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Reflexión #8M2021
En marzo de 1911, mujeres de cuatro países fueron las primeras en alzar la voz para exigir mejores condiciones laborales y salariales. Gritaron por el derecho al voto y el de ocupar cargos públicos. Exigieron un trabajo digno y no discriminación laboral. La movilización de ese día convocó a un millón de personas.
Hoy en día, muchos países están en camino de lograr una cierta igualdad social. En América Latina este es un trabajo en progreso que va muy atrás, pues es una región donde la mayoría de las agresiones en contra de las mujeres son perpetuadas por personas en puestos de poder.
“En 2021, ya es momento de que se entienda que las mujeres no caminamos detrás de nadie, sino que vamos a la par.”
— Alexa Serrano —
Existen personas que han sido acusadas por violaciones, acoso, feminicidios y siguen ocupando esas mismas sillas. Este es un lugar donde, en el momento en el que empiezan a manifestarse los gritos para romper los pactos patriarcales, se villaniza a las mujeres en lugar de a quienes verdaderamente ocasionan daño.
Aún así, América Latina es una región de potencial y de crecimiento, y las mujeres que lo habitan lo reflejan. El trabajo más notorio que se está haciendo es la ruptura del techo de cristal. Este término se refiere al tope o a la barrera que prohíbe socialmente a las mujeres acceder a puestos de alta dirección. El techo de cristal es, de esta forma, un constructo social creado a partir de misoginia interiorizada y de todos los estereotipos que ésta conlleva.
Estos estereotipos nacen de conceptos patriarcales normalizados, y empezar a desconstruirlos es un trabajo muy complejo. Es extremadamente importante recalcar que la realización de una mujer es algo personal que depende completamente de sus aspiraciones, deseos y gustos individuales.
Dicho esto, para muchas niñas y adolescentes ver a mujeres amándose y rompiendo paradigmas al ocupar puestos que socialmente (y falsamente) nos enseñan que son “de los hombres”, les permite visualizarse a futuro.
Estas mujeres son los modelos a seguir para todas las chicas que están creciendo mientras ven a mujeres en cargos de alto mando, en puestos de sectores que les llaman la atención y en posiciones que ellas en un futuro próximo van a ocupar.
El Día de la Mujer no debe ser el único del año en el que se hable sobre la ruptura de estos conceptos, más bien es un día en el que se tiene que reflexionar acerca de la misoginia y de los pactos patriarcales que se niegan a soltar. En 2021, ya es momento de que se entienda que las mujeres no caminamos detrás de nadie, sino que vamos a la par.