A nivel mundial, las conexiones 5G ascendieron a más de 63 millones 600 mil durante el primer trimestre de 2020, una cantidad tres veces mayor a la que se tenía registrada a finales del año pasado, de acuerdo con datos de Omdia y 5G Americas. En la actualidad, existen 82 redes de quinta generación comercial y para el cierre del año se proyecta que asciendan a 206.
Para finales de 2020, se prevé que existan 238 millones de conexiones 5G en todo el mundo, de las cuales únicamente 270 mil se encontrarán en la región latinoamericana y 10 millones en América del Norte. En tanto, LTE seguirá creciendo hasta los 404 millones en los países de América Latina y el Caribe.
Uruguay fue el primer país de la región en implementar 5G en 2019 y hasta ahora existen sólo cinco redes de quinta generación, 50 LTE-A y 127 LTE. A marzo de este año, América Latina y el Caribe contabilizaban 3 mil 004 suscripciones 5G y 372 millones LTE. 5G Americas espera que las suscripciones sigan creciendo, aunque en la región el ritmo será más lento.
Aunque a nivel global el desarrollo de 5G sigue avanzando a pesar de la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de Covid-19, en América Latina “se prevé que, hasta tanto se normalice la situación, se demorarán todos los procesos de asignación de espectro, y no se lanzarán nuevas redes durante este periodo”, dijo el vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Americas, José Otero.
México y Brasil son dos de los países que tienen planeado licitar espectro entre este año y el próximo; sin embargo, los procesos podrían ser aplazados a causa del coronavirus. En Brasil, se está analizando cambiar el cronograma de la subasta por los problemas en la cadena de suministro, la capacidad de inversión actual de los operadores y las dificultades que se han tenido en la mitigación de interferencias en la banda de 3.5 GHz.
La industria de telecomunicaciones en la región ya está sintiendo el impacto de la contingencia, pues los consumidores tienen un menor poder adquisitivo debido a la reducción de las remesas desde Europa y América del Norte, y al cierre de actividades económicas durante el confinamiento social, señaló Otero.