Un robot dirige la Orquesta Sinfónica de Dresde, Alemania; ¿mejor que una persona?
En su 25° aniversario, un robot de tres brazos dirigió la Orquesta Sinfónica de Dresde, Alemania, con piezas musicales que no podrían ser conducidas por seres humanos debido al ritmo.
En medio de un salón con luces tenues y frente a un público curioso, un robot con tres brazos robóticos alza sus batutas electrónicas de colores fluorescentes para dirigir por primera vez la Orquesta Sinfónica de Dresde, en Alemania.
Para conmemorar su 25° aniversario, la orquesta quiso poner en escena algo innovador: el robot guió a 16 músicos de metal y cuatro percusionistas, como parte del proyecto Robot Symphony.
Durante dos años, el intendente Markus Rindt trabajó con Frank Peters, jefe del grupo de investigación en robótica de la Universidad Técnica de Dresde, para lograr que “Franka Emika”, como se llama el modelo de robot, moviera sus articulaciones emulando un brazo humano mientras conduce la orquesta.
La Orquesta Sinfónica de Dresde destacó, a través de un comunicado, que las melodías que se tocaron ese día con el robot como director fueron compuestas especialmente para el acto.
Aunque el evento fue algo extraordinario para el público, el robot en realidad aún está lejos de sustituir a un auténtico director o directora de orquesta. Los brazos robóticos fueron entrenados para imitar los movimientos según la sinfonía, y son controlados por personas a través de una computadora.
En una entrevista con el medio alemán Klassik Radio, Markus Rindt explicó que al robot se le enseñan todas las piezas para que pueda reproducirlas en escena con sus tres brazos robóticos.
Destacado: China exhibe nuevos robots humanoides en conferencia mundial
“Tenemos que enseñarle al robot todas las piezas de antemano. En cada uno de sus tres brazos hay un asa real. Allí puedes agarrar el robot y luego prácticamente ensayar con él todas las secuencias de movimientos para que coincidan con la música: movimientos más pequeños y más grandes, así como diferentes tempos”.
“Basta con reproducir el director como si fuera una grabación. El desafío para los músicos consiste en reaccionar exactamente ante el robot y mirarlo, porque él se obstina en hacer sólo lo que se le ha mostrado previamente y no reacciona ante la orquesta”, explicó Rindt.
Sin embargo, la Orquesta Sinfónica de Dresde destacó que la música que se estrenó ese día bajo la conducción del robot es especial, ya que la pieza #kreuzknot de Wieland Reissmann no podría haber sido dirigida por un ser humano.
La Orquesta explicó que, “debido a su delicadeza rítmica, #crossknot no podría haber sido dirigido por un humano: algunos de los músicos comenzaban lentamente y aceleraban, mientras que la otra mitad disminuía la velocidad”.
Te puede interesar: Cómo la IA Afectiva transformará las relaciones entre máquinas y humanos
Además, en el concierto también la orquesta tocó una obra encargada al compositor y pianista de jazz Andreas Gundlach, llamada Semiconductor’s Masterpiece. En esta pieza, se utilizó la capacidad del robot para usar tres brazos para guiar de forma independiente a la orquesta en tres partes a través de complejos pasajes rítmicos.
Pese a que ambas piezas difícilmente podrían haber sido dirigidas por personas, la Orquesta Sinfónica de Dresde necesita al ser humano (al director original) para entrenar y acompañar al robot, ya que este no es inteligente en sí mismo.
Markus Rindt aclaró que el objetivo del proyecto no es reemplazar a las personas por máquinas, sino “ampliar las posibilidades” y explorar las oportunidades que brinda la tecnología para poner en escena piezas emocionantes.
Para Rind, el mundo todavía está lejos de “experimentar la dirección emocional”, lo que implicaría que el robot realmente pudiera oír a la orquesta y reaccionar ante ella. Esto es algo que aún no es posible, pero que podría suceder en el futuro si el robot se perfecciona o incorpora Inteligencia Artificial.