Los ministros de finanzas y banqueros del grupo G7 concluyeron este jueves, durante una reunión en Francia, que las monedas digitales como Libra, de Facebook, deben ser reguladas estrictamente para garantizar el mínimo impacto en el sistema financiero mundial.
El equipo de trabajo liderado por Benoit Coeure, miembro de la junta del Banco Central Europeo, encontró que las criptomonedas estables podrían traer beneficios, como reducir el costo de remesas y formas de pago, así como dar la oportunidad a personas de bajos recursos que no puedan pagar por un servicio financiero.
Sin embargo, comentó que también conllevan una serie de riesgos relacionados con el lavado de dinero, financiación del terrorismo, así como la vulnerabilidad de la protección de consumidores y sus datos.
Coeure agregó que las criptomonedas deben mantenerse estables y bajo un régimen regulatorio más alto. Mencionó algunas normativas globales como las directrices del Grupo de Acción Financiera Internacional contra el lavado de dinero y terrorismo, entre otras.
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Por su parte, el Ministro de Finanzas de Francia, Bruno LeMaire, dijo en una conferencia de prensa que el grupo del G7 se oponía a la idea de que las tecnológicas tuvieran el privilegio de crear medios de pago, sin el control y obligaciones correspondientes.
Al G7 también le preocupa que las ambiciones de Facebook lo lleven a debilitar el control de las políticas monetarias y bancarias. Según el grupo, esto supondría un riesgo a la seguridad.
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Además, se acordó que las empresas tecnológicas como Google, Apple, Facebook o Amazon (GAFA) deben pagar impuestos en todos los países donde ganan dinero, incluso si no se encuentran físicamente ahí.
Los países europeos como Francia, Italia, el Reino Unido y España han sido pioneros en introducir sus propios impuestos a las empresas digitales o están en proceso de hacerlo.
No obstante, Washington se lo ha tomado a mal y consideró que el impuesto francés discrimina especialmente a las empresas estadounidenses, por lo que lanzó una investigación que podría terminar en la imposición de nuevos aranceles para productos franceses.