Desde 2014, México y Dinamarca establecieron una colaboración en materia de eficiencia energética, llamada Danish Energy Partnership Program (DEPP), en dos niveles: uno federal y otro subnacional. Hasta ahora han hecho tres periodos: 2014-2017, 2017- 2020 y –la última– de 2020 a 25, el DEPP 3, es muy largo.
Desde entonces, han refrendado el acuerdo en tres ocasiones. El más reciente fue un memorándum que el embajador Lars Steen Nielsen firmó con la exsecretaria de Economía, Tatiana Clouthier, sobre sostenibilidad, Agenda 2030, inclusión, derechos laborales e hidrógeno verde en julio de 2022.
“Es más un enfoque en ayudar a las pymes a hacer intercambios de conocimientos y de experiencias: qué tipo de procesos y herramientas pueden usar para hacer más sustentables”, explica en entrevista con DPL News Frederik Thure, consejero en temas de Energía de la Embajada de Dinamarca en México.
El consejero sectorial detalla que la Secretaría de Economía hará un estudio sobre la sostenibilidad de las pymes y agregó que también existe la posibilidad de organizar talleres y visitas de delegaciones a Dinamarca.
A nivel federal también colaboran con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la modernización y planificación de los escenarios energéticos y con sus aportes para el panel climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Potencialidad de los estados para la sostenibilidad
“En este momento, donde nosotros vemos muchas posibilidades en México es en el nivel subnacional, es aquí donde en este momento se puede hacer una gran diferencia positiva cuando se habla del medio ambiente: hay muchos estados que son muy progresistas, que tienen estrategias muy ambiciosas con un contexto verde”, asegura Thure.
En este nivel, la embajada de Dinamarca ha firmado memorandos de entendimiento (MOU) con tres estados: Jalisco, Nuevo León y Tabasco, en temas de eficiencia energética en edificios e industria.
Frutos de la cooperación internacional danesa en temas de energía
Desde hace una década, Dinamarca tiene este tipo de alianzas con otros países, como Sudáfrica, Vietnam y China, sobre conciencia energética, planificación de escenarios energéticos y ayudamos para que puedan mejorar sus estrategias nacionales de clima y de medio ambiente, entre otras.
Dinamarca y México también han trabajado con la integración de energías renovables en la red, es decir, una colaboración entre los Operadores del Sistema de Transmisión (TSO, siglas inglesas de Transmission System Operators) mexicano, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), y el danés, Energinet, quienes “gestionan la red eléctrica y cómo se integra la energía que viene del sol y del viento, porque estas energías no son estables, de vez en cuando hay menos sol, hay menos viento. Entonces eso es un desafío para equilibrar la red”, explica.
“Yo pienso que el éxito más importante, el resultado más impresionante, es la colaboración que hemos tenido con la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE). Eso fue una colaboración con la Agencia Danesa de Energía y el enfoque fue lo que se llama acuerdos voluntarios, que consiste en ayudar a una empresa a usar menos energía, y en Dinamarca tenemos con eso 30 años de experiencia”, agrega.
“Hay toda una lista de herramientas o iniciativas que se usan para ayudar a la industria a gastar menos energía en su producción –cuenta Thure– y una de las cosas que hacemos son las auditorias: diferentes procesos de corrección, usar la energía en una manera diferente y también a la educación de los empleados, es decir, se enseñan cómo se debería trabajar en una manera más eficiente”.
Thure cuenta que en 2021 firmaron 13 ó 14 acuerdos voluntarios con empresas que usan las experiencias danesas para ver cómo se puede gastar menos energía en la producción. Y destaca que la multinacional mexicana Bimbo fue una de ellas.
Energía eólica
Dinamarca produjo casi la mitad –48%– de su electricidad en 2021 con turbinas eólicas. También ha cooperado con México en este rubro. En una colaboración con la Universidad Técnica de Dinamarca, hizo un Atlas de Viento para buscar cuáles son los mejores lugares para invertir en una planta eólica en México.
“El resto es alrededor de 20 y 25 por ciento de bioenergía y después unos 20 por ciento de carbón y gas natural, es decir, que como 75 por ciento de toda la energía de Dinamarca fue limpia”, agrega.
“Yo creo que hay dos caminos en donde podemos ayudar a México: uno es a través de programas gobierno-a-gobierno, por ejemplo, la colaboración con el Atlas de Viento y otro con el sector privado, es decir, invertir en México, compartir nuestras experiencias y ayudar en las diferentes cadenas de valor”, dijo y detalló que ya hay una empresa, Vestas (Mexicana del Viento), que está produciendo las turbinas eólicas.
Respecto a las áreas donde identificaron mayor potencial, Thure responde: “Oaxaca es de los estados donde había más viento, también algunos lugares en el norte” hay inversionistas que han invertido mucho en este parque.
