Aunque al igual que la computadora personal, el Internet y la Inteligencia Artificial, sus antecedentes se remontan a hace décadas, Cripto tiene un origen delimitado y un ‘padre’ o ‘pionero’: el 31 de octubre de 2008 Satoshi Nakamoto —un seudónimo de una persona o grupo de personas del que hasta hoy, se desconoce su identidad, por lo que aún no es posible atribuirle género o número— publicó el whitepaper de Bitcoin, al que presentó como un ‘sistema de efectivo electrónico entre pares’ (A Peer-to-Peer Electronic Cash System). Ese fue el origen teórico de Bitcoin (y cripto en general). El práctico, no obstante, tardaría un par de meses más.
En enero de 2009, se minó el primer bloque (block) de Bitcoin, con lo que nacieron, simultáneamente, la primera Blockchain (cadena de bloques), Bitcoin, y la primera criptomoneda, BTC. Escribiendo estas líneas me doy cuenta de que Bitcoin es un acrónimo entre bit y coin, la unidad mínima en informática y ‘moneda’ en inglés, respectivamente, por lo que Bitcoin sería algo como, la moneda de las computadoras. Esto tiene sentido si se toma en cuenta que Satoshi lo planteó como una red de cómputo o procesamiento de CPU distribuida.
Bitcoin es, pues, la primera criptomoneda descentralizada totalmente digital de la historia. Es la criptomoneda más antigua y es la piedra angular del ecosistema: Bitcoin es Bitcoin y todas las que surgieron después —en los años siguientes hubo una fiebre cripto con el lanzamiento de centenares de proyectos a través de ICOs (Initial Coin Offerings)— se denominan altcoins, del latín alter, ‘Otro’, es decir, ‘otras monedas’ o las demás.
Extrapolándolo aún más, podría considerarse como el dinero digital o del Internet. Sin embargo, el desempeño de las tres funciones del dinero no fue inmediato: ya era depósito de valor, aunque no tangible, no tenía parangón, sino hasta dos años después, en 2011, cuando Laszlo Hanyecz pagó 10 mil bitcoins por dos pizzas y así Bitcoin se convirtió oficialmente en un medio de cambio y unidad de cuenta.
Luego vino el ascenso meteórico del precio, tras pasar de no valer ni siquiera un dólar hasta el máximo histórico de más de 73 mil 800 dólares que alcanzó precisamente este 5 de noviembre. En el ínterin, vinieron las caídas, primero de FTX, el que fuera el segundo exchange más grande del mundo y la posterior condena de su fundador y CEO, Sam Bankman-Fried, y luego del juicio de Binance en Estados Unidos, tras el que su fundador y ex CEO, Changpeng Zhao, se declaró culpable y posteriormente renunció a la empresa. Ahora, sin embargo, la industria cripto ha ‘exorcizado su pasado’, como lo llama el propio exchange más grande del mundo.
2024 ha sido el año de cripto y, especialmente de Bitcoin: arrancó con el pie derecho, desde la aprobación, en enero, de los primeros fondos cotizados en bolsa (ETF) al contado de Bitcoin por parte de la SEC en Estados Unidos, pasando por el halving, de abril de 2024, con el que la recompensa para los mineros se redujo a la mitad, hasta hoy, donde forma parte de la agenda de uno de los candidatos que se disputan la presidencia de Estados Unidos, tras haber experimentado un proceso francamente hostil y persecutorio por parte de autoridades y reguladores en los años previos.
Por ello, “la expectativa es que si gana Trump, puede ser muy positivo para el precio”, según Daniel Vogel, cofundador y CEO de Bitso; aunque, independientemente del resultado, “simplemente por el hecho de que esté en la agenda, la industria ya ganó”, a juicio de Felipe Vallejo, director General en México. Así lo señalaron ambos ejecutivos durante la ExpoCripto, organizada la semana pasada por el único unicornio cripto mexicano en el marco de su décimo aniversario.
