El brote de coronavirus COVID-19 en China ha dejado, hasta el momento de esta edición, más de 60 mil infectados y mil 352 decesos. La Organización Mundial de la Salud reportó recientemente un desabasto mundial de insumos médicos como gasas y máscaras de protección, lo que empeora el estrés colectivo de los ciudadanos que buscan adquirir elementos de protección y alimentos no perecederos.
La crisis de salud también está transformando el comportamiento del consumidor: para evitar los supermercados y los servicios de entrega de comidas, millones de consumidores chinos están optando por servicios de envío como Missfresh, respaldado por Tencent, o la cadena nacional Hema de Alibaba, para enviar alimentos frescos a sus puertas.
El servicio Missfresh cuadruplicó sus envíos de comestibles durante los primeros cinco días del Año Nuevo Lunar en comparación con el 2019. “La compañía vendió 40 millones de alimentos, incluidos huevos, lechuga y carne de res durante el periodo de siete días”, informó Bloomberg.
Además, el uso de otros servicios en línea, como juegos de la nube y compra de otros servicios por Internet, está aumentando a medida que la epidemia limita a millones de personas a sus hogares.
“Antes del Año Nuevo chino, muchas de estas empresas se veían precarias y su único sustento era los bolsillos profundos de sus grandes patrocinadores”, señaló Michael Norris, gerente de investigación y estrategia de la consultora AgencyChina con sede en Shanghai. “En este momento, las plataformas de entrega de comestibles frescos se consideran esenciales para que los consumidores minimicen el riesgo de infección”.