Colombia | Transferencia tecnológica, una apuesta para revolucionar el mercado

El Tiempo

En el ecosistema de la innovación hay dos actores claves que promueven la investigación y el desarrollo, se trata de las universidades y las empresas. El relacionamiento entre estos dos sectores pueden llevar a generar grandes avances en la creación de tecnología que impacte directamente las necesidades del mercado.

En esto juega un rol muy importante el tema de la transferencia tecnológica, entendida como esos acuerdos entre dos partes para el intercambio de conocimiento, ya sea a través de programas, software, equipos, fórmulas, planos, entre otros, que permitan mejorar un proceso, producto o servicio.

“Esto impacta de una manera positiva la calidad de vida de la sociedad, porque desde la academia siempre se generan investigaciones de base científico-tecnológica que impactan diferentes sectores. Esto crea una gran oportunidad en el desarrollo industrial, para que el país se posicione tecnológicamente. Sin duda, este modelo genera posicionamiento”, indica Tatiana Monsalve, directora de la Oficina Regional de Transferencia Tecnológica.

En esto también coincide Diana Gaviria, directora ejecutiva de Connect Bogotá, quien señala que la innovación se ha vuelto un requisito para poder crecer. Por esto, indica, “las empresas cada vez más recurren a start-ups y universidades para innovar y crear nuevos productos y servicios”.

En los últimos años, Colombia ha avanzado notoriamente en esta materia y cada vez abre más espacios para que el sector educativo y el empresarial trabajen de la mano en investigaciones que promuevan diferentes mejoras.

Un ejemplo de esto es el trabajo que vienen desarrollando la Universidad de La Sabana y el Grupo Éxito en la implementación de un equipo en la planta de alimentos de la compañía.Un caso de éxito

Hace más de seis años, desde el Departamento de Procesos Químicos y Biotecnológicos de La Sabana se empezó a explorar una nueva tecnología para el procesamiento de bebidas de la industria de alimentos, se trata puntualmente de un higienizador por luz ultravioleta.

“Esta tecnología lo que busca es incrementar la vida útil en las bebidas. Al utilizar la radiación ultravioleta se elimina la carga microbiana que trae la bebida y se prolonga su duración. Lo novedoso es que hace el proceso a temperatura ambiente, por lo que, a diferencia de otros métodos, preserva muy bien la calidad nutricional y sensorial de los líquidos”, explica Fabián Leonardo Moreno, profesor del Departamento de Procesos Químicos y Biotecnológicos de la Universidad de La Sabana.

El investigador señala que esta tecnología, al contrario de otras usadas actualmente, es menos agresiva con el producto, como es el caso de conservantes químicos o de la pasteurización, que usa altas temperaturas que podrían llegar a disminuir la calidad y el carácter natural del alimento.

El trabajo investigativo desencadenó la creación, desde los laboratorios de la universidad, del prototipo de una máquina que es capaz de hacer el proceso de higienización y la realización de pruebas en una pequeña escala.

El exitoso resultado de estas fases generó la necesidad de implementar esta máquina en el sector empresarial, para evaluar la viabilidad de esta y su adopción en la producción industrial. Para esto se necesitaba un aliado.

Este paso, señala Tatiana Monsalve, es precisamente una de las dificultades más frecuentes con las que se enfrentan algunos trabajos de investigación.

“Todo este tema de desarrollo se mide a través del nivel de madurez tecnológica (TRL, por sus siglas en inglés). Esto establece las fases por las que pasa un proyecto, que son nueve en total. Pasar del nivel 4 al 5 es difícil, porque en el 4 es donde se hacen las pruebas en laboratorio y se cuenta con un prototipo de la investigación, y en el 5 ya se necesita el contacto con la industria, probarlo en un entorno real, y este tipo de enlaces son complejos”, señala.

Para comenzar con este trámite, La Sabana adelantó, a través de la Unidad de Transferencia de Investigación e Innovación de la universidad, el contacto con posibles usuarios de la tecnología, logrando finalmente un acuerdo de colaboración con el Grupo Éxito.

“Generamos espacios entre los profesionales de la universidad y la compañía para establecer los aspectos técnicos y administrativos. Fue un proceso rápido, tuvimos la primera comunicación en el mes de octubre, y en diciembre el equipo ya estaba en la planta de alimentos”, cuenta Sonia Forero, directora de Innovación y Desarrollo de Productos del Grupo Éxito.

En este relacionamiento se especificó el plan de trabajo y qué tipos de productos de la empresa podían ser probados con esta tecnología. Con esta fase se estableció que, además de abrir las puertas a la validación de esta máquina en su planta, el Grupo Éxito desarrollaría la mediciones faltantes en aspectos microbiológicos, fisicoquímicos y sensoriales.

“Después de que se pruebe el concepto y se valide comercialmente esta tecnología viene el paso siguiente, que es ya la transferencia de la tecnología con la compañía”, destaca Moreno.

Permite que las investigaciones tengan una relevancia práctica. Con esto no se queda únicamente en un anaquel o en un artículo científico.

Hasta el momento, sostiene Forero, la implementación de la máquina ha tenido buenos resultados y en el caso de que funcione de forma efectiva, se procederá a revisar cómo puede hacerse a escala de la necesidad industrial de la empresa.

“Este caso muestra cómo nuestras universidades se transforman para ofrecer investigaciones de valor para las empresas en Colombia y cómo una compañía tan importante como Grupo Éxito encuentra innovaciones de valor en el ecosistema local”, resalta Gaviria.¿Cómo fortalecer la transferencia?

Los expertos destacan que estos acercamientos entre las universidades y empresas plantean escenarios de mucho beneficio para cada uno de los actores y para el desarrollo tecnológico en el país.

“Esto permite que las investigaciones tengan una relevancia práctica. Con esto no se queda únicamente en un anaquel o en un artículo científico, sino que permite que las industrias puedan apropiarlas y resolver problemas que ya han identificado”, afirma el profesor Fabián Leonardo Moreno.

En este sentido, explica el docente investigador, se crean espacios de gana gana, en donde el sector empresarial puede contar con tecnologías emergentes y la academia puede relacionarse con el usuario final y entender la aplicabilidad de la investigación.

Así mismo, añade la directora de Innovación y Desarrollo de Productos del Grupo Éxito, se permite que el sector empresarial entre a una dinámica de innovación constante, fortaleciendo el ecosistema colombiano en esta materia.

Las alianzas de este tipo benefician al país, dinamizan los espacios de cocreación para que Colombia pueda alcanzar niveles competitivos en la región y el mundo en el campo de desarrollo tecnológico”, agrega.

Por último, asevera Monsalve, estos procesos ayudan a generar ingresos adicionales a los dos actores, al “contar con una línea de ingresos diferentes, diversificando portafolio y aumentando la competitividad”.

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