Open Finance
Open Finance es ‘más joven’ que cripto o salió después, según la perspectiva desde la que quiera verse. “Open Banking es sólo el punto de partida de un viaje más grande”, como asentó Imran Gulamhuseinwala, ex presidente de la UK Open Banking Implementation Entity durante el Open Banking TownHall 2024 en la Ciudad de México. Hay tres estadios en su desarrollo e implementación: Open Banking, Open Finance y, en última instancia, Open Data, los tres de los cuales se agrupan en el concepto de Open Economy o Economía Abierta.
El primero, entendido como la compartición de datos entre bancos; el segundo, a la compartición de datos financieros por parte instituciones de cualquier índole —retailers, de movilidad o delivery, entre un sinfín de sectores más—, algo que es posible con las finanzas embebidas, y, por último, el tercero, a la compartición de datos más allá del segmento estrictamente financiero, como los de los servicios públicos o los de las redes sociales, todos ellos gracias a los cuales, hoy pueden originarse nuevas líneas de crédito.
Open Banking surgió en 2015 con la creación del Open Banking Working Group (OBWG) en Reino Unido. Open Finance es una evolución de Open Banking. Hoy hay iniciativas de banca y finanzas abiertas en más de 47 países alrededor del mundo, aunque los mercados más avanzados en la materia son Singapur y Australia, además, por supuesto, del británico de origen, cada uno con sus peculiaridades y ventajas específicas.
En México, Open Finance ya estaba contemplado en la Ley Fintech de 2018, aunque hasta ahora no se han emitido las leyes secundarias y, una vez más, al igual que sucedió con las transferencias instantáneas cuenta a cuenta (A2A), pese a ser pioneros en la regulación, Brasil nos superó en la ejecución. Por ello, en América Latina, Brasil, es el país que lleva la delantera en su implementación gracias al liderazgo del Banco Central. Y otros países, como Colombia, en donde la Superintendencia Financiera expidió este mismo año la circular que establece los estándares necesarios para el despliegue de las finanzas abiertas en el país, o Chile.
La tecnología nuclear de Open Finance son las APIs o interfaces de programación de aplicaciones, en cierto sentido el eslabón mediante el que se conectan las diversas instituciones. Al ser un ámbito eminentemente colaborativo, Open Finance es una cancha donde juegan muchos jugadores: en América Latina están, por mencionar sólo algunos, la mexicana Syncfy, fundada por Gerardo Treviño; Belvo, fundada por los españoles Pablo Viguera y Oriol Tintoré, que opera en Brasil, México y Colombia; Finerio Connect, mexicana, fundada por José Luis López y Nicholas Frank Grassi; y las uruguayas Datanomik, fundada por Gonzalo Strauss y Sergio Fogel, y Prometeo Open Banking, por Ximena Aleman, Rodrigo Tumaián y Eduardo Veiga. Belvo informó que octubre fue un mes récord y procesó un total de dos millones de transacciones de pagos recurrentes por un valor de mil 900 millones de pesos en los primeros 10 meses de su producto de domiciliación bancaria.
¿Qué tienen en común ambos? Además de lo obvio, que impactan, repercuten o incluso, transforman por completo el sistema financiero tradicional, tal como se concebía hasta la primera década del siglo XXI, Open Finance & Cripto comparten, esencialmente, la descentralización y la transparencia en el uso de los datos en el ámbito digital.
En conclusión, Open Finance y Cripto comparten una vocación por la apertura y la transparencia. Y ambos también inciden directa, al permitir que más personas y empresas pequeñas tengan acceso a crédito, o indirectamente, al brindar una alternativa para gestionar los servicios financieros, en la inclusión financiera.
