¿Es el emprendimiento tecnológico fruto de una sobresaliente trayectoria académica, de un soporte financiero preexistente o simplemente producto de la “suerte”, de la aleatoriedad? ¿Cómo separar las startups que crean valor privado y social de aquellas que fracasan o fueron un mero fraude financiero?
El emprendimiento tecnológico se refiere al proceso de identificar, crear y explotar oportunidades para desarrollar y comercializar nuevas tecnologías, productos o servicios en el sector tecnológico.
Incluye necesariamente su inmersión en el vasto ecosistema digital, lo cual implica combinar habilidades emprendedoras con innovación tecnológica para crear valor agregado mientras se aporta, en el agregado, al crecimiento económico.
Es frecuente romantizar los inicios de las Big Tech actuales como Google, Apple, Amazon, Microsoft y Facebook, surgiendo de cocheras, talleres, dormitorios o bodegas hasta lo que son el día de hoy, pero tal enfoque es perder objetividad de lo que significa el actual emprendimiento tecnológico que tiene como clave los siguientes aspectos:
1. Enfoque en la adopción o creación de tecnologías o desarrollo de aplicaciones de tecnologías existentes. De manera que inherentemente implica riesgos de mercado y tecnológicos toda vez que el desarrollo tecnológico tiene como árbitro y terreno de prueba su desempeño en el mercado.
Es ahí donde la reunión de talento y circunstancias fortuitas hacen de su existencia y eventual éxito en el mercado lo que las hace singulares.
Incluso son producto de la teoría del caos, donde cada minúscula decisión ha sido determinante en su existencia y trascendencia o fracaso.
El emprendimiento tecnológico es altamente sensible a las condiciones iniciales, por lo que puede emular la metáfora del llamado “Efecto mariposa”, que dentro de la teoría del caos ilustra cómo pequeños cambios en las condiciones iniciales pueden llevar a grandes e impredecibles consecuencias.
2. Intra-emprendimiento. Es una forma de crear innovación dentro de las empresas establecidas, mediante el fomento de la innovación dentro de la empresa a través de startups internas, proyectos “skunkworks” o equipos dedicados de I+D.
Estos equipos operan al interior de una corporación pero con un alto grado de autonomía, sin obstáculos burocráticos o jerárquicos y con la tarea de trabajar en proyectos avanzados específicos.
3. Innovación continua y adquisiciones. Frecuentemente, las startups desde el inicio buscan ser adquiridas por empresas como son las Big Tech.
Éstas las identifican y las adquieren por ser prometedoras para integrar nuevas tecnologías o expandirse a nuevos mercados. Es una estrategia para desarrollar constantemente nuevos productos o servicios y mantener su posición competitiva en el mercado.
Tal práctica ha sido sujeto de investigaciones por parte de las autoridades de competencia en EE. UU. y Europa.
4. Fondos de capital de riesgo. Son un eslabón fundamental en la existencia del emprendimiento tecnológico. Tales fuentes de financiamiento tienen como objeto identificar e invertir en startups externas para obtener ventajas estratégicas, innovaciones apropiables o como estrategia de diversificación y/o maximización de rendimientos financieros.
Las startups que surgen del emprendimiento tecnológico típicamente implican identificar oportunidades de mercado mediante el reconocimiento de soluciones eficientes en casos donde se puede crear valor mediante la disminución de costos o la creación de nuevos servicios antes inexistentes que pueden abordarse mediante soluciones tecnológicas.
Las startups implican etapas que se caracterizan por el desarrollo y la refinación rápida de productos o servicios basándose en la retroalimentación de los usuarios y por las preferencias que el mercado va revelando.
Esto conduce, en ciertos casos, a la innovación disruptiva, creando productos o servicios que desafían el status quo de la industria o los modelos de negocio establecidos en el mercado.
Las startup necesariamente tienen la propiedad de escalabilidad, es decir, su escala inicial puede expandirse gradualmente conforme evoluciona su desempeño en el mercado.
