Compartición de infraestructura en América Latina incrementaría cobertura 4G hasta 93%
La compartición de infraestructura pasiva –postes, tuberías, torres, etc.– incrementaría la cobertura de 4G en poco más de 10 puntos porcentuales hasta un 93.3 por ciento, en promedio en América Latina, según estima un nuevo estudio de Telecom Advisory Services (TAS). El estudio encontró que la presencia de proveedores independientes permitiría también elevar las principales métricas de cobertura, competencia y calidad del servicio.
Ante la creciente demanda de inversión para infraestructura y la complejidad para llegar a todos los segmentos de la población, la compartición de infraestructura se ha presentado como una alternativa que permitiría acelerar el despliegue de las redes y reducir los costos de cobertura en zonas de baja densidad poblacional. Además, la compartición de infraestructura pasiva es un proceso que resultaría más sencillo de concretar que la compartición de infraestructura activa.
Si se considera un país con una cobertura 4G inicial del 80 por ciento y una adopción de usuarios únicos de banda ancha móvil igual del 60 por ciento (común en la región), el estudio estima que la regulación de las mejores prácticas para la compartición de infraestructuras permitiría incrementar la cobertura 4G hasta un 93.03 por ciento y los usuarios únicos de banda ancha móvil hasta 61.55 por ciento.
En consecuencia, el mayor número de usuarios de banda ancha móvil también tendría un impacto positivo sobre el producto interno bruto (PIB) per cápita del 0.41 por ciento.
Por otro lado, el estudio analizó el papel que tendrían los proveedores independientes de infraestructura como las operadoras de torres. En los últimos años, múltiples operadores de telecomunicaciones en la región ejecutaron procesos de desinversión de sus activos de torres que, por un lado, les permitieron acceder a recursos frescos, y al mismo tiempo mejorar su acceso a más infraestructura.
Aunque muchas de estas torres fueron escindidas a compañías subsidiarias del propio operador, también permitió fortalecer la participación en el mercado de proveedores independientes. La consultora estima que entre los 13 mayores países de América Latina, el número de torres de telefonía móvil alcanzará las 217 mil 022, de las cuales, alrededor de la mitad son operadas por proveedores independientes.
De tal forma, el estudio encontró una correlación positiva entre la presencia de proveedores independientes de infraestructura y las principales métricas de conectividad. El estudio estima que entre países que tienen una participación de proveedores independientes superior al 50 por ciento, se tiene una mayor cobertura de 4G (98.5%) contra los países donde tienen una menor participación (90.93%); un 50 por ciento más de velocidad de banda ancha (promedio de 76 Mbps vs. 38 Mbps); 43 por ciento más de inversión de capital (promedio de 35.8 dólares per cápita vs 20.34); además de mayor competencia ( promedio Herfindahl–Hirschman Index (HHI) de 3,195 vs. 4,088).
Adicionalmente, TAS estima que un incremento de 10 por ciento en la participación de los proveedores independientes en el mercado permitiría incrementar los niveles de cobertura 4G en 0.96 por ciento, los niveles de adopción de banda ancha inalámbrica en 0.51 por ciento, y una mejora en la calidad del servicio de 2.05 por ciento medida por velocidad.
Asimismo, la mayor participación de proveedores independientes permitiría elevar la competencia medida por el HHI con una disminución del 0.46 por ciento, además de una mejora en los niveles de asequibilidad con una reducción del 3.18 por ciento del precio en relación al PIB per cápita.
“Dada esta sólida evidencia, existen beneficios obvios para los países latinoamericanos que apoyan el desarrollo de la industria de torres independientes. Sin embargo, estos beneficios están supeditados a varias iniciativas regulatorias y de políticas públicas”, afirma el estudio.
Entre las principales iniciativas para impulsar el desarrollo de proveedores independientes se incluyen evitar el uso de concesiones y el pago de derechos de vía a precios de mercado; acelerar la aprobación de permisos; regulación que evita el sobre despliegue de infraestructura; imponer un límite en el monto de impuestos y tarifas; políticas que faciliten la compartición de infraestructura para 5G; evitar la regulación de precios; y ofrecer incertidumbre regulatoria a largo plazo.