Miscelánea (o supermercado) de startups y neobancos
Este lunes, Jüsto, una startup a la que le hemos seguido la pista en las últimas semanas, anunció una alianza con Amazon para que su servicio de entrega de alimentos frescos esté disponible en su marketplace, inicialmente en la Ciudad de México, aunque con miras a expandirse a otras ciudades. Cabe recordar que Ricardo Weder, su cofundador y CEO, participó en AWS Summit de la división de Nube de la compañía en agosto, donde expuso las ventajas de usar los servicios de cómputo en la Nube de AWS y dijo que Jüsto logró reducir 77 por ciento del tiempo sus despliegues de personalización, algo muy benéfico para la etapa de escalamiento (scaleup) en que se encuentra la empresa.
“Antes del 2006, existía una gran barrera de entrada para poder emprender: si tú querías intentar testear un nuevo negocio online, tu emprendimiento, era complicado, porque tenías que asumir un costo al tener tu propia infraestructura. El hecho de la democratización que tuvo AWS es enorme. Es muy probable que muchas de las grandes empresas tecnológicas que se formaron después del 2006 no existirían si no hubiera habido este acceso a poder tener una infraestructura flexible, un costo moderado para los nuevos emprendedores, de poder probar sus ideas y emprendimientos en línea”, declaró Weder en su intervención.
Y ahora que estuve revisitando la historia de los data centers en América Latina, resulta fundamental hacer notar que KIO Networks nació 4 años antes: Sergio Rosengaus la fundó en 2002 y es considerada la pionera en el emprendimiento tecnológico en México y ‘el primer ‘unicornio mexicano’ antes incluso de que se acuñara el propio término. Durante muchos años fue un comodín de los jugadores financieros, principalmente bancos en primera instancia, antes de la llegada de los hyperscalers y cuando la regulación para el sector financiero era mucho más estricta en cuanto a la residencia local de datos en el país.
Edgar Torres coincide con Weder. En la primera sesión de “Innovation Espresso”, organizada por 2innnovate, el líder Comercial de Servicios Financieros y Fintech en Google México, señaló que la Nube es lo que ha detonado la innovación en los servicios financieros al proporcionar agilidad, acceso a nuevas tecnologías y seguridad, además de reducir el costo de adquisición de cliente (CAC) y la tasa de colocación.
Nubank anunció el lanzamiento de su nuevo operador móvil virtual, NuCel, en su natal Brasil. Bajo el modelo de MVNO, regulado por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), utilizará la infraestructura de América Móvil (Claro), gracias a lo cual tendrá cobertura en el 93% del territorio brasileño y ofrecerá 5G de alto rendimiento. Así se unen los destinos —y los negocios— de los hombres más ricos de México, Carlos Slim, y Colombia, David Vélez, aunque aún haya una brecha de 70 mil millones de dólares entre los patrimonios netos de ambos. Un movimiento curioso si se toma en cuenta que la jugada más común es precisamente la inversa: operadores o empresas de telecomunicaciones lanzando sus propias wallets: como Tigo Money, de Millicom; Personal Pay de Telecom o la propia Claro Pay de AMX, por mencionar sólo tres de las más relevantes que hay en América Latina.
En México, su filial Nu, notificó la ampliación de su red de depósitos en las mil 700 sucursales de Financiera para el Bienestar (Finabien) distribuidas en todo el territorio nacional, gracias también a la alianza con Arcus by Mastercard. Esta red es significativamente mayor a la de Soriana anunciada por el propio Nu en marzo, pues supera en mil a los 700 supermercados de la cadena, además de que Finabien tiene un gran componente de inclusión social, con la mitad de sus sucursales en localidades de menos de 50 mil habitantes, presencia en 268 municipios considerados marginados y 164 sin bancos.
Aquí se unen los derroteros de Vélez y la 4T, dos proyectos de inclusión financiera, cada uno a su modo, y el de Finabien, exactamente el inverso que el descrito el párrafo anterior, el de una institución de telecomunicaciones, esa sí, decimonónica, de telégrafos, el otrora Telecomm, en una entidad financiera, tal como se lo encomendó la autodenominada Cuarta Transformación. Por cierto, Pablo Pereyra, Chief Revenue Officer de 2Innovate, considera que México es ejemplar en su red de corresponsalía, tal como lo es Brasil en los pagos de bajo valor en tiempo real.
