La Red Iberoamericana de Protección de Datos (RIPD) anunció que coordinará una acción en relación a ChatGPT. El grupo entiende que la Inteligencia Artificial (IA) puede suponer riesgos para los derechos y libertades de los usuarios en relación con el tratamiento de sus datos.
La RIPD, que reúne a 16 autoridades de protección de datos, supervisará ChatGPT para aclarar posibles peligros ofrecidos por la plataforma.
Algunos de los riesgos señalados son:
- los fundamentos legales para el tratamiento de datos;
- la información proporcionada al usuario sobre los tratamientos;
- el ejercicio de los derechos previstos en los reglamentos de protección de datos;
- posibles transferencias de datos personales a terceros sin el consentimiento de los propietarios;
- la falta de medidas de control de edad;
- la incertidumbre sobre si dispone de medidas de seguridad adecuadas para la protección y confidencialidad de los datos personales recopilados.
La RIPD también señaló el riesgo de la desinformación, ya que las respuestas de ChatGPT se basan en datos masivos de Internet. “En otras palabras, ChatGPT no tiene conocimiento y/o experiencia en un dominio específico, por lo tanto, la precisión y profundidad de la respuesta puede variar en cada caso, y/o generar respuestas con prejuicios culturales, raciales o de género, así como falsas”, dice el comunicado de la red.
Mientras se lleva a cabo la acción, la RIPD recomienda que los usuarios consulten la política de privacidad de ChatGPT, evalúen la conveniencia del suministro de datos personales, incluyendo las consultas que realizan, y tengan cuidado con las respuestas proporcionadas por el servicio de IA.
La RIPD reúne a autoridades de México, Brasil, Argentina, Colombia, España, Portugal y otros países de Iberoamérica.
Otras iniciativas
La preocupación por las herramientas de IA no es exclusiva de estos países. Estados Unidos, China y la Unión Europea también han iniciado recientemente un proceso para evaluar posibles nuevas reglas para el desarrollo de herramientas basadas en IA.
La atención se debe a que ChatGPT, por ejemplo, ha alcanzado la marca de 100 millones de usuarios después de dos meses de su lanzamiento. Es decir, la aplicación ya se usa masivamente sin la evaluación de riesgos por parte de los gobiernos.
Italia fue más radical y bloqueó temporalmente las operaciones de ChatGPT, afirmando que la herramienta ha recopilado datos personales de forma ilegal, ya que no tiene las medidas necesarias para proteger a niños y adolescentes.