La conectividad inalámbrica ha demostrado ser uno de los pilares que han habilitado la digitalización de cada aspecto de nuestras vidas.
En los últimos años hemos demostrado que tenemos una inmensa capacidad de adaptarnos y responder a cualquier reto mediante el uso de la tecnología.
Como resultado, hemos alcanzado niveles de innovación que tan solo hace unos años creíamos imposibles, y estamos seguros de que esto será una constante en el futuro cercano y, por ello, es necesario contar con una visión a futuro sobre la conectividad móvil que asegure la capacidad de transmitir los grandes volúmenes de información de las tecnologías que vendrán.
Es momento de hablar sobre la sexta generación de comunicaciones móviles 6G.
Entre otras cosas, se proyecta que la sexta generación de conectividad móvil tendrá el potencial de generar cambios significativos en el mundo mediante la precisión y el monitoreo de datos a través de dispositivos wearables, prediciendo y programando acciones futuras para cumplir con tareas específicas de la industria y la sociedad.
Esto, gracias a la computación ubicua y la Inteligencia Artificial (IA) que se integrarán de forma nativa en el sistema 6G. Pero ¿por qué pensar en 6G ahora, cuando todavía no hemos llegado al límite de lo que se puede lograr con el actual 5G?
Es decir, en México, 5G aún sigue en fase de despliegue alrededor de todo su territorio. De acuerdo con la consultora IDC, en 2025 se espera que en el país haya un alcance de 25 por ciento de usuarios de 5G, además de que actualmente predomina 3G, puesto que el 52 por ciento de los mexicanos accede a ella y otro 37 por ciento accede a 4G, de acuerdo con un estudio de GSMA.
A nivel global, 5G podría apenas superar los mil millones de usuarios para finales de 2022, según datos de Statista.
Aunque queda un largo camino por recorrer en materia de conectividad en México, es responsabilidad de la industria seguir impulsando los límites conocidos y encontrar las mejores alternativas y soluciones que habiliten y soporten cualquier tasa de crecimiento.
¿Deberían las empresas seguir invirtiendo en 5G? Sin dudarlo un momento, sí. De hecho, se espera que la inversión en esta tecnología se incremente 60 por ciento a nivel global en comparación con 2022, según Juniper Research.
A la par, la investigación dentro de la industria no se detendrá un momento para seguir evolucionando el ecosistema tecnológico y lograr el funcionamiento de 6G, que permitirá una mejora considerable de eficiencia y productividad en diversos sectores como salud, consumo, medios de comunicación, industrial y financiero.
Un ejemplo valioso de estos avances es el proyecto de investigación insignia de la Unión Europea sobre 6G, Hexa-X, en la cual participan empresas como Intel y Nokia para sentar las bases de la tecnología que se desarrollará en los próximos años para que 6G sea una realidad en 2030 mediante la convergencia de las comunicaciones, la informática y la Inteligencia Artificial (IA).
La sinergia que se creará entre la conectividad 6G y la IA, por ejemplo, permeará en cada aspecto tecnológico y marcará una nueva era.
Ciertamente, una de las tendencias más prometedoras de esta tecnología será la IA colaborativa, misma que depende de las comunicaciones inalámbricas y podrá aprovecharse inigualablemente con la llegada de 6G.
Más aún, estas tecnologías serán el corazón del trabajo y la economía digital del futuro, donde predominará la efectividad y la potencia de las soluciones tecnológicas. Para miembros del ecosistema es claro que debemos tomar cartas sobre el asunto y dar pasos contundentes para hacer que esto suceda no sólo en algunos países, sino en el mundo entero.
No podemos hablar de conectividad sin hablar de infraestructura e inversión, que en unos años se traducirá a una rápida expansión y creación de ciudades inteligentes alrededor del mundo.
Para lograrlo, será fundamental el papel de 6G para facilitar el intercambio de datos entre los distintos ecosistemas de una ciudad, pues destaquemos que esta tecnología multiplicará las tasas de transmisión 10 veces más, teniendo frecuencias de teraHertz (THz), mismas que permitirán la evolución y planificación de futuras ciudades inteligentes, dignificando cada detalle de la vida.
Ahora bien, además de examinar nuestra realidad actual, un paso fundamental para lograr esta visión a futuro es asegurar la colaboración entre todos los miembros del ecosistema de conectividad, incluidas empresas implementadoras de tecnología, telcos y sector público, para que los siguientes pasos para lograr la irrupción de la conectividad móvil, desde la investigación hasta su implementación, se hagan en conjunto y de manera fluida.
La visión compartida de Intel con el resto del ecosistema es clara: lograr el desarrollo e implementación de una nueva generación de conectividad inalámbrica que sea no sólo una revolución digital y tecnológica, también humana y global, que mejore procesos y sistemas industriales y empresariales, así como el día a día de las personas que habitamos este mundo.
Recordemos que nuestro futuro se construye desde las convicciones y acciones del presente, y nuestra constante colaboración y ambición de dar un paso más hacia la tecnología del mañana, desbloqueará un mundo verdaderamente híbrido, más saludable y colaborativo.