IPOs mexicanas, hasta 2026; un hito para Bitso
Luego de que Vincent Speranza, el director general de Endeavor en México, me respondiera que no veía una salida pública de un unicornio tecnológico mexicano en el próximo año, sino que vislumbraba hasta 2026 la ‘próxima ola’ de ofertas públicas iniciales (OPIs) de empresas mexicanas por el tiempo que se requiere para la preparación previa, le pregunté a Daniel Vogel, también emprendedor Endeavor, sobre los planes de Bitso en el mediano plazo. Esta fue su respuesta:
No estamos buscando una ronda de inversión hoy en día, primordialmente porque la compañía está increíblemente saludable internamente, entonces no hay una necesidad de inyectar capital y todos los planes de crecimiento que tenemos más que los podemos cumplir con el capital que tenemos. Definitivamente creo que una de las cosas que nos fascinaría hacer en algún momento es buscar ir a los mercados públicos. Es interesante porque los mejores mercados públicos en el mundo son los americanos, hasta hoy, igual y eso cambia, pero hoy ese es el lugar donde tenemos el ojo. Ha sido un ambiente difícil por el tema de la SEC, pero otra vez, estos cambios de gobierno abren oportunidades, y, como Bitso, no te diría que es el foco hoy en día. El foco está en crecer las remesas, seguir resolviendo los problemas para los clientes, crecer el tema de stablecoins.
Queremos seguir creciendo la compañía, pero igual que Bitcoin ha ido cumpliendo diferentes hitos en sus años, me gustaría lo mismo para Bitso. Fue increíblemente un orgullo para nosotros poder encerrar esas rondas de capital que cerramos hace dos años: nos han dado una gasolina impresionante para seguir creciendo, haciendo las cosas como las queremos hacer y yo sí veo como uno de los pasos a seguir en algún momento hacer todo lo que tiene que hacer una compañía para volverse pública, que no es poco, pero es extra difícil para una empresa cripto, porque tienes, no sólo lo que cualquier compañía tiene que cumplir para volverse una empresa pública, sino toda la parte cripto: que hay mucha incertidumbre, hay todavía cosas que el regulador no entiende y entonces, cuando lo pensamos, creemos que no es el momento correcto ahorita, pero es algo que nos fascinaría hacer en algún momento.
Finalmente, la semana pasada asistí a la Cumbre Emprendedora 2024, organizada por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM). Fue una gran oportunidad para escuchar y dialogar sobre temas como emprendimiento, pymes, financiamiento, adopción tecnológica y eventuales salidas a bolsa con expertas y figuras relevantes del ecosistema, como Karla Berman, Altagracia Gómez Sierra, María Ariza, Juana Ramírez y Fernando Padilla.
Resalto la participación de Miguel Khoury, emprendedor y empresario mexicano, guanajuatense, de Celaya, fundador y director de Hospitales MAC, dijo que planea salir a bolsa a través de un dual listing en México y Estados Unidos, por ser también, este último, el mercado que plantea las condiciones más favorables y para evitar que su valuación sea fijado por un pequeño grupo de personas y en su país de origen y, en cambio, se determine por el parangón internacional. El plan tiene sentido, ya que necesita generar retornos para sus inversionistas: aunque la suya no es una empresa tecnológica, sino tradicional y que pertenece a la industria médica, de infraestructura, con bienes raíces y equipamiento, está respaldada por capital de riesgo (VC), entre cuyos fondos el más notable quizás sea General Atlantic, que ha fondeado a unicornios mexicanos como Clip, Kavak e Incode. Adelantó que el listado local lo hará a través de BIVA, la Bolsa Institucional de Valores que, precisamente, dirige María Ariza.