Las medidas por confinamiento para combatir el esparcimiento de la Covid-19 y la menor actividad económica revelaron no sólo la importancia de la conectividad para los hogares, sino también desveló la persistente brecha digital en diferentes regiones del mundo.
Mediante el análisis de las diferentes variables económicas y de conectividad, un nuevo estudio publicado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) revela que los países con mejores niveles de conectividad lograron enfrentar mejor los efectos negativos de la pandemia.
El reporte titulado El impacto económico de la banda ancha y la digitalización en Covid-19 – Modelado econométrico, analiza el efecto que tuvo la pandemia en diferentes regiones del mundo según sus niveles de conectividad y el rol que han tenido las telecomunicaciones durante este periodo para sostener la actividad económica.
El estudio señala que, por un lado, las medidas de confinamiento provocaron un incremento del 30 por ciento del tráfico de Internet a nivel mundial, especialmente a través de redes fijas y Wi-Fi, con mayores niveles de tráfico sostenidos a lo largo del día. Asimismo, se registró un incremento en la penetración de banda ancha fija, que en 2020 se ubicó en 56.8 por ciento a nivel mundial, 2.58 puntos porcentuales por encima de lo registrado en 2019.
Destaca también la disminución de precios, que durante 2020 registraron un descenso de 5.1 por ciento, con la mayor caída registrada en África (19.2%), seguida de los Estados Árabes (17%), Asia-Pacífico (13%) y América Latina (10%).
Sin embargo, pese a la creciente importancia de contar con acceso a Internet desde el hogar, el estudio también señala que los niveles de inversión en las regiones en desarrollo han sufrido un retroceso durante el periodo de la pandemia, lo que revela un ensanchamiento de la brecha digital. Contrariamente, los países desarrollados incrementaron el gasto de capital en nuevas redes.
Inversión de telecomunicaciones per cápita (dólares) | |||
Región | 2019 | 2020 | Delta |
Mundial | $50.86 | $50.77 | -0.20% |
África | $9.81 | $9.12 | -7.00% |
América Latina y el Caribe | $45.16 | $41.99 | -7.00% |
Asia-Pacífico | $30.08 | $29.22 | -2.90% |
Estados Árabes | $42.54 | $41.09 | -3.40% |
Comunidad de Estados Independientes | $31.93 | $33.04 | 3.50% |
Europa | $99.92 | $101.77 | 1.90% |
América del Norte | $291.50 | $305.28 | 4.70% |
En las regiones de América Latina, el Caribe y África se registró la mayor caída en la inversión per cápita en telecomunicaciones, a una tasa de 7 por ciento de 2019 a 2020, en ambas regiones. El estudio señala que esta caída revela un menor ritmo de cobertura de la red 4G, lo que significa que el número de personas que carecían de conectividad previo a la pandemia prácticamente se han mantenido sin cambios.
El estudio analizó también el efecto de la Covid-19 en la economía de los países de acuerdo a sus niveles de conectividad. Como es de esperarse, a menores niveles de penetración de banda ancha, se limita las oportunidades de teletrabajo de las personas, que en consecuencia representa un mayor daño a la economía en general.
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El modelo se basó en la segmentación de los países por cuatro niveles de conectividad, menor a 10 por ciento banda ancha fija, de 10 a 30 por ciento, de 30 a 90 por ciento y por arriba del 90 por ciento.
En el caso de los países con niveles de penetración de 10 a 30 por ciento de banda ancha fija, el modelo revela que esta variable es “no significativa” y “parece confirmar nuestra hipótesis de que la conectividad de banda ancha fija por debajo del 30 por ciento no es suficiente para asegurar una migración masiva al teletrabajo, lo que limita las posibilidades de amortiguar la contracción económica”.
Por otro lado, en el caso de los países con penetración de banda ancha fija por arriba del 30 por ciento la variable resulta positiva y significativa, lo que señala un efecto de mitigación a la contracción proveniente de la pandemia.
De acuerdo con los resultados, en países con penetración por arriba del 90 por ciento de banda ancha fija –un aumento de 1 por ciento en el número de muertes por Covid-19– el PIB per cápita se contrajo en 0.019 por ciento, nivel que se incrementa a una caída de 0.021 por ciento en países con penetración de 30 a 90 por ciento, y hasta 0.024 por ciento en países con penetración menor al 30 por ciento.
En el caso de la banda ancha móvil se observan resultados similares, aunque en este caso la variable resultó no significativa para países con penetración por debajo del 50 por ciento, lo que sugiere que este nivel de conectividad no es suficiente para mitigar el impacto económico de los daños causados por la pandemia.
Por otro lado, los países que superaron el umbral del 50 por ciento pudieron mitigar parte del daño económico, ya que el término de interacción es positivo y significativo para estas economías.
Las economías totalmente conectadas (penetración superior al 75%) pudieron lograr los niveles más altos de mitigación de daños a través de la tecnología de banda ancha móvil. En países con penetración de banda ancha móvil por arriba del 75 por ciento de la población, la contracción del PIB per cápita –por cada 1 por ciento de incremento en muertes por Covid-19 por cada 100 habitantes– es de 0.018 por ciento, con un ligero incremento a 0.019 por ciento entre países de 50 a 75 por ciento de penetración.
En ese sentido, los autores advierten que “la tecnología de banda ancha fija parece tener un efecto mayor que la banda ancha móvil en la mitigación de la disrupción inducida por la Covid-19”.
“La banda ancha fija es más adecuada que la banda ancha móvil para respaldar el teletrabajo y la automatización de las cadenas de suministro: tener el 30 por ciento de los hogares conectados a la banda ancha fija ya contribuye a mitigar una parte del daño económico, mientras que tener 30 por ciento de la población conectada a la banda ancha móvil no tiene el mismo efecto”, señalan los autores.
Derivado de los resultados del estudio, los investigadores destacan la importancia de que los países establezcan políticas de conectividad, especialmente alrededor de la banda ancha fija, que ha demostrado tener un efecto positivo en la mitigación de los efectos por la Covid-19.
“Los responsables de la formulación de políticas y los reguladores de los países en desarrollo deben evaluar iniciativas para revertir la tendencia a la disminución del gasto de capital y estimular la inversión en telecomunicaciones y TIC para garantizar el despliegue continuo de las redes”, puntualiza.