A partir del 13 de agosto, las instituciones financieras comenzaron a poder compartir la información de registro y transacciones de sus clientes entre sí, con el consentimiento de los usuarios. Esta es la segunda fase de la banca abierta (open banking) en Brasil.
En la primera fase las instituciones sólo divulgaban información estandarizada a los clientes sobre sus canales de atención y las características de los productos y servicios que ofrecen.
El nuevo paso permite a los usuarios solicitar la disponibilidad de sus datos de registro y transaccionales en sus cuentas, tarjetas de crédito y productos de crédito contratados. Cada persona también puede determinar durante cuánto tiempo se compartirá la información. Sin embargo, la implementación de este paso será escalonada:
De acuerdo con el cronograma del Banco Central de Brasil (BC), entre el 13 de agosto y el 12 de septiembre, sólo se pueden compartir los datos de registro, durante 10 horas al día. Las instituciones pueden autorizar al 0.1 por ciento de sus clientes.
Del 13 al 26 de septiembre del mismo mes también se podrá disponer de información sobre cuentas corrientes, de ahorro y prepagas. La cantidad de autorizaciones emitidas aumentará al 0.5 por ciento de la base de clientes.
Después de este periodo, hasta el 10 de octubre, entran en alcance los datos de las transacciones relacionadas con tarjetas de crédito y operaciones de crédito. En este intervalo, el tiempo para compartir será las 24 horas del día los jueves y viernes, y el límite de clientes que pueden autorizar este servicio aumenta al 1 por ciento para cada institución.
Entre el 11 y el 24 de octubre, el horario autorizado para el servicio será las 24 horas, todos los días de la semana, y hasta un 10 por ciento de los clientes podrán solicitar la disponibilidad de sus datos.
La tercera y cuarta fase está programada para comenzar el 30 de agosto y el 15 de diciembre, respectivamente.
Beneficios
El Banco Central argumenta que, con el cambio, el ecosistema tendrá más innovación, competitividad y racionalización de procesos. Porque los clientes podrán recibir ofertas de productos y servicios más adaptados a sus perfiles, “a costes más asequibles y de forma más ágil y segura”.
En un video difundido por el BC, Otávio Ribeiro Dámaso, director de Regulación, garantiza que el modelo abierto es seguro, ya que “sólo las instituciones reguladas, autorizadas y supervisadas por el BC participan en el open banking“, que deben seguir la Ley de Secreto Bancario.
Además, afirma que el desarrollo de la banca abierta en Brasil se llevó a cabo siguiendo los “mejores estándares de seguridad de la información”.