Investigadores de la Universidad McGill, la Universidad de Oxford y la Universidad Bocconi han afirmado que brindar teléfonos móviles a las mujeres es una de las herramientas con mayor potencial para concretar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas en el 2015.
El estudio Aprovechar los teléfonos móviles para lograr el desarrollo sostenible, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, establece que el acceso móvil está directamente relacionado con múltiples indicadores ligados al desarrollo social global, como la buena salud, la equidad de género y la reducción de la pobreza.
De tal forma, la relación entre el acceso móvil y el empoderamiento femenino es más fuerte en los países menos desarrollados y en los países en vías de desarrollo. Un artículo de Forbes de 2013 señaló que el 41 por ciento de las propietarias de smartphones disfrutan mayores oportunidades económicas y profesionales debido a la posesión de un teléfono inteligente, y el 85 por ciento afirma sentirse más independiente gracias a su smartphone.
Para comprender mejor cómo se da el empoderamiento de las mujeres con los teléfonos celulares, los autores del estudio académico condujeron entrevistas a 100 mil mujeres de África Subsahariana del año 2015 al 2017.
Una investigación aparte, de la GSMA, muestra que África Subsahariana es de las regiones con una mayor brecha de género móvil, pues las mujeres tienen un 13 por ciento menos probabilidad de tener un teléfono móvil en comparación con los hombres. Además, está estimado que existe una brecha de género del 37 por ciento en el uso de Internet móvil.
El estudio de las universidades encontró que, a pesar de que en estos países muestran lento descenso de la fertilidad y las tasas de mortalidad materna e infantil siguen siendo altas, la adopción móvil está en constante crecimiento.
También se concluyó que las mujeres con teléfonos móviles tienen un 1 por ciento más de probabilidad de involucrarse en procesos de toma de decisión en materia de anticoncepción, un 2 por ciento mayor probabilidad de usar métodos anticonceptivos modernos, y un 3 por ciento más de saber dónde hacerse una prueba de VIH, en relación con las mujeres que no poseen un teléfono.
Estos efectos son considerables, y potencialmente mayores que los efectos de vivir en un área urbana, en comparación con vivir en un área rural. Los investigadores estiman efectos similares en la toma de decisiones internas en el hogar. El análisis de datos individuales confirma que los efectos de la investigación son más potentes en las áreas más pobres y aisladas.
A pesar de la proliferación de redes móviles, los autores del estudio reconocen que las divisiones digitales por género y estratos socioeconómicos persisten en los países en vías de desarrollo. Existe menor probabilidad de que las mujeres tengan acceso a teléfonos móviles propios y a que los usen cuando tengan acceso, y es más probable que tengan menos habilidades de tecnología de la información y las comunicaciones en comparación con los hombres, creando brechas de acceso y brechas de habilidades digitales.
Luca Maria Pesando, profesor en la Universidad McGill, mencionó que los resultados sugieren que la implementación de la tecnología de telefonía móvil podría servir para complementar el papel de otros procesos de desarrollo, como la expansión educativa y el crecimiento económico, en lugar de reemplazarlo.