La Real Academia Española define “coalición” como la “unión transitoria de personas, [empresas], grupos políticos o países con un interés determinado”.
Asimismo, define “oportunismo” como la “actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible”.
Si se consideran ambos términos, una coalición oportunista puede considerarse como la unión de empresas con el interés de aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha realizado tres revisiones bienales respecto de las medidas de preponderancia impuestas en 2014 en el sector de telecomunicaciones.
En cada una de ellas ha sido evidente que existe una “coalición oportunista” por parte de los operadores de servicios de telecomunicaciones competidores del denominado Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T), que indudablemente han disfrutado de los beneficios de la regulación asimétrica que se le ha impuesto desde hace ya casi una década.
Esta es una explotación de las circunstancias legales que se establecieron desde la reforma en materia de telecomunicaciones y que omitieron impedir tal tipo de conductas de por medio.
Por ejemplo, establecer un plazo definido para el régimen de asimetría regulatoria que creó y que nunca acotó.
A los competidores del AEP-T les conviene insistir en su prolongación en el tiempo o en llevar al extremo las medidas regulatorias, incluso más allá de las draconianas posibles a la fecha toda vez que existen incentivos para ello.
Es un pesar que dicha coalición no proponga algún esquema de co-inversión para llevar conectividad a regiones aisladas con el agente denominado “preponderante” o la creación de un fondo de la industria con el mismo objetivo; eso no está en su agenda de propuestas o de sugerencias.
Como se puede leer en sus comentarios emitidos en cada consulta pública, su objetivo es la destrucción de su principal rival que hasta ahora le han obstaculizado el acceso a la prestación de los servicios de convergencia.
En últimas fechas ha sido reiterado en algunos medios afines a tal coalición y su subsecuente reproducción de notas como las siguientes:
- “AT&T y Televisa piden al IFT que Telmex se divida en dos y se venda.”[1]
- “Piden escindir a América Móvil.”[2]
- “Analiza IFT separación estructural contra América Móvil.”[3]
La participación de mercado del operador de red fija denominado “preponderante” ha disminuido sustancialmente, sobre todo en áreas urbanas y semi urbanas donde existe desde 2006 presencia comercial u oferta de otros operadores de redes fijas como los operadores de cable y de fibra con libertad para ofrecer servicios de triple o hasta cuádruple play.
En contraste, el operador “preponderante” ha estado impedido de ello desde hace más de treinta años; tres décadas con una desventaja regulatoria que ha permanecido más por la presión de la coalición antes mencionada que por alguna otra razón.
El Acuerdo de Convergencia de octubre de 2006 estableció la posibilidad de que los operadores de telecomunicaciones prestarán todos los servicios que tecnológicamente su red les permitiera prestar.
La coalición se opuso y pedían 10 años de ventaja. Ese plazo por mucho ya feneció pero sigue cabildeando para que se mantenga la restricción al AEP-T en perjuicio del usuario final.
La pérdida de participación de mercado del AEP-T muestra que, a pesar de que la regulación asimétrica ha favorecido a los competidores del AEP-T, no se incrementó la cobertura, no se hizo el pastel más grande, no se ha invertido en beneficiar a más población en más localidades.
Lo anterior se observa en un descreme del mercado. La participación de mercado que ha perdido el AEP-T en el segmento fijo se ha distribuido entre los tres principales competidores: Televisa, Megacable y Totalplay.
En un análisis costo beneficio, el beneficio social luego de 10 años de regulación asimétrica en términos económicos es quizá incluso negativo.
El operador móvil considerado como preponderante recibió un flujo de usuarios en 2022 por el esquema de portabilidad de 634 mil 331 números, que representó 55 por ciento de los usuarios que se cambiaron de operador.
El operador fijo considerado como preponderante carece de la posibilidad de ofrecer triple play frente a operadores que tienen tanto libertad de oferta como libertad tarifaria, lo cual ha impedido observar realmente una competencia propia de mercado y no una competencia administrada mediante la regulación asimétrica.
No obstante lo anterior, el usuario es un actor activo en los resultados de tamaño y de ingresos que señalan los miembros de la coalición como fracasos regulatorios.
