A las ejecutivas todavía nos ven como las asistentes en la tecnología: Doreen Bogdan-Martin

En el mundo profesional de las telecomunicaciones y la tecnología, todavía en la actualidad “se confunde” a las mujeres ejecutivas con las asistentes administrativas, o las chicas que te ayudan con las fotocopias.

Así lo sentenció Doreen Bogdan-Martin, directora de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), durante el webinar “Empoderando a la mujer”, organizado por Millicom.

La expresión de Bogdan-Martin refleja los estereotipos y el sexismo que enfrentan las mujeres en sectores en los que predominan los hombres en los altos puestos directivos.

“Cuando vemos al sector de la tecnología, es básicamente dominado por hombres, por eso las juntas directivas casi todas son dominadas por hombres. Desde temprana edad en mi carrera, me acostumbré a ser la única mujer en la delegación o en las conferencias tecnológicas”, señaló la directora.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas, sólo 30 por ciento de los investigadores en el campo STEM en el mundo son mujeres. Y en México, por ejemplo, sólo 9 por ciento de las empresas tecnológicas las encabeza una mujer, según Endeavor.

Bogdan-Martin relató que en una reunión de trabajo que tuvo en América Latina hace varios años le dijeron que ella parecía una de las mujeres que trabajaban como meseras en el encuentro, en especial porque iba vestida del mismo color que las camareras. “Todo el mundo me molestaba y decía que yo era la niña de la Coca-Cola. Por muchos años, no me puse un vestido rojo”, dijo.

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Las mujeres tienen que superar varios retos para llegar, entrar y destacar en el mundo de la tecnología y las telecomunicaciones. Bogdan-Martin aconsejó a las jóvenes que construyan una red que las pueda apoyar e impulsar en estos sectores, mantenerse preparadas y buscar su propio espacio en la mesa.

En tanto, Susy Bobenrieth, vicepresidenta ejecutiva de Recursos Humanos de Millicom, enfatizó que, una vez que las mujeres llegan a altos cargos en estas industrias, deben tener confianza en que lo merecen y ocupan un puesto por su propio esfuerzo. Y afirmó que “en mis 30, intentaba ser tan fuerte como los hombres”, pero se dio cuenta de que ese no era el camino.