Arabia Saudita está invirtiendo miles de millones de dólares en una industria que ha sido fuertemente beneficiada por la pandemia: los videojuegos.
De acuerdo con un documento presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), el fondo soberano del país con sede en Riad adquirió más de 3 mil millones de dólares en acciones de tres importante editores de videojuegos: Activision Blizzard, Electronic Arts y Take-Two.
Las inversiones fueron impulsadas por el controvertido príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammad bin Salman, quien se ha proclamado parte de la primera generación ‘gamer’ en el país y fanático de la serie de Call of Duty, una de las franquicias más vendidas de Activision.
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En total, compró 14.9 millones de acciones en Activision, 7.4 millones de acciones en EA y 3.9 millones de acciones en Take-Two, a finales de 2020.
No es la primera vez que bin Salman invierte en videojuegos. En noviembre del año pasado la organización benéfica del príncipe heredero compró un 33.3 por ciento de participación en SNK, el desarrollador japonés de King of Fighters y Samurai Shodown.
Las grandes apuestas por los videojuegos y la tecnología son parte del plan de bin Salman para disminuir la dependencia de la economía saudita del petróleo. El Fondo de Arabia Saudita también ha hecho otras inversiones en compañías como Citigroup, Facebook y el operador de cruceros Carnival, incluyendo una participación de 4.4 mil millones de dólares en Uber.