La coalición de referencia ignora que con los mecanismos actuales de portabilidad y la libre elección de proveedores fijos de banda ancha (no totalmente completo el espectro de elección dado que uno de los competidores está impedido de ser una opción), así como que la separación funcional o la separación estructural no tienen como objeto alterar las participaciones de mercado, son medidas extremas que sacrifican eficiencia del operador separado a cambio de eliminar cualquier incentivo o posibilidad alguna de alguna práctica de discriminación o desplazamiento de sus rivales.
Lo anterior por el fracaso de todos los demás instrumentos o medidas regulatorias para evitarlas y desaparecerlas, que no es el caso del agente denominado “preponderante” en su red fija o móvil, pero que la coalición simplemente no entiende que no las entiende.
Actualmente, el espectro de elección para el usuario en telecomunicaciones fijas y móviles son ejemplo de un mercado diferenciado horizontal y verticalmente en cada uno de ellos.
En un mercado diferenciado de tales características tener tamaños “cuasi simétricos” o “equilibrados” es imposible de observar.
La diferenciación horizontal y vertical son conceptos en economía que describen cómo los productos y servicios se distinguen entre sí en un mercado.
Explican las preferencias y el comportamiento del consumidor al elegir entre varias opciones y, por lo tanto, las participaciones relativas de mercado entre los competidores.
La diferenciación horizontal se refiere a las diferencias entre productos o servicios basada en sus atributos que no están directamente relacionados con su calidad o funcionalidad.
En cambio, estos atributos atraen diferentes preferencias o necesidades entre los consumidores.
Los ejemplos de productos diferenciados horizontalmente incluyen diferentes redes sociales, mensajería instantánea, plataformas de música y video sin consumo de datos (zero rate) en los planes de celulares para diferentes preferencias.
Para algunos usuarios se requieren gigas y para otros megas. En este caso, los consumidores pueden elegir entre productos en función de sus preferencias únicas, en lugar de la superioridad inherente del producto.
Es decir, no existe un plan estrictamente superior en todo sentido a los restantes y que sea reconocido para todos los usuarios.
En banda ancha fija sería incluir plataformas de video de contenido diverso, unos con Netflix, otros con F1, otros con ambos, etcétera.
La diferenciación vertical, por otro lado, se refiere a las diferencias en productos o servicios basados en atributos relacionados con su calidad o desempeño.
Esta diferenciación clasifica los servicios del mejor por sus propios servicios y contenidos incluidos a no tan deseables por sus limitaciones.
En este caso, los consumidores eligen productos en función de su calidad percibida y podrían estar dispuestos a pagar más por un producto de mayor calidad.
En este caso aplica a la situación entre la oferta de triple play y plataformas de contenidos de los operadores no preponderantes que ofrecen paquetes de mayor calidad por tener la ventaja de brindar servicios convergentes (voz, datos y video y complementos con plataformas u OTTs).
Por el contrario, Telmex-Telnor sólo pueden ofrecer paquetes de doble play (voz y datos) con complementos de plataformas.
Entre los operadores que ofrecen triple play la diferenciación es horizontal. Pero es vertical cuando se considera que los paquetes de convergencia son estrictamente superiores a los de doble play que lo que ofrece la red fija denominada “preponderante” dada su limitación regulatoria.
La diferenciación horizontal explica la permanencia de Telcel en el mercado móvil como líder y la diferenciación vertical el declive de Telmex-Telnor ante la oferta del resto de los operadores.
Donde existe la mayor presencia de redes alternativas de fibra y cable, menor es la participación de la red fija denominada como “preponderante”.
La diferenciación horizontal atiende diversas preferencias de los consumidores, mientras que la diferenciación vertical se centra en la calidad y el rendimiento del producto.
Comprender esto y sus implicaciones en el debido contexto de definición correcta de los mercados relevantes en todas sus dimensiones es crucial para el regulador en su diagnóstico bianual.
La libertad de elección del usuario es la dinámica que en la actualidad explica lo que los miembros de la coalición acusan en forma imperativa como fallas o fracasos de la regulación y la insuficiencia de la separación funcional.
¿Qué es lo que pretenden con exigir la separación estructural? Es decir, la disolución de los derechos de propiedad de los accionistas actuales del agente económico considerado preponderante.
