A un lado del relleno sanitario “La Providencia”, ubicado en la ciudad de Cuautla en el estado de Morelos, México, se inauguró la primera planta de reciclaje químico en donde se usa una tecnología innovadora para transformar los empaques de plásticos flexibles en aceite pirolítico o también conocido como bioaceite.
La iniciativa es impulsada por Nestlé México, en alianza con la empresa británica de tecnologías de reciclaje Greenback Recycling. El costo para hacer realidad la infraestructura de esta nueva planta fue de aproximadamente 3 millones de dólares y con ella se están generando alrededor de 40 a 45 empleos directos.
En la inauguración estuvo presente Fausto Costa, presidente Ejecutivo de Nestlé México, quien señaló que esta planta les permitirá ser pioneros en probar nuevas formas de manejar los residuos urbanos posconsumo en el país y avanzar hacia la economía circular, al abordar el desafío de los residuos plásticos posconsumo que son difíciles de reciclar.
Nestlé tiene como objetivo conseguir que 95 por ciento de los empaques plásticos que utiliza para sus productos estén diseñados para ser reciclados o reutilizados al 2025, con la intención de alcanzar el 100 por ciento, reduciendo el uso de plástico virgen hasta en un tercio.
La nueva planta se enfocará en reciclar envases de plástico flexibles que normalmente son utilizados por la industria alimentaria y que hasta ahora eran muy difíciles de reciclar, por ejemplo: bolsas, laminados, pouches, entre otros.
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La primera fase de este ambicioso proyecto permitirá el reciclaje de más de 2 mil toneladas de estos empaques al año. La meta es instalar en un futuro cercano más plantas de reciclaje químico en otros estados del país.
El papel de Greenback es sumamente importante, ya que son los desarrolladores de la primera solución de reciclado avanzado a escala industrial descentralizada que ofrece circularidad a este tipo de empaques plásticos.
“Estamos orgullosos de compartir nuestra ambición con Nestlé México, quien es nuestro colaborador pionero asumiendo voluntariamente su responsabilidad ambiental. A cambio, recibirán una certificación de la neutralización de los residuos que demuestra que la circularidad se ha conseguido”, agregó Philippe G. Von Stauffenberg, fundador y CEO de Greenback.
¿Cómo funciona la tecnología de reciclaje químico?
La tecnología desarrollada por Greenback se basa en un reactor que induce microondas para calentar los residuos a unos 500 °C, convirtiendo los copos de plástico en gas que posteriormente se condensa para convertirse en el aceite pirolítico.
Este aceite es reutilizado por la industria petroquímica para generar resina reciclada que se puede usar para volver a producir nuevos empaques de grado alimenticio.
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Muchos de estos empaques también contienen aluminio, por lo que este proceso permite al mismo tiempo separarlo para después fundirlo en lingotes que se reutilizan nuevamente para fabricar otros productos.
El gas sobrante de este proceso se utiliza para producir energía eléctrica que alimenta la planta de reciclaje, haciéndola energéticamente autosuficiente. Además, este proceso de reciclaje inducido por microondas es bajo en emisiones.
La nueva planta de reciclaje químico en Morelos emplea otras tecnologías para separar y clasificar los residuos, combinando la verificación humana con la digital a través de cámaras y software especializado, que proporcionan una trazabilidad del material a lo largo de la cadena de valor.
De acuerdo con Greenback, estas herramientas digitales también les permiten garantizar un pago justo y equitativo a los recolectores y clasificadores locales, asegurando que reciban una retribución objetiva en función del volumen y calidad del material que llevan a la planta.