Factores tecnológicos, económicos y políticos en la prohibición de Huawei en Canadá y afectaciones en la cadena de valor local

La decisión se vio envuelta en un ambiente complejo en el cual se vieron involucrados múltiples riesgos y factores: tecnológicos ante el riesgo de quedar atrasado en la carrera 5G; económicos por el costo de reemplazar un fabricante del calado de Huawei, y políticos por el posible enfrentamiento con un socio comercial clave como China.

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Tras varios años de indecisión, Canadá finalmente cedió a la presión de Estados Unidos para imponer restricciones al despliegue de infraestructura de los proveedores chinos de telecomunicaciones Huawei y ZTE en las redes 4G/5G nacionales, pese a que no se han presentado pruebas o evidencia empírica de posibles brechas de seguridad en los equipos de estos proveedores.

Canadá anunció el pasado 20 de mayo que realizará cambios a la Ley de Telecomunicaciones para “garantizar que la promoción de la seguridad y la protección de nuestro sistema de telecomunicaciones sea un objetivo primordial de la política de telecomunicaciones”.

Entre los cambios destaca, principalmente, la prohibición del uso de nuevo equipo y servicios administrados para redes 4G/5G de Huawei y ZTE, con la intención de que los operadores de telecomunicaciones cesen pedidos a partir del próximo 1 de septiembre de 2022.

El gobierno buscará también que todo equipo y servicios que ya estén instalados actualmente en las redes 5G sea removido hacia el 28 de junio de 2024, y de las redes 4G hasta el 31 de diciembre de 2027. 

Adicionalmente, pretende imponer nuevas restricciones al uso de equipo de estos proveedores en redes de fibra óptica.

El gobierno canadiense ha sido duramente criticado en medios locales al considerar que la decisión final respecto al proveedor chino fue retrasada por varios años. 

Sin embargo, esta decisión se vio envuelta en un ambiente complejo en el cual se vieron involucrados múltiples riesgos y factores: tecnológicos ante el riesgo de quedar atrasado en la carrera 5G; económicos por el costo de reemplazar un fabricante del calado de Huawei, y políticos por el posible enfrentamiento con un socio comercial clave como China.

Canadá es el último país de la alianza de los países de Five Eye en haber puesto restricciones comerciales a la operación de Huawei, luego de las primeras medidas impuestas por el gobierno estadounidense desde 2019 bajo la administración de Donald Trump.

Huawei fue acusada por el gobierno estadounidense de tener lazos cercanos con el Partido Comunista de China y de haber instalado “puertas traseras” en su equipo que permitirían el acceso de agentes maliciosos a la información crítica en las redes de telecomunicaciones.

En línea con Estados Unidos, el gobierno canadiense señaló tener serias preocupaciones respecto a Huawei y ZTE, “quienes podrían verse obligados a cumplir con instrucciones extrajudiciales de gobiernos extranjeros de manera que entrarían en conflicto con las leyes canadienses o serían perjudiciales para los intereses canadienses”.

Sin embargo, ambas acusaciones han sido negadas en reiteradas ocasiones por la compañía china, la cual afirma que ha cumplido con los estándares y medidas de seguridad requeridos por autoridades locales y organismos internacionales, además de que no se ha presentado evidencia contundente que pruebe alguna falta realizada por Huawei.

Pese a las medidas impuestas por el gobierno estadounidense, Huawei se mantiene como el proveedor líder de equipo en el mercado de infraestructura de telecomunicaciones, lo que incluye mercados de acceso de banda ancha, transporte óptico y de microondas, Core móvil y red de acceso por radio (RAN), enrutadores y conmutadores.

De acuerdo con el informe más reciente de Dell’Oro Group, Huawei sigue siendo el líder general del mercado por un amplio margen, a pesar de los retos en ventas y marketing fuera de su mercado local. La participación de mercado de Huawei se deslizó por debajo del 30 por ciento, aunque todavía casi duplica la participación de sus rivales más cercanos, Ericsson y Nokia.

Alto costo tecnológico y económico

Las restricciones a las operaciones de Huawei no ha sido un proceso sencillo para ningún país, al considerar que la compañía ha logrado integrarse a la cadena de valor local en cada uno de los países donde opera, no sólo como un proveedor de tecnología, sino como un colaborador en los esfuerzos de investigación y desarrollo.

Estados Unidos, por su parte, ha tenido que destinar hasta 1.9 mil millones de dólares (USD) a modo de compensación para operadores que operan principalmente en zonas rurales que les permita financiar la desinstalación de equipos de Huawei.

Asimismo, cuando el Reino Unido evaluaba la prohibición a la operación de Huawei, los operadores de telecomunicaciones estimaron que dicha decisión podría retrasar los beneficios de una red nacional 5G por un periodo de hasta 2 años, con un costo económico de entre 4.5 mil millones y 6.8 mil millones de libras.

