El espectro está con el Papa Francisco

Se puede decir que el espectro radioeléctrico es un poco como el Espíritu Santo: no lo puedes ver, no lo puedes tocar, no lo puedes oler… pero está presente. 

Los movimientos del máximo representante de la Santa Sede hoy presuponen siempre un gran uso de las comunicaciones electrónicas, es decir, las redes privadas de los equipos de seguridad, las radios de los equipos médicos, los medios de comunicación de masas que transmiten en directo vía satélite, etcétera.

Pero en un mega evento mundial como las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), esta modernidad de las tecnologías inalámbricas se convierte en un proyecto complejo a gran escala que vale la pena apreciar y comprender. 

Las JMJ es un pequeño esbozo desde el punto de vista de la gestión, supervisión, control y seguimiento del espectro.

El Papa Francisco estuvo en Lisboa, Portugal, del 1 al 6 de agosto de 2023 y habrá estado en al menos 20 ceremonias públicas. 

Una de los principales fue el encuentro en el centro de Lisboa (en el Parque Eduardo VII), donde se reunieron alrededor de 800 mil personas en un pequeño espacio. 

Otra situación fue la concentración masiva de un millón y medio de fieles cerca del río (Parque Tejo). Para un país de 10 millones de habitantes, fue la JMJ más intensa de la historia.

El “espectro” al que me refiero aquí es el espacio atravesado por ondas de radio, cada una en su propia frecuencia. 

Las redes de comunicaciones tienen que coexistir con una interferencia mínima. 

Y en un evento masivo, de alta densidad, condensado en el tiempo, hay muchas actividades a conciliar: servicios de seguridad, apoyo médico, medios de comunicación, operadores de telecomunicaciones, etc. 

Por ejemplo, los distintos operadores involucraron a cientos de técnicos para este proyecto especial y necesitaban redimensionar infraestructuras y reforzar la capacidad y cobertura de sus sistemas móviles (especialmente 4G, que fue el que aguantó las aglomeraciones).

En el caso de grandes concentraciones, esto implicó instalar estaciones base temporales (redes móviles) y arquitecturas WiFi (accesos fijos) para absorber y despachar el flujo de tráfico derivado del uso de plataformas sociales (Facebook, Instagram, etc.), videollamadas (vía WhatsApp, etc.), el uso del smartphone para ver en directo el streaming, a la vez que el espectador es un participante que está allí (webs de televisión, etc.), etc. 

Con 150 nacionalidades en la JMJ, los peregrinos se llevaron mucha información lejos, y esta habrá sido una fuente de ingresos (por roaming no europeo) para compensar la gran inversión de los operadores en el evento.

Todo este trabajo implicó mucho esfuerzo (invisible) por parte de un gran número de instituciones importantes para el contexto. 

El regulador del espectro tuvo que tomar precauciones con el fin de minimizar la congestión y las interrupciones de las telecomunicaciones e incluso movilizó estaciones y técnicos dedicados sobre el terreno para ejercer la vigilancia del espectro y la protección de las redes críticas de seguridad y emergencia (incluidas Europol y las fuerzas armadas), que tienen que priorizarse, así como las comunicaciones marítimas y aeronáuticas. 

Además, no fue fácil planificar y asignar frecuencias de radio para tener traducción simultánea a cinco idiomas (portugués, inglés, español, francés e italiano), facilidad que el comité organizador decidió poner a disposición, convocando a los peregrinos interesados ​​a llevar radios y auriculares. 

Y esta no fue la única autoridad reguladora en la materia: las entidades que supervisan el transporte aéreo se coordinaron con los aeropuertos para asegurar el alojamiento de más aviones y pasajeros, pero también tuvieron que vigilar el espacio aéreo durante el evento, que fue invadido 19 veces por drones. 

El centro nacional que se ocupa de las amenazas cibernéticas en Portugal también estuvo siempre en espera.

En resumen, este evento religioso también fue rico en re-conexiones e interconexiones. 

Es útil capitalizar las lecciones aprendidas, ya que los mega eventos siempre son únicos.

La conectividad es un proceso invisible, pero también tiene sus símbolos tangibles: esas antenas y torres de telecomunicaciones que nadie nota. 

Y nadie quiere que eso se note: la gente debe ser libre para concentrarse en lo esencial, que fue el mensaje de la JMJ 2023. 

Y el mensaje del Papa Francisco en Portugal fue notable: emancipación y paz.

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Estaciones base temporal. Crédito: CB.

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