Es casi inmediato suponer la respuesta: adquirir a descuento los activos de la red y las inversiones realizadas a la fecha desde 1990, sin invertir en ella y llegar a un cómodo duopolio colusivo (AT&T y Grupo Televisa) de las telecomunicaciones en México.
Cabe enfatizar que los servicios minoristas de Telmex-Telnor están sujetos a un estricto escrutinio del regulador, de manera ex ante y ex post a través de pruebas de replicabilidad económica, registro de tarifas, control de precios (sistema de precios tope), por lo que su alza o baja relativa, como algunos editorialistas indican, no es producto de sus decisiones comerciales.
En cambio, el resto de los operadores tienen absoluta libertad para determinar sus tarifas, pueden y tienen tarifas diferenciadas según el estrato socioeconómico donde pase su red, además pueden subir sus precios o restringir su oferta sin pasar por alguna aprobación del regulador.
Por lo tanto, es una administración de la competencia asimétrica que tiene todo menos el de ser una transición a un mercado con una libertad de oferta.
Señalar el beneficio al usuario y a la innovación es el mismo dicho desde la reforma en materia de telecomunicaciones y posteriores acciones regulatorias y consultas públicas.
Pero, ¿cuánto ha sido el costo en bienestar social de haber bloqueado a un competidor de ofrecer triple play por décadas? Mantener la debilidad del competidor forma parte de su propia fortaleza.
[1] “AT&T y Televisa piden al IFT que Telmex se divida en dos y se venda
“La petición busca lograr un equilibrio en el mercado de las telecomunicaciones, reducir el monopolio de Telmex y fomentar una mayor competencia.
“Empresas del sector de telecomunicaciones, como Televisa y AT&T, junto con la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), han solicitado la división de Telmex, empresa filial de América Móvil del segmento fijo.
“La solicitud se realizó en el marco de la Consulta Pública sobre el impacto de las medidas impuestas a América Móvil desde 2014, que cerró el 30 de marzo, y los competidores la consideran “una medida adecuada y proporcional” para mejorar el bienestar de los consumidores en un mercado que ha demostrado ser difícil de regular.
“La petición es que la empresa se venda en dos partes y a diferentes dueños. Por un lado, la parte de servicios para usuarios y, por otro, el negocio de la infraestructura. La medida busca lograr un equilibrio en el mercado de las telecomunicaciones, reducir el monopolio de Telmex y fomentar una mayor competencia”.
Disponible en: https://expansion.mx/empresas/2023/04/12/att-y-televisa-piden-venta-telmex.
[2] “Piden escindir a América Móvil
“Empresas de telecomunicaciones pidieron una separación estructural de América Móvil, Telmex y Telcel para equilibrar la competencia en el sector.
“Incluso, diversas compañías manifestaron su preocupación por los bajos resultados en materia de competencia que han tenido las medidas asimétricas para reducir la participación del Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T).
“La Canieti aseguró que la separación estructural de América Móvil generaría beneficios a los consumidores a largo plazo ante una mayor innovación y un mercado más competido. “Esta Cámara recomienda al IFT ordenar la separación estructural del AEP-T como única alternativa disponible para resolver los problemas de competencia del sector”, señaló.
“El IFT utiliza mecanismos que van desde la separación contable hasta la funcional para intentar garantizar la equivalencia de acceso, pero todos han fracasado, acusó. Muestra de ello es que la escala de Telmex es del doble respecto a sus competidores y la participación de Telcel permanece sin cambio desde hace casi ocho años, con más de 70 por ciento de los ingresos del mercado móvil.
Disponible en: https://www.reforma.com/piden-escindir-a-america-movil/ar2584979.
[3] “Analiza IFT separación estructural contra América Móvil
“En las últimas semanas, empresas como Telefónica Movistar México, AT&T México y organismos como la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información demandaron mayores medidas regulatorias para reducir la participación del AEP.
“Lo más relevante es ver cuál ha sido el impacto hasta este momento sobre la preponderancia y en función de ese impacto que se le da en cada revisión”, añadió [Javier Juárez] Mojica.
“Sostuvo que si bien las propuestas presentadas aún entrarán a análisis, las actuales medidas asimétricas impuestas por el regulador han logrado una redistribución sustancial en el mercado”.
Disponible en: https://www.reforma.com/analiza-ift-separacion-estructural-contra-america-movil/ar2586014.