Otras regiones como América Latina también fueron presionadas por el gobierno estadounidense para sumarse a la llamada iniciativa “Red Limpia” (Clean Network) para prohibir la instalación de equipo de proveedores considerados de alto riesgo. Ningún país de la región anunció su apoyo al programa, mientras que Brasil realizó una prohibición parcial al evitar equipos de Huawei sólo en su red privada nacional. 

En el caso de Canadá, se estima que los operadores de telecomunicaciones ya han ejercido una inversión en equipo de Huawei por hasta 700 millones de dólares canadienses (CAD) o USD 550 millones, a lo largo de los últimos tres años ante la incertidumbre sobre la posición del gobierno canadiense.

Huawei Canadá reveló que las ventas de equipos para la red de acceso por radio (RAN, por sus siglas en inglés) en el país sumaron CAD 300 millones en 2018 y poco más de este monto en 2019, además de otros CAD 100 millones en 2020, de acuerdo con un reporte del sitio local Global News.

Derivado de dicha inversión ejercida en nueva infraestructura para el despliegue de redes 4G/5G, los operadores se habrían acercado al gobierno para negociar algún tipo de “compensación” que les permita hacer frente a las nuevas obligaciones impuestas para desinstalarlo y reemplazarlo, señala el sitio.

Cabe señalar que además de los costos económicos por reemplazo de esta infraestructura, se debe sumar un importante costo de oportunidad para los operadores y el desarrollo del sector digital en Canadá, al considerar el tiempo y trabajo técnico que se requerirá para la desinstalación de este equipo funcional y no en el despliegue de nuevas redes.

Adicionalmente, el costo de reemplazo puede elevarse por arriba del monto de ventas reportadas por Huawei, al considerar equipo e infraestructura adicional compatible con el nuevo equipamiento a ser instalado, sin considerar el trabajo técnico requerido para realizar este tipo de tareas en el tiempo exigido por el gobierno.

Al igual que en otros países, Huawei se ha consolidado como un socio clave para la provisión de servicios e infraestructura que permitan el despliegue de nuevas redes, gracias a una combinación de precios competitivos, una cartera de productos que abarca prácticamente toda la red y tecnología de última generación.

“Aunque los operadores canadienses han anunciado diferentes socios 5G para la futura construcción de su red, la realidad en este momento es que el equipo de Huawei permanece en las redes actuales en la mayoría de las principales ciudades canadienses y en muchas regiones remotas de Canadá”, dijo Alykhan Velshi, vicepresidente de asuntos Corporativos de Huawei Canadá, según cita Global News.

Además de la participación de Huawei en la construcción de las redes de telecomunicaciones, la compañía se ha convertido también en un socio importante en los procesos de investigación y desarrollo en algunas de las provincias y universidades de Canadá.

Según un estudio publicado a principios de 2021 por la consultora RE$EARCH Infosource, Huawei Canadá ocupó el puesto 18 entre las 100 principales empresas que más gastan en I+D en el país norteamericano, tras haber ocupado el lugar 74 en 2012.

Se estima que Huawei gastó CAD 261.6 millones en I+D en Canadá en el año fiscal 2019 (ligeramente menor al monto de sus ventas en RAN), frente a CAD 186.7 millones en 2018 y CAD 142.8 millones en 2017, señala el estudio.

Hasta la fecha, Huawei tiene en Canadá siete instalaciones de I+D en las provincias de Waterloo, Edmonton, Vancouver, Montreal, la ciudad de Quebec, Kingston y en su sede canadiense en Markham, Ontario. Estos centros emplean a más de mil 200 investigadores e ingenieros.

Además, la empresa ha recibido fondos del gobierno canadiense para impulsar la investigación local, tales como una subvención de CAD 16 millones anunciada por la ex primera ministra Kathleen Wynne en 2016 para ayudar a crear 250 nuevos trabajos de investigación en la empresa centrados en el desarrollo de 5G con duración hasta 2021. La firma prometió aportar CAD 300 millones.

Además de la investigación realizada por la sede canadiense, se puede también considerar la colaboración con investigadores locales para el desarrollo de tecnologías en conectividad. 

El Consejo de Investigación de Ciencias Naturales e Ingeniería (NSERC) ha autorizado cerca de 43 becas por un valor de CAD 6.9 millones a investigadores de distintas universidades en colaboración con Huawei entre 2016 y 2020, para acelerar la creación de conocimientos científicos en el despliegue de redes 5G.

Más recientemente, a principios de 2021, el NSERC ejerció un nuevo fondo de CAD 4.8 millones para asociaciones de investigación avanzada con el sector privado, incluido Huawei, en los campos de “comunicaciones de chip a chip sobre tejidos heterogéneos, sistemas de memoria de computación inteligente, computación fotónica inspirada en el cerebro y análisis gráfico de preservación de la privacidad”.

La prohibición de Huawei para participar en el despliegue de redes 5G podría convertirse en un proceso de mayor complejidad que el reemplazo de infraestructura, ya que no está claro el proceso para la continuación de los servicios de los operadores o si Canadá podría verse en la situación de tener que prohibir tecnología que fue desarrollada por Huawei en Canadá.