Reforma Jorge F. Negrete P.
La batalla mediática de la semana pasada alrededor de la libertad tarifaria de Telmex reveló el verdadero nivel de análisis y comprensión de nuestro sector de telecomunicaciones: es menor, desinformado y creyente de la emoción como forma de comunicación pública. Una caterva de opiniones saturada de datos falsos e hipótesis insostenibles se fundieron en una injusta imagen para aquellos que decidieron que la convicción sobre sus dichos debería suplir a la verdad. Querían confirmar su razón, evadiendo la documentada evolución y crecimiento de nuestro sector.
Las participaciones en los medios se transformaron, en algunos casos, en penosos balbuceos que llegaron a afirmar que si la resolución del IFT era a favor de Telmex, violaría el T-MEC; otros se dedicaron a comunicar epidémicamente que las tarifas al consumidor final se incrementarían hasta 30 por ciento.
Estos colegas ¿han cuestionado con esta misma vehemencia el incremento de 5% anual a la TV de paga? No. ¿Han puesto al consumidor de servicios convergentes al frente de sus reclamos, como lo hicieron en el caso de la libertad tarifaria a Telmex? No. Las tarifas de TV de paga más caras de América Latina contra las fijas y móviles más bajas de la región. Valientes defensores.
La verdadera noticia sobre la libertad tarifaria de Telmex quedó reducida a una discreta lectura entre líneas, producto de desproporcionadas aseveraciones que secuestraron el reconocimiento al enorme esfuerzo que las empresas del sector de las telecomunicaciones han realizado. Tantas ganas de demostrar que son menores de edad, que carecen de visión empresarial y estratégica, que las trataron públicamente como incapaces. Un genio el que concibió la estrategia.
El juego de las vencidas en medios no cambiará la verdadera noticia que debe importar en este debate: el sector de las telecomunicaciones está más fuerte que nunca y cuenta con formidables empresas.
Las cuatro empresas de infraestructura de telecomunicaciones fija invierten en conjunto casi mil millones de dólares. Izzi tiene la banda ancha más rápida. Total Play es la empresa que más crece y desplaza a su competencia a una velocidad impresionante. Megacable hasta cable submarino despliega. AT&T presentó el EBITDA más alto desde que se estableció en México y lleva 10 meses de crecimiento sostenido. La alianza con Movistar hace que en su panza se gestionen más de 45 millones de cuentas, posicionándola como una de las más grandes empresas de América Latina y la más grande con su matriz en Norteamérica.
América Móvil, después de perder casi 20 mil millones dólares por la preponderancia, comenzó a recuperarse desde hace un par de años. Si Telmex resuelve su crisis de ingresos y con su sindicato, será una palanca poderosa para una República de fibra óptica.
Esparta. El regulador más poderoso de América Latina reivindicó heroicamente su derecho a regular con evidencia empírica y avanzar con una argumentación imbatible, defendió con datos. Los comisionados defendieron su derecho a regular, a avanzar poco a poco, a modular con la ley y a beneficiar a los consumidores. Buscaron que el usuario decida quién gana y quién pierde. Decidió ir en contra de quienes pretenden secuestrar su derecho a decidir.
Pirro. Desde hace 12 años he sostenido que los operadores deben competir con infraestructura, con inversiones propias, no subsidiadas y ¿saben qué? ¡Ya sucede! No necesitan del preponderante para invertir. Son agiles, invierten selectivamente, controlan costos y utilidades. ¿Cuánto valen mensualmente los accesos entregados por Telmex? Ni 200 mil pesos. Ridículo. Ese es el valor del debate y el reclamo al IFT.
Telmex no resuelve sus problemas financieros, ningún operador necesita a Telmex. La resolución del IFT no impacta en el PIB del sector y Pirro, desde algún lugar de la historia griega, nos transfiere su épica de nuevo, al haber transformado una desproporcionada batalla mediática, en una victoria pírrica para todos, menos para los consumidores.
Presidente de Digital Policy & Law
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