Aunque las finanzas abiertas (Open Finance) han avanzado más lento en México en comparación con otros países de América Latina, existe confianza sobre que este nuevo paradigma puede detonar en México a partir de la definición de casos de uso.
En opinión de Beatriz Durán Serrano, directora de Estrategia de Syncfy, la adopción de finanzas abiertas puede acelerar el desarrollo de los reglamentos que se necesitan para su implementación.
“Ya se están definiendo los casos de uso y eso nos va a ayudar a tener las reglas claras mucho más sencillas”, afirmó durante una conferencia de STP a propósito de los 20 años del lanzamiento de SPEI en el país.
“Cuando hablamos del tema de finanzas abiertas con pagos, es siempre aterrizar cuál va a ser el caso de uso, si necesitamos generar una mejor estructura, mayor claridad y una mejor definición”, agregó.
Durán Serrano observa especialmente cinco potenciales casos de uso:
- Generación de credenciales para identificar y autenticar a los usuarios.
- Iniciación de pago: es decir, que en una misma plataforma sea posible realizar un pago sin saltar a otra interfaz.
- Validación de credenciales de pago: permite reducir los errores y mejorar la seguridad.
- Operación de cuentas: transacciones de cuenta a cuenta sin intermediarios.
- Operación de servicios contables: Open Finance puede ayudar a automatizar las tareas y entregar servicios personalizados.
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“Las finanzas abiertas se basan básicamente en poder utilizar nosotros los usuarios nuestra data para poder destapar ofertas de productos y servicios que sean personalizados. Es decir, nosotros somos dueños de nuestros datos”, explicó Beatriz Durán.
Todos estos datos tienen un gran valor para la creación de servicios personalizados, que atiendan puntualmente las necesidades de la población, por lo que la especialista consideró que Open Finance tendrá un enorme impacto sobre la inclusión financiera en México.
Por ejemplo, al posibilitar la oferta de mejores servicios de planes de ahorro, planes de retiro o créditos, comentó.
“A nosotros ahora nos hace falta pensar cómo podemos desarrollar propuestas de valor agregado encima de esto, porque lo que más nos falta es crear ecosistemas, y para poder crear un ecosistema necesitamos generar mayores incentivos para los usuarios”, señaló Durán Serrano.
México fue el primer país de América Latina en incluir Open Finance dentro de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (también conocida como Ley Fintech).
Pese a ello, la nación se ha quedado rezagada en cuanto a la creación de las reglas para el intercambio de datos agregados y datos transaccionales, es decir, la información referente a las transacciones y movimientos financieros de los usuarios.
Se necesita de toda esta data para que las instituciones financieras puedan diseñar una amplia gama de productos y servicios más personalizados.
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Otros países del mundo han avanzado más rápido hacia Open Finance. Brasil ya tiene más de 800 instituciones que forman parte del ecosistema de finanzas abiertas, y hasta el primer trimestre de este año se registraron 44 millones 300 mil consentimientos (usuarios activos).
En México, la implementación de Open Finance no se ha logrado concretar debido en parte a la falta de regulación. Sin embargo, la industria asegura que está colaborando con el gobierno para superar esa brecha.
Beatriz Durán destacó que se necesita un enfoque completamente colaborativo. “Para desarrollar políticas y regulación claras, que sean las mejores reglas de juego (…), necesitamos una colaboración de todos los actores”.
El ecosistema financiero en el país, además, ha crecido significativamente en los últimos años, y los diversos jugadores ―Fintech, Sofipos, Sofomes, etcétera― están interesados en impulsar las finanzas abiertas.
Jaime Márquez, director de Desarrollo de Negocios y Nuevos Proyectos de STP, una Fintech mexicana, dijo que todos estos actores se suman a los esfuerzos por demostrar los beneficios de Open Finance y alienta las expectativas para su desarrollo en el país.