Salvador de Bahía, Brasil.- En la democracia como en la transformación digital, las personas deben estar en el centro, coincidieron oradores de un panel del ICT LAC Summit en el que también se compartieron retos y certezas relacionadas con esta convivencia que desafía a América Latina. El acceso y las tecnologías deben estar al servicio del ciudadano pero, cuidado, hay aspectos que atender.
“Las bondades de Internet traen consigo desafíos. Debemos enfrentarnos y dar respuesta a ellos. Los riesgos en este caso están vinculados a la veracidad de la información, la hiperpolarización política y discursos cada vez más violentos”, señaló Elaine Ford, directora fundadora de Democracia Digital. Agregó que la problemática estuvo muy a la vista este año, en el que la mitad de la población mundial fue a las urnas, y señaló que América Latina es un escenario propicio para el debate por una tendencia cada vez más marcada de desapego de partidos tradicionales y desconfianza en las autoridades por parte de la población.
Por su parte, Mercedes Aramendía, titular de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones de Uruguay (Ursec), valoró que “la transformación digital tiene un alto impacto en la democracia, en cómo las personas interactúan y conversan. Son conceptos que tienen que convivir. Hay muchas oportunidades pero también retos, como la desinformación”. También hizo hincapié en la importancia de “educar y capacitar a los ciudadanos” porque “la tecnología puede usarse de forma positiva o negativa”.
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Para Meredith Leter, jefa de la Unidad Legal y de Licencias de la Autoridad de Telecomunicaciones (TAS) de Surinam, “para permitir que las herramientas digitales ayuden a la democracia, necesitamos conexiones confiables y es muy importante la inclusión de todos. Hay que preguntarle a las personas qué quieren para responder a sus demandas”. Añadió que el próximo año es electoral en Surinam (se elegirá presidente y otros cargos en mayo) y que sería muy interesante ver una mayor participación de la tecnología en el proceso, que contará con unos 30 partidos interesados.
El desafío es mayor en escenarios de fuerte concentración de poder, marcó Pedro Salazar, exdirector del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien también señaló como arista a atender que “una democracia robusta requiere de un debate correcto en el que los que interactúan lo hagan de forma respetuosa y eso en el mundo digital no sucede”.
El reto regulatorio también estuvo en el centro del debate. Al cierre, el especialista Sadi Contreras Fuset llamó a la región a trabajar en bloque e iniciar una nueva etapa en esta materia. “La única forma de hacer democracia digital es regular en conjunto, esto es generar una regulación consensuada entre todo el ecosistema en la que el gran beneficiado sea el ciudadano”, concluyó.