La pandemia por la Covid-19 demostró que las TIC son una herramienta poderosa para habilitar el acceso a servicios de salud para todas las personas, especialmente los grupos más vulnerables, por lo que permiten que las personas adultas mayores tengan una vejez más saludable.
Uno de los desafíos más importantes de la agenda digital actual a nivel global es garantizar el acceso a Internet y a las tecnologías para las personas adultas mayores, promover el aprendizaje de competencias digitales y generar políticas públicas enfocadas en las necesidades de este grupo poblacional.
Así lo explicaron un grupo de ejecutivos de alto nivel de organizaciones internacionales y representantes de gobierno durante un evento organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información.
Este año, la UIT dedicó la conmemoración al diálogo sobre las oportunidades de las tecnologías digitales para las personas mayores y el envejecimiento saludable, debido a que considera que en el siglo XXI la tendencia demográfica será el envejecimiento de la población mundial.
Para 2030, una de cada seis personas tendrá 60 años de edad o más; es decir, existirán mil 400 millones de personas adultas mayores en todo el globo. Sin embargo, la OMS advierte que los gobiernos de los diferentes países no están preparados para atender las necesidades futuras.
Las TIC tienen un papel clave para lograr que las personas de todo el mundo puedan envejecer de manera más saludable, porque facilitan su acceso a servicios de salud de alta calidad para tratar enfermedades y mejora la prevención y detección de riesgos de padecer problemas de salud, afirmó el Secretario General de la UIT, Houlin Zhao.
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Zsuzsanna Jakab, directora General Adjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), resaltó que la esperanza de vida ha incrementado en los últimos años gracias a los avances médicos y económicos. Ahora que las personas viven más, hay que procurar que el paso por la vejez sea saludable, digno e incluyente.
Al principio de la contingencia sanitaria, el grupo poblacional más afectado por el coronavirus fue el de las personas adultas mayores, quienes padecían enfermedades crónicas como la diabetes y síndromes geriátricos, lo cual complicaba su condición.
Si bien en la actualidad las personas viven más tiempo que antes, los años adicionales usualmente están marcados por la mala salud, por un detrimento acelerado de la capacidad física y mental. Ante ese contexto, Jane Barratt, Secretaria General de la Federación Internacional sobre el Envejecimiento, enfatizó que las TIC representan una gran oportunidad para cambiar esa situación.
La colaboración del sector público y privado, la academia y la sociedad civil puede impulsar iniciativas y programas para elevar la cobertura de los servicios de salud y mejorar el acceso a las TIC y a Internet entre las personas adultas mayores, preservando que sea de manera accesible, asequible e inclusiva, dijo la experta.
Barratt comentó que se necesitan crear y promover políticas públicas y planes de inversión enfocados en las necesidades de conectividad y digitalización para cada grupo poblacional. En el caso de las personas adultas mayores, las prioridades están en que las tecnologías habiliten el acceso a la salud física y mental, la recreación, las oportunidades para seguir siendo productivos y el contacto con los seres queridos.
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Las y los panelistas coincidieron en que las TIC ayudan a este grupo de la población a mantener su independencia y salud durante la vejez. Si se conectan a Internet o utilizan las tecnologías digitales, pueden acceder a servicios médicos a distancia, mantenerse activas y seguir aprendiendo sin depender de alguien.
Al mismo tiempo, tecnologías como la Inteligencia Artificial y el análisis de datos contribuyen a la predicción y prevención de enfermedades, destacó My Linh Kah, vicepresidenta Sénior y directora General de AMGEN para Japón y Asia-Pacífico.
My Linh Kah detalló que el sector médico está aprovechando este tipo de tecnologías para detectar factores de riesgo de padecer enfermedades como la diabetes o el Alzheimer, lo cual permite actuar de manera temprana. Esto reduce significativamente los costos de salud, no sólo en términos económicos sino también de calidad de vida.
Sin embargo, las y los especialistas advirtieron que faltan inversiones (públicas y privadas), políticas públicas, colaboración, estudios sobre el uso de las tecnologías por parte de este grupo, liderazgo político y concientización para promover el uso de Internet y las TIC a favor de una mejor calidad de vida y bienestar para las personas adultas mayores.