Debe de responder rápidamente a los cambios en las tendencias tecnológicas, condiciones del mercado y su entorno competitivo. Gestionar su propiedad intelectual a través de patentes, derechos de autor y otras formas de derechos de propiedad en forma individual o colaborativa toda vez que en un ecosistema digital es ineludible participar y contribuir al ecosistema tecnológico, incluyendo asociaciones, iniciativas de código abierto y estándares desarrollados por los propios participantes de las industrias.
La relación entre las grandes empresas tecnológicas y las startups en el emprendimiento tecnológico es a menudo compleja y simbiótica.
Las startups pueden desafiar a las grandes empresas tecnológicas con innovaciones disruptivas, forzándolas a adaptarse o adquirirlas.
Por otro lado, las grandes empresas tecnológicas pueden proporcionar recursos, mentorías y potenciales oportunidades de salida para las startups.
El emprendimiento tecnológico juega un papel crucial en impulsar la innovación, el crecimiento económico y el cambio social en la economía digital moderna. Requiriendo una combinación de experiencia técnica, perspicacia empresarial y espíritu emprendedor para navegar con éxito el panorama tecnológico en rápida evolución.
No hay que idealizar la vida y trayectoria de Bezos, Brin, Jobs, Gates, Page, Gates, Musk o Zuckerberg. Ese no es el camino para fomentar el surgimiento del emprendimiento tecnológico.
Como prerrequisito para un entorno fértil para el emprendimiento tecnológico es necesario reconocer igualmente los casos donde el mercado depuró y eliminó startups aparentemente prometedoras o de aquellos que abusaron de las fallas de mercado para prolongar el fraude a sus inversionistas.
Es igualmente valioso estudiar lamentables experiencias que incluso disminuyeron el flujo de capital de riesgo a startups tecnológicas por el daño causado a sus inversionistas.
Es importante tener en cuenta que estos casos son ejemplos de situaciones extremas y no representan a la mayoría de las startups tecnológicas.
1. Theranos
Fundada por Elizabeth Holmes en 2003, Theranos prometía revolucionar los análisis de sangre con una tecnología que supuestamente podía realizar cientos de pruebas con sólo unas gotas de sangre. La compañía llegó a valorarse en 9 mil millones de dólares, pero en 2015 se reveló que su tecnología simplemente no existía como se afirmaba. La empresa se disolvió en 2018 y Holmes fue condenada por fraude en 2022.
2. WeWork
Aunque no fue un fraude, WeWork es un ejemplo de una startup sobrevalorada que fracasó en su intento de salida a bolsa. La compañía de espacios para coworking alcanzó una valoración de 47 mil millones de dólares en 2019, pero en su intento de IPO reveló graves deficiencias en su modelo de negocio y gobierno corporativo.
3. Wirecard
Aunque no era una startup tradicional, Wirecard era considerada una empresa tecnológica innovadora en el sector de pagos. La compañía alemana llegó a valorarse en 24 mil millones de euros, pero en 2020 se descubrió un faltante de 1.9 mil millones. Wirecard se declaró en quiebra y su CEO fue arrestado por fraude.
5. Zenefits
Esta startup de software para recursos humanos creció rápidamente, alcanzando una valoración de 4.5 mil millones de dólares. Sin embargo, se descubrió que la empresa había desarrollado software para permitir que sus empleados hicieran trampa en los exámenes de licencias de seguros.
6. Quibi
Lanzada en 2020, esta plataforma de streaming de contenido corto para móviles recaudó 1.75 mil millones de dólares antes de su lanzamiento. La plataforma fracasó en atraer suscriptores. Quibi cerró apenas seis meses después de su lanzamiento.
7. Jawbone
Esta empresa de tecnología wearable y audio llegó a valorarse en 3 mil millones de dólares. Sin embargo, enfrentó problemas de calidad en sus productos y una intensa competencia. Jawbone se declaró en quiebra en 2017, después de haber recaudado más de 900 millones de dólares.
Abundan las startups tecnológicas que operan de manera transparente y exitosa. Sin embargo, conocer los ejemplos de fracasos y fraudes sirven como advertencias importantes para emprendedores e inversionistas en el sector tecnológico.
Sin embargo, el estudio de estos casos ilustra que el emprendimiento tecnológico debe de estar sujeto a lo siguiente para protección de startups viables y flujo de capital de riesgo sostenido al reconocer los peligros de la sobrevaloración y el crecimiento insostenible.
Se necesita un producto o servicio que se sujete a la prueba del mercado y no sólo a las pruebas técnicas para acceder a mecanismos de fondeo tradicionales y no tradicionales y la importancia de la transparencia en la gestión empresarial.
En la educación para el emprendimiento tecnológico resulta fundamental la formación profesional que dista mucho de buscar sólo un “palomeo” al estilo de un Shark Tank y que resultan fundamentales en el mercado:
- El sometimiento a la disciplina del “due diligence” corporativo y financiero exhaustivo:
- Investigar a fondo la tecnología, el equipo, los antecedentes financieros y las afirmaciones de la startup.
- Sujetarse a la validación independiente de la tecnología inmersa en los productos o servicios.
- Escepticismo ante promesas extraordinarias, cuestionar las afirmaciones de avances revolucionarios sin evidencia sólida.
- Transparencia:
- Las startups deben de ser abiertas sobre sus desafíos y limitaciones.
- Desconfiar de las negativas al acceso a información clave.
- Verificar las credenciales y asociaciones para confirmar las afirmaciones sobre patentes, certificaciones y asociaciones con otras empresas o instituciones.
- Examinar la estructura de gobierno corporativo.
- Verifica los antecedentes y la experiencia del equipo fundador y ejecutivo.
- Sujetarse a un consejo de administración independiente.
- Analizar las métricas financieras:
- Prestar atención a los ingresos reales, no sólo a las proyecciones.
- Buscar una contabilidad clara y transparente.
- Sujetar a pruebas financieras los supuestos en la generación de ingresos y alcanzar la rentabilidad.
- Considerar la opinión de expertos en el campo tecnológico específico de la empresa emergente y sujetarlo al escrutinio por “peers o pares” y validaciones de terceros.
- Estar atento a las señales de alerta:
- Cambios frecuentes en la dirección ejecutiva o en la estrategia.
- Retrasos constantes en el lanzamiento de productos o hitos importantes y ausencia de demostraciones prácticas de la tecnología.
- Examinar la cultura empresarial: una cultura de secretismo excesivo puede ser una señal de alerta.
Incluso con estas precauciones, invertir en startups tecnológicas siempre conlleva riesgos.
La clave es minimizar estos riesgos a través de una investigación exhaustiva y un enfoque cauteloso. No olvidar que el elevado riesgo conlleva un elevado rendimiento esperado. ¿Cuántas startups conocen que satisfagan estos factores?
El principio de la teoría del caos que mencioné inicialmente puede aplicarse al análisis de las tasas de riesgo de las startups.
Pequeñas diferencias en las condiciones iniciales de una startup (por ejemplo, dinámica del equipo fundador, financiamiento inicial, momento de entrada al mercado) pueden tener efectos magnificadores en su éxito o fracaso a largo plazo. Dada la naturaleza impredecible de los resultados, las startups necesitan ser altamente adaptables para sobrevivir.
Algunas startups pueden experimentar un crecimiento repentino y explosivo, mientras que otras con inicios similares pueden fracasar rápidamente.
Construir resiliencia y flexibilidad organizacional es a menudo más valioso que una planificación rígida a largo plazo.
Las startups pueden apuntar a crear sistemas que no sólo resistan el caos, sino que potencialmente se beneficien de él, distribuyendo el riesgo entre múltiples productos o servicios, lo cual ayuda a las startups a navegar entornos impredecibles.
Entender que el éxito o el fracaso pueden estar influenciados por factores fuera del control de una startup y capitalizar la serendipidad, estando preparado para aprovechar oportunidades inesperadas cuando surjan.
Sujetarse a los efectos de red al reconocer que las startups digitales existen dentro de ecosistemas complejos y que se requieren de estrategias colaborativas.
Estas implicaciones resaltan la naturaleza compleja y dinámica de los entornos de las startups y los desafíos en la predicción de resultados.
También apuntan a estrategias que las startups e inversores pueden usar para navegar estas aguas inciertas del cambio tecnológico y las modalidades de emprendimiento que no se enseñan en un salón de clase o en talleres de liderazgo e innovación.