Eficiencia energética a través de la digitalización
Cuestionado sobre la potencialidad de la digitalización para la eficiencia energética, Thure contesta: “Yo pienso en los edificios residenciales o edificios públicos. Se puede gestionar la energía, por ejemplo, en el enfriamiento, la ventilación y lo que llaman en inglés Energy Sistem Management. La gestión de la energía es una de las iniciativas más importantes en la digitalización”.
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Hidrógeno verde y viabilidad
Una de las principales apuestas de Dinamarca en cuanto a la sostenibilidad es la producción del hidrógeno verde, cuyo punto de partida es una molécula de agua (H2O), compuesta por un átomo de oxígeno (O) y dos de hidrógeno (H). Enseguida, se usa la electricidad para dividir el agua en dos. Y después este hidrógeno “liberado” puede ser usado –y va a ser un combustible verde– en lugar del combustible fósil, en diferentes aplicaciones, como el sector de transporte o para hacer fertilización en la agricultura.
Thure, experto en energía, socializa la paleta de colores del hidrógeno según su procedencia: “Si viene de gas natural, pero está capturado el CO2, se llama hidrógeno azul, y si no está capturado el CO2, se llama hidrógeno gris, es decir, no es tan bueno para el ambiente”, agrega. “En Dinamarca hoy en día se usa casi solamente el hidrógeno en las refinerías para hacer petróleo”.
Thure comenta que esta tendencia ya está empezando también en México, aunque advierte: “Hay una situación un poco diferente comparado con Dinamarca, porque nosotros tenemos acceso a mucha electricidad verde de las eólicas y en México no es el caso, al menos relativamente hay menos acceso”.
“Si se habla de las perspectivas de hidrógeno verde en México, es importante el factor del tiempo a corto, mediano y largo plazo. Y a corto y mediano plazo no creo que haya rentabilidad de la producción, porque falta energía limpia para hacer el hidrógeno verde. Se puede hacer hidrógeno gris o hidrógeno azul”, complementa.
No obstante, Thure es optimista: “A largo plazo, en 2040 ó 2050 puede ser una situación completamente diferente, pero eso depende del enfoque político de los diferentes gobiernos en México: el enfoque federal, si quieren ayudar a hacer más inversiones en eólicas en el país y dejar estas instalaciones listas para producir, eso va a ayudar a considerablemente”.
“En Dinamarca todavía no hay un mercado, pero el gobierno tiene muchas ambiciones en este sentido y ya hace como un año, en diciembre de 2021, ha publicado una fiesta de hidrógeno verde y ya está haciendo muchas iniciativas para fomentar su desarrollo”, concluye.
Para lograr este objetivo, Thure considera necesario tomar en cuenta el contexto: tener un flujo de dinero anual en los próximos 15-20 años sin interrupciones, si no tiene esta seguridad no, no se puede obtener esta situación favorable hacia las energías limpias.
“Eso es lo más importante: buenas condiciones para las empresas extranjeras”, puntualiza.
Dependencia del mundo y Europa del gas ruso
Cuestionado sobre cómo Europa –y el mundo entero– podría depender menos del gas ruso –ahora que se cumplen nueve meses de su invasión a Ucrania–, Thure responde: “Todos los procesos, todas las iniciativas verdes en un contexto europeo, en un contexto danés, ya estamos haciendo todo eso: cambiamos las leyes, aceleramos los procesos: el gobierno de Dinamarca ha liberado más fondos para invertir en diferentes tecnologías verdes y para diversificar su suministro de seguridad, porque por supuesto queremos ser menos dependientes del gas ruso y vemos también que los precios de la energía han aumentado muchísimo en todo el mundo”, explica.
“Lo que se puede hacer es acceder a todas [las fuentes] existentes y empujar más; dar más fondos a estas iniciativas verdes, las inversiones en tecnología verdes, todos los procesos que se necesitan hacer para construir más eólicas, si se puede cortar estos procesos contar el tiempo que se necesita y facilitar el proceso para obtener permisos. Esa es también una de las iniciativas que se impulsan en este momento en Dinamarca y en Europa”, agrega.
Y, finalmente, redondea sobre la cooperación bilateral de Dinamarca con México:
“Desde 2014 hemos tenido una colaboración fantástica con México. Hay mucha inteligencia, muchos expertos muy competentes aquí y esta colaboración que vemos entre expertos mexicanos y expertos daneses de la Agencia de Energía siempre está caracterizada por un respeto mutuo, profesionalismo, transparencia y amistad”, señala.
“Siempre hemos tenido muy buenas relaciones profesionales entre México y Dinamarca, entonces sigamos con la colaboración. Y yo pienso que después de 2025 vamos a continuar otra vez con un programa, el inicio del número 4”, concluye.