¿Qué destacar de la orientación y estrategias de los actores de las políticas públicas digitales regionales en 2019?
Más cambio que continuidad pero… ¿hacia dónde?
Crisis, descontento, baja popularidad, liderazgos fallidos, corrupción y la necesidad de cambiar la clase política fueron los vectores de fuerza en varios países de la región del poco más de año que ha pasado. Ciertamente, 2018 fue un año importantísimo de elecciones y cambios de partidos gobernantes en Chile, México, Brasil, Paraguay y Colombia. Y comenzamos el segundo año del super ciclo de elecciones de América Latina con otra nueva sorpresa que terminó con el bipartidismo predominante por décadas, esta vez en El Salvador. No parece que sea tan claro que el cambio esté muy orientado ideológicamente, sino más bien motivado emocionalmente por el cansancio de los votantes o por proyectos fallidos.
Todos estos sentimientos tienen, naturalmente, su correlato en nuestro sector: incrementos impositivos a las TIC y creación de nuevos impuestos digitales, especulación y retrasos en la asignación de espectro, marchas y contramarchas en las reformas encaminadas al Congreso, anacronismo de los fondos de servicio universal, planeación limitada, fracaso en la eliminación de barreras al despliegue de infraestructura y, por supuesto, niveles de inversión sub óptimos.
Un estudio de Frontier Economics para el BID y GSMA muestra que la inversión acumulada entre 2008 y 2017 en América Latina y el Caribe alcanzo los 153 mil millones de dólares y que en algunos países como Panamá, Surinam, Ecuador y Colombia, los valores de inversión per cápita de 2017 son menores que en 2008.
Nos esperan nuevos procesos electorales en Argentina, Bolivia, Guatemala, Panamá y Uruguay durante 2019 y el panorama parece ser bastante incierto en cuanto a la dirección que tomarán estos países. Si nos ponemos a ver quiénes han cambiado recientemente, cuesta saber realmente qué es realmente lo que puede suceder en nuestro sector en Brasil o México en materia de política digital y de telecomunicaciones.
Habrá que ver si la renovación y las buenas intenciones reflejan una agenda concreta y un señalamiento de certidumbre al sector privado por donde debe participar e invertir. El caso de Colombia es diferente en cuanto existe allí toda una visión desde el más alto nivel político y capacidad técnica en los lugares institucionales, pero resta saber si habrá capacidad política para educar a un Congreso joven y lograr que pasen las propuestas de reformas. Finalmente, Chile, que contaba con los mejores indicadores y pretendía sostener un liderazgo regional, posee hoy muchas incógnitas latentes tras la judicialización del espectro.
¿Y como está el sector privado? ¿Hay liderazgos claros?
Es evidente que la política pública TIC y digital no parece ser central en la agenda de los políticos latinoamericanos. Más allá de la simpatía y popularidad que dan el uso de apps y redes sociales a los candidatos para trabajar sus estrategias electorales o lo cool que puede ser promover o incubar startups en programas públicos que luego terminen en la nada, la falta de visión y liderazgo parece ser la norma.
Cerrar la brecha digital, conectar las zonas rurales, promover la innovación no se logra con Wi-Figratis en las plazas, ni regalando el espectro sino con verdaderas políticas sostenibles que afecten los incentivos de los actores a invertir, dar nuevos servicios y agregar valor que integre a las tecnologías con sus comunidades, colaborando y compitiendo donde corresponda.
Los privados de las redes están en medio de un proceso de consolidación y ajuste donde aquellos actores en los que la región es central a su negocio pueden realmente inclinar la balanza competitiva a su favor, principalmente por tener “ese foco”, además de su pertenencia y conocimiento local.
Los actores globales van a sufrir en procesos de reorganización para hacerse más eficientes, pensando más en el corto que en el mediano plazo, afectando así su posicionamiento relativo.
En este contexto es de esperar que América Móvil y Millicom sigan fortaleciendo su posicionamiento luego de las recientes adquisiciones de las operaciones de Telefónica en Centroamérica. La rivalidad entre ambos será muy fuerte, ahora mucho más, y sin tregua. Otros jugadores que están jugando fuerte son Telecom Argentina y Antel de Uruguay. Resta ver hacia donde va a concentrar sus esfuerzos Telefónica y Entel en Chile y Perú.
Es muy interesante, por cierto, todo lo que la compañía española está trabajando en nuevos modelos de conectividad rural y habrá que seguir como funciona su spin-off mayorista “Internet para Todos” en Perú junto con Facebook, BID y la CAF.
Entel, que solía ser un líder en el lanzamiento de nuevas generaciones, sufre un contexto complicado en Chile, pero ha sabido crecer en Perú (también a base de invertir mucho).
