El sector electroelectrónico de Brasil ha sido otro de los afectados por el coronavirus. La Asociación Brasileña de la Industria Eléctrica y Electrónica (Abinee) informó que un 57 por ciento de los fabricantes entrevistados tienen problemas para recibir materiales, componentes e insumos de China.
El resultado es cinco puntos porcentuales superior al verificado en la encuesta anterior, realizada hace dos semanas. La encuesta incluyó la participación de unas 50 industrias de diferentes áreas del sector de la electrónica.
Abinee señaló que la situación se observa principalmente entre los fabricantes de productos de tecnología de la información como teléfonos celulares y computadoras, entre otros. Según el Presidente Ejecutivo de la Asociación, Humberto Barbato, la nueva investigación indica el empeoramiento de la situación de las industrias que dependen de componentes externos.
“El momento es delicado y debemos tener varios paros en el futuro”, dice. Asimismo, considera que, por ahora, no hay riesgo de falta de productos terminados, como teléfonos celulares y computadoras, en el mercado brasileño.
Sin embargo, según la encuesta de Abinee, sólo un 4 por ciento de los encuestados ya operan con cierre parcial en sus fábricas. Otro 15 por ciento ya ha programado paros laborales para los próximos días, la mayoría de ellos, también parcialmente.
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A pesar del impacto en la oferta, la encuesta indicó que un 54 por ciento todavía no tiene planes para detener sus actividades. La decisión dependerá de cuánto tiempo persistan los problemas de suministro.
Impacto en resultados trimestrales
Con este escenario, un 17 por ciento de los encuestados informó que no podrían alcanzar la producción esperada para el primer trimestre de este año. Según estas empresas, la producción en el periodo debería ser, en promedio, un 22 por ciento inferior a la proyectada. Para la mitad de las empresas, sin embargo, las proyecciones deben mantenerse; otro 33 por ciento declaró que aún no es posible dar esta indicación.
Según la encuesta, las compañías deberían tardar, en promedio, alrededor de dos meses para normalizar el ritmo de producción, después de la reanudación de los envíos de materiales, componentes e insumos desde China.