveles elevados de plomo. Y de acuerdo con el informe de The Journal, “excedieron las recomendaciones de seguridad establecidas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de EE. UU.”
Por ejemplo, la filtración de plomo en el sedimento cercano a un cable en un lugar de pesca de New Iberia mostró ser 14.5 veces mayor al umbral establecido por la agencia regulatoria para las zonas donde juegan niñas y niños. Y precisamente, en este espacio es común ver pescar a infantes y familias enteras.
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Además, las pruebas arrojaron la presencia de niveles altos de plomo en lugares como un parque infantil en Wappingers Falls, Nueva York; frente a una escuela en los suburbios de Nueva Jersey; en las orillas del río Mississippi en Luisiana; en el río Detroit en Michigan; el río Willamette en Oregón, y el río Passaic en Nueva Jersey.
La contaminación de plomo en el ambiente originada por los cables también podría estar afectando las fuentes de agua potable de Estados Unidos, ya que más de 330 de las ubicaciones de los cables se encuentran en áreas designadas por la EPA como de protección de fuentes de agua.
The Wall Street Journal alerta en su investigación que la exposición al plomo de los cables submarinos presenta riesgos para la salud pública, ya que, a diferencia de otras fuentes de contaminación (como la pintura y la gasolina), se trata de una fuente hasta ahora insospechada y no controlada.
Esto ―según especialistas consultados por el medio― podría explicar que todavía muchos niños y niñas muestran altos niveles de plomo en la sangre en el país, si se relaciona con que el cableado aéreo pasa por más de 100 escuelas del país donde estudian 48 mil niños, y circundan alrededor de mil escuelas y guarderías.
Ya existen casos en los que las personas reportan haber sufrido afectaciones por la exposición al plomo, aunque no se pueden relacionar exactamente los padecimientos con el nivel de plomo ni que el alto nivel en la sangre se deba a los cables. Por su parte, las empresas de telecomunicaciones niegan que los cables puedan generar efectos dañinos.
¿Por qué no se retiran los cables?
Los especialistas consideran que es necesario llevar a cabo el retiro de los cables y la limpieza de esos espacios; sin embargo, The Journal advierte que esta labor resulta compleja debido al olvido en el que se encuentran estas instalaciones y a que nadie quiere hacerse cargo.
“American Telephone & Telegraph tendió casi todos los cables en cuestión entre fines del siglo XIX y la década de 1960 mientras construía el servicio telefónico en los EE. UU. (…). Con la ruptura del monopolio de Bell System en 1984, las compañías telefónicas regionales se convirtieron en competidores independientes que se consolidaron con el tiempo para formar la columna vertebral de los operadores modernos AT&T y Verizon”, señala el reportaje.
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Lo anterior significa que es complejo rastrear en la actualidad quiénes son los propietarios de los cables antiguos, aunado a que en muchos casos las empresas negaron que fueran suyos. Verizon y AT&T dijeron que descartaban que los cables fueran un problema de salud pública.
Incluso, AT&T señaló que la ciencia y los expertos han comprobado que los cables de telecomunicaciones revestidos de plomo son seguros. La compañía dijo que no retirará los cables del lago Tahoe ―donde el medio neoyorquino reportó altos niveles de plomo y sobre los cuales existe un litigio abierto―, con el fin de permitir que haya más evidencia científica objetiva en lugar de “sensacionalismo”.
Además, el retiro de los cables supone costos adicionales y una planificación técnica, con el fin de que se haga de forma ordenada y evitando cualquier riesgo. Algunos especialistas consultados por The Journal señalan que se ha explorado el peligro de que su retiro genere mayor liberación de plomo.
En tanto, los reguladores ambientales tampoco se han involucrado, al menos públicamente, de forma más activa para solucionar esta problemática y realizar una limpieza de los cables submarinos.
Sin embargo, Linda Birnbaum, exfuncionaria de la EPA y directora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, una agencia federal, afirmó que los hallazgos de las pruebas de laboratorio “sugieren que hay un problema importante debido a estos cables de plomo enterrados en todas partes, y estará en todas partes y ni siquiera se sabrá dónde está en muchos lugares”.