Alto dinamismo también tendrá el sector de contenidos audiovisuales en pleno cambio de su modelo de negocio y con aprobaciones de procesos de fusión y adquisiciones. Habrá que seguir muy de cerca qué pretenden hacer y cómo quieren jugar en la región AT&T/Time Warner, Disney/Fox, Liberty Latin America.
De 5G se va a hablar mucho este año, habrá pruebas, pero difícilmente veremos algún lanzamiento comercial, menos aún cuando el ecosistema no está todavía maduro, con dispositivos caros y considerando particularmente que los primeros terminales al consumidor estarán listos para mediados de año.
La pelea en nuestra región será por las bandas de espectro, principalmente por la banda C o de 3.5 GHz (como vimos en Chile y Perú). Los servicios satelitales querrán conservarla para uso exclusivo, habrá contiendas (inútiles) sobre el uso eficiente del espectro, el cambio de atribución y la neutralidad tecnológica de las licencias.
Los proveedores también jugarán en campo embarrado, con Huawei en el centro de las miradas de los debates de seguridad y la guerra comercial entre EEUU y China. ¿Querrán los gobiernos latinoamericanos alinearse hacia algún lado en este tema intercambiando favores de política exterior en este campo? Estamos viendo definiciones interesantes de esto mismo en Europa ¿Podrán capitalizar esta situación Ericsson y Nokia que se han venido achicando en la región?
Se hablará mucho del Internet de las cosas, Inteligencia Artificial y Big Data, será interesante ver si veremos planes, soluciones o usos concretos por estas tierras que puedan destacarse y escalarse, hasta el momento todo sigue siendo muy incipiente.
Por el lado de las plataformas de Internet, enfrentan una avalancha de temas regulatorios en los países desarrollados en lo que hace al rol de intermediarios, las fake news, el copyright, los impuestos digitales, la regulación de la privacidad y el flujo transfronterizo de los datos.
Todavía nos falta entender mucho sobre los mercados de múltiples lados y las economías de plataformas para darnos cuenta de que prohibiendo lo nuevo los gobiernos se pierden de grandes instrumentos para acumular demanda, crear nuevos mercados, proveer nuevos incentivos a los actores tradicionales. Todo esto, además de dar nuevos servicios y soluciones a los usuarios que hagan más eficiente y productivas las economías de los países.
La clave está en cómo hacer que el nuevo y viejo mundo puedan convivir o pasar la transición reduciendo los costos sociales y maximizando los beneficios. Dicho esto, también se ve que muchas de estas compañías todavía cubren la región equívocamente desde sus cuarteles generales o de manera naif con una persona para toda la región. Abundan los problemas de tipo “lost in translation”. La mayoría de estas compañías confía en las fortalezas de su modelo de negocio e invierten poco en la facilitación y acuerdo de políticas públicas, sus interlocutores todavía no parecen estar en el lugar correcto en el momento indicado.
¿Qué puede pasar este 2019? ¿Dónde se van a encontrar los jugadores?
Los actores públicos y privados que dan forma a la política pública de las telecomunicaciones y el mundo digital van a tener algunos espacios de encuentro y definición de agenda post Mobile World Congress de Barcelona.
En mayo, Painel Telebrasil, un evento que ha venido creciendo y que ayudará a ver cómo se define la orientación del gigante sudamericano. También en ese mes, se hace el tradicional encuentro del Institute of International Communications en Miami, un muy buen foro, del tamaño adecuado, para el encuentro y debate de los temas calientes. El M360 Latin America en la Ciudad de México, a principios de junio, puede ser interesante para ver qué agenda tiene la segunda economía de la región y cómo se plantan los principales jugadores también mirando al resto de la región.
Finalmente, la sexta edición del Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones en Córdoba, Argentina, puede ser un espacio más neutral, al confluir distintas organizaciones públicas, privadas y academia para el debate orgánico y la visión comparada.
Septiembre en Quito será sede de la reunión preparatoria eLAC rumbo a la Séptima Conferencia Ministerial que se realizará en Brasil en 2020, la cual define la agenda de los gobiernos.
Será interesante ver qué valor le dan los nuevos gobiernos regionales a este espacio (es decir… si envían funcionarios de alto nivel) y si se animan a discutir cómo armonizar políticas regionales y converger en una agenda regional para los próximos 5 años.
La CITEL será el ámbito de preparación para la Conferencia Mundial de Radio que se celebrara desde finales de octubre en Sharm el-Sheikh, Egipto, donde se definen los usos de algunas bandas milimétricas de espectro, entre otras.