Tecnología es clave para la recuperación económica, pero también puede ensanchar las brechas existentes
Aunque ya se conocían los beneficios del acceso a la conectividad en los hogares, las medidas de confinamiento por la pandemia de Covid-19 evidenciaron aún más lo esencial que se ha vuelto para cumplir con nuestras tareas diarias, desde personales hasta educativas o de trabajo. Sin embargo, la pandemia también evidenció las brechas social y digital, bajo nuevas condiciones de desigualdad de acceso al trabajo, la educación o la salud.
Un nuevo estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que pese a los avances de masificación de servicios de conectividad en la región, aún persisten algunas brechas respecto a la calidad, velocidad y disponibilidad, que impacta en el acceso a servicios básicos de educación, trabajo o salud.
El estudio indica que los servicios de conectividad móvil han sido la principal herramienta para incrementar la conectividad en la región, ofreciendo nuevas oportunidades de servicios a los usuarios. Sin embargo, también ha añadido nuevas capas de desigualdad a la ya compleja brecha digital.
“El tener conectividad móvil no garantiza una conectividad de calidad, dado que la mayor parte de los usuarios sólo accede a planes prepago, que restringen mucho el tipo de actividades que es posible realizar”, advierte el estudio.
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Los datos de la Cepal revelan que la mayoría de los estudiantes se conecta a Internet a través del teléfono celular, bajo un contexto de brechas socioeconómicas significativas. Como se observa en los datos de la organización, aunque el servicio móvil ha permitido la reducción de brechas de acceso a Internet, aún persiste una brecha significativa respecto al acceso a Internet en el hogar, especialmente en México y Panamá.
“Si bien las tecnologías digitales pueden ser un medio clave para la recuperación pospandemia y para apoyar una transición justa hacia el desarrollo sostenible, los cambios tecnológicos pueden ensanchar las brechas, especialmente a corto plazo, pues los costos de las tecnologías suelen ser inicialmente muy altos y restringen el acceso por parte de los sectores más desfavorecidos de la población”, advierte la organización.
En ese sentido, considera que se deben acelerar los esfuerzos para enfrentar el desafío de la brecha digital, “respetando los derechos humanos en el entorno digital y considerando tanto la accesibilidad física como las habilidades y el ejercicio de los derechos, de manera que nadie se quede atrás en el aprovechamiento de las oportunidades que brindan las tecnologías”.
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Entre las medidas esenciales para abordar estos desafíos se encuentran: ampliar la cobertura de banda ancha fija, mejorar la calidad de la conexión y avanzar para universalizar el acceso a los dispositivos y a Internet.
Asimismo, agrega, es necesario incorporar metas de inclusión social en las políticas de innovación tecnológica, con miras a cerrar las brechas de acceso y habilidades. La Cepal también resalta que estas políticas de conectividad deben hacer hincapié en la inclusión digital de mujeres, pueblos indígenas, personas afrodescendientes, personas con discapacidad, personas mayores, jóvenes y residentes en territorios rurales, entre otros.
“Es urgente fortalecer los mecanismos de coordinación de las diferentes entidades gubernamentales que participan en el desarrollo y la implementación de planes y políticas de tecnología digital. Se debe avanzar en el desarrollo de estrategias conjuntas en materia digital, social y económica, con un enfoque participativo”, indica la Cepal.