Los desechos electrónicos son una de las fuentes de contaminación que más abundan en el mundo, en especial los cables de carga.
Para solucionar este problema, el Parlamento Europeo sigue presionando a los fabricantes para utilizar un puerto de carga estándar, con el objetivo de reducir residuos y facilitar el uso a los consumidores.
No es la primera vez que vemos esta propuesta en Europa. En 2009, los principales fabricantes de telefonía móvil, incluyendo Apple, llegaron a un acuerdo para estandarizar los cargadores.
Sin embargo el acuerdo expiró en 2012 y sólo dejó tres versiones de cargadores, de los 30 modelos existentes en 2009: Lightning, Micro USB y USB-C.
Según dijo el Parlamento Europeo, la medida “no produjo los resultados deseados y no cumplió con los objetivos de los legisladores”.
La idea de los legisladores europeos es que un cargador común se pueda adaptar a todos los teléfonos móviles en el mercado, así como a tabletas, lectores de libros electrónicos y otros dispositivos portátiles como relojes inteligentes o pulseras.
Apple es el principal opositor
Si bien la idea podría ser una buena solución ecológica, Apple no piensa lo mismo. En su declaración del año pasado, la compañía sostuvo que “un cargador común congelaría la innovación en lugar de alentarla”.
Incluso agregó que “tales propuestas son malas para el medio ambiente e innecesariamente perjudiciales para los consumidores”.
Según Apple, ya ha enviado más de mil millones de dispositivos con cargador Lightning a todo el mundo. Por lo tanto, obligar a los consumidores a adquirir un nuevo cargador “daría como resultado un volumen sin precedentes de desechos electrónicos y un gran inconveniente para los clientes”, dijo la compañía.
A pesar de estar en contra, Apple podría deshacerse finalmente de sus cargadores para siempre, ya que después de todo, sus propios MacBooks y iPads ya se han cambiado al formato USB-C.