¿Recuerdan cuando llegó Uber a México?
Fue en 2013 cuando los usuarios nos maravillamos por este nuevo servicio.
En aquel entonces, hartos estábamos del servicio ineficiente, grosero, inseguro, además de las unidades sucias de los taxistas. ¿Sí o no?
Y entonces comenzamos a usar ese servicio de “choferes privados” a través de una app.
Cómo olvidar que el tiempo de espera era muy breve, nada como los 15 minutos, mínimo, que tienes que esperar hoy en día.
Cómo olvidar que los conductores se bajaban y te abrían la puerta (la verdad me parecía algo exagerado e incómodo), o si llovía iban con un paraguas para auxiliarte a subir sin que te mojaras.
Cómo olvidar que al abordar encontrabas un auto limpio y hasta agua o dulces te ofrecían para hacer más cómodo el viaje. Incluso podías poner tu propia música.
Cómo olvidar que no tenías que sufrir por preguntarles si te podían llevar a determinado sitio, por muy lejos que estuviera, pues los taxistas aplicaban el clásico “a dónde va”, para ver si les convenía llevarte.
Cómo olvidar que la tarifa era justa y con Uber uno se olvidaba por completo de aquella desconfianza que teníamos de los taxistas por si tenían o no su taxímetro truqueado.
Hoy, a casi una década de que llegara el primer servicio de “taxis por app” a nuestro país, las cosas son muy diferentes, y no lo digo yo, sino muchos usuarios.
Hoy basta con entrar a Twitter para encontrar a diario quejas de que el “Uber” tardó más de 15 minutos en llegar; o que canceló el viaje y le descontaron al usuario; o que inició un viaje sin siquiera haber llegado a recoger al pasajero y luego lo canceló con cobro al usuario; o que la unidad estaba sucia; o que el conductor fue grosero e incluso canceló el viaje a medio trayecto; que no respetó la ruta marcada por el mapa y se fue por otro lado. O que tristemente las mujeres no se sintieron seguras.
Eso de las aguas, el servicio de calidad y todo lo demás, prácticamente está desapareciendo en estas plataformas.
Recientemente hubo una protesta de taxistas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, quienes cerraron por varias horas los accesos, ya que demandaban que se prohibiera la entrada a los “taxis de aplicación”.
La respuesta de la gente en Twitter fue muy clara al no apoyar a los taxistas por todos los abusos y malos tratos que las personas han recibido.
Los usuarios/pasajeros no perdonan a los taxistas a pesar de las quejas en contra de los “Uber”, y eso es porque sienten que aunque ya no ofrecen el servicio de calidad que daban cuando llegaron, todavía es mejor que el de los taxistas.
Pero los “Uber” no deben cantar victoria y deben considerar cambiar sus reglas y políticas para que su servicio no se deteriore y sigan compitiendo frente los taxistas sin app. El servicio de los autos de plataforma sin duda debe mejorar.
No creo que la solución sea que las autoridades regulen a los autos de plataforma, sino en lugar de ello son estos mismos quienes deben incrementar sus estándares de calidad, ellos saben cómo hacerlo.
No será nada beneficioso que los “Uber” se duerman en sus laureles y que en lugar de ser mejores, quieran únicamente vivir de la mala reputación de los taxistas.
Su mejor defensa ante la tentación de la autoridad de regularlos serán sus propios usuarios, pero no los deben descuidar, porque insisto, ya vimos que